No hemos hecho mucho para solucionar estos graves problemas y estamos pagando las consecuencias. El año 2012 terminó con estancamiento económico y con inflación alta. La inversión reproductiva- es decir sin contar autos, celulares e inmuebles- fue muy escasa.

Para este año, aun con todos los motores encendidos por el oficialismo para incentivar la economía, y de esa manera tratar de ganar las elecciones, sólo tendremos un crecimiento del PIB entre 3 % y 4%, muy moderado si lo comparamos con las tasas de 9 % que solíamos festejar en el pasado. Además, la fuerte emisión monetaria que tendremos en este año, transformada en medios de pago, puede empujar fuertemente la inflación. En un contexto semejante será difícil que aumente lo suficiente la inversión, clave del crecimiento sustentable.

En un contexto semejante será difícil que aumente lo suficiente la inversión, clave del crecimiento sustentable

Por lógica consecuencia, dado que no logramos ocupar productivamente a todos los argentinos, el problema de la inseguridad continúa. Tampoco la policía se ha destacado para controlar el crimen organizado, así que es un país "fácil" para las operaciones de este tipo, al menos comparando con Brasil, Uruguay y Chile, que tienen una estructura cultural parecida a la nuestra.

Al iniciarse la gestión de la actual administración en 2003, el PIB podría haber crecido alrededor de un 30% sin hacer ninguna inversión. Al aumentar mucho el gasto público y poner dinero en el mercado, creció el producto muy fuerte, pero el PIB efectivo se pegó al PIB potencial en 2007, dado que la inversión real (21%-23% del PIB) no llegaba a una tasa que pudiera sostener el 9% de aumento del producto por año (que es 40%-45% del PIB como en China). Como el Gobierno siguió haciendo lo mismo cuando las condiciones eran efectivamente distintas, ya los motores fiscales y monetarios nominales usados en los primeros 4 años de gestión actuaron también de manera diferente. En vez de crecer el producto y la ocupación, creció la inflación. Se decidió negar la inflación hasta hoy, pero la realidad existe independientemente de los mecanismos de negación y, lo que es peor, tiene consecuencias muy graves.

Al tener una inflación no reconocida, se corrigió el tipo de cambio por la inflación ficticia, lo que atrasó el tipo de cambio real, por lo tanto, al verlo tan barato, la gente salió a comprar dólares. Se negó esta realidad por considerarla inconveniente y se impuso el cepo cambiario que impide comprar divisas internacionales a casi toda la población. Automáticamente, apareció el mercado paralelo y además para ahorrar los escasos dólares no se permitió a las empresas que habían invertido aquí que giraran dividendos u otras remesas al exterior. También, desde hace algo más de un año, toda importación debe ser previamente revisada por la burocracia.

Esto dificultó el abastecimiento de muchos productos, lo que llevó al cierre de varias empresas cuyo componente importado era elevado.

Inflación, inversiones, inseguridad. Con estos tres problemas pendientes no se puede esperar un gran crecimiento

Ahora se ha iniciado un nuevo año. Con elecciones por delante, es difícil que el oficialismo esté planeando hacer grandes cambios dado que frente a un problema siempre ha dejado correr el tiempo y le ha ido bien. Pero esta vez es distinto, quizá se puedan posponer las correcciones que hacen falta desde hace varios años, pero ya un dólar paralelo de casi 8 $/u$s versus una cotización oficial de 5 $/u$s muestra una brecha de 60% y es un síntoma inequívoco de que la situación es distinta. Hasta hace un año no había brecha significativa entre la cotización oficial y la paralela del dólar.

Inflación, inversiones, inseguridad. Con estos tres problemas pendientes no se puede esperar un gran crecimiento y el problema del empleo se va a ir agudizando. Hoy no se nota mucho este aspecto por los planes sociales, que en realidad esconden el problema de la marginalidad social. Esta última se soluciona con empleos productivos, permanentes, sólidos y no con planes manejados con criterio político, que requieren que el pobre sea siempre pobre para que siempre sigan dependiendo del político de turno.

¿Qué se puede hacer? Un programa para ocupar varios millones de personas productivamente (Hay alrededor de 7 millones de informales que trabajan en el país). Esta debería ser una política de todos los partidos y requiere ponerse de acuerdo en lo que hay que hacer para lograr invertir mucho más, en cómo manejar los equilibrios macroeconómicos para tener una inflación del 2 % anual y cuál es la política a seguir con la policía y fuerzas relativas para tener un país seguro. Es posible.