Cuando aún resta casi una quincena del mes, vastas zonas del noreste de BA han sufrido anegamientos por excesos pluviales y en gran parte del resto de la provincia de BA y otros sectores de LP, la lluvia normal del mes ya se ha superado largamente.
El incipiente calentamiento que se viene observando en el Pacífico Ecuatorial central, no ha crecido en cuanto a intensidad pero tampoco ha experimentado retrocesos. No se ha evidenciado a lo largo del último mes una influencia sobre la atmósfera de ésta débil anomalía positiva de las aguas superficiales del Pacífico Ecuatorial central. Los vientos alisios (este a oeste en la línea ecuatorial) se mantienen con su intensidad habitual, pero es razonable esperar que esta situación se modifique con el devenir de la primavera. Si se sostiene el calentamiento, aún siendo débil, la atmósfera termina acoplándose a este comportamiento, comenzando a promover una circulación que al final es favorable para las áreas agrícolas del sudeste de Sudamérica.
Si bien este indicador está en plena etapa de desarrollo, recién comenzando a salir de la neutralidad, las estimaciones de temperaturas obtenidas a través de imágenes satelitales promediadas por semana, permiten reconocer una continuidad en estos tenues desvíos positivos. Con prudencia, se puede argumentar que la situación deriva hacia lo que marcan los modelos, es decir, la instalación de un evento El Niño de intensidad débil durante la primavera y el principio del verano del hemisferio sur. Si el mismo gana en intensidad sería benéfico a la hora de garantizar precipitaciones con cierta holgura. Remarcamos que las recientes lluvias observadas en BA y LP, por sectores muy abundantes para el mes de agosto, no pueden atribuirse a las primeras fases del desarrollo de este episodio cálido.

Recordamos que los episodios cálidos del Pacífico central (El Niño), potencian la entrada de humedad sobre el sudeste de Sudamérica, consecuentemente es más probable que las lluvias encuentren un piso en los valores normales. Esto es favorable para recuperar rápido las reservas durante el comienzo de octubre, promoviéndose un escenario con una probabilidad baja de pulsos secos durante el verano. Este concepto es básico. No debe considerarse cerrada la tendencia en el comportamiento pluvial para la primavera y el comienzo del verano. Sí debe entenderse que hay un contexto favorable, el cual en la medida que no encuentre reparos en factores de escala regional, juega como inhibidor de riesgo de pulsos secos, fundamentalmente para el maíz durante el mes de diciembre. En general los análisis de rendimiento, cuando se consideran campañas El Niño, presentan resultados que se ubican en valores normales o superiores a los normales para maíz y soja en la zona núcleo.
Mientras se espera el fortalecimiento de El Niño, las lluvias de agosto se están encargando de preparar un panorama muy favorable para el ingreso a la primavera. Con excepción de las zonas que sufren anegamientos temporales, la salida al mes de septiembre con escasas necesidades hídricas es lo ideal. De esta manera se puede esperar con menos ansiedad el inicio de la temporada de precipitaciones del semestre cálido.
- Por CCA - exclusivo Agrositio
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