Así como antes de las fiestas la provincia de ER se benefició con lluvias significativas dentro de un contexto regional bastante más seco, este último evento solo fue marginal para el territorio entrerriano. En el mapa donde se representan las últimas lluvias, justamente a esta provincia se le suma el resto de la Mesopotamia y el extremo noreste de BA (cuenca baja del Salado), como una vasta zona desprovista de agua, la cual contrasta con el resto de la zona agrícola principal. También debemos incluir a SL, el sudoeste de CB y gran parte de LP como zonas que recibieron lluvias modestas o nulas, en todo caso, lejos de satisfacer las necesidades que marcaba la sequia precedente.
Las lluvias necesarias para salir del estado de sequia que hasta ayer tomaba gran parte de la región pampeana, presuponían montos muy difíciles de lograr en forma generalizada en un solo evento. Hoy con datos, podemos evaluar como positivo el saldo de las precipitaciones en gran parte de SF y CB, al menos las zonas que lograron superar los 50 milímetros. En muchos sectores del norte central y noroeste de BA, esta marca no fue lograda y por lo tanto, si bien se lograron mejoras, las mismas son temporarias y no resuelven la sequía. Hubo sectores entre la ruta 9 y la ruta 14 en la provincia de SF y en esa misma dirección en la provincia de CB, que presentaron registros superiores a los 100 milímetros, los cuales no son representados en el mapa.
El panorama pluvial es complejo. Si pensamos que normalmente en enero deben sumarse en promedio unos 120 milímetros y que tenemos por delante una semana seca como mínimo, se ve dificultosa la perspectiva de normalización pluvial para el mes de enero. Esto solo se concretaría por sectores, predominando las zonas deficitarias, es decir repitiendo el panorama que mostró el mes de diciembre, aunque posiblemente algo mejorado. Claro está que para el vasto sector de SF, CB y el sudeste de BA que lograron sumar al menos 50 milímetros el panorama es más acomodado.
Como mencionamos, las perspectivas de lluvia no son favorables al menos hasta el 20 de enero. Tanto las condiciones de humedad como los mecanismos dinámicos responsables de generar inestabilidad se perfilan deficitarios. En este sentido la gran apuesta para la soja entrerriana y otras que han quedado muy expuestas a las deficiencias hídricas, se proyecta a la última década del mes. Por lo pronto aparecen temperaturas moderadas que morigeran las rigurosas condiciones ambientales previas.
El corazón sojero de SF, CB y en menor medida el del norte de BA, salió mejor parado de este evento que la zona núcleo entrerriana y por lo pronto los lotes que comenzaban a dar señales de pérdida de rendimiento, han sido temporariamente aliviados. La falta de lluvia prevista para esta semana en ER, no es mejor para el resto de la franja central. Salvo los corredores que recibieron lluvias del orden de los 100 milímetros, el resto de la zona núcleo se mantiene dentro de un contexto variado de deficiencias hídricas. Es decir es imperioso que se concrete otro evento pluvial en la segunda década de enero, no ya para aspirar a rendimientos superlativos, sino para no caer de manera generalizada por debajo del valor esperado.
A pesar de las lluvias en gran parte de la zona núcleo, el mercado climático continúa instalado de manera muy firme. Si bien el efecto Niña parece ir replegándose, esto aún no se siente en la mayor parte de la Mesopotamia.
- Por CCA - exclusivo Agrositio
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