A inicios de este mes se perfilaba una situación de estabilidad atmosférica que podía redundar en una afectación de la oferta de agua, sin embargo no se preveía que en el corazón de la zona sojera maicera del país la escasez de lluvia sería tan marcada. Mientras que en gran parte del país la falta de lluvia es un comentario obligado y rutinario, la provincia de ER y parte del sudeste de SF al menos contaron con algunas jornadas aliviadas con aportes pluviales que por sectores fueron significativos. Por el momento solo las coberturas nubosas que moderan el crecimiento de las temperaturas máximas, puede considerarse un elemento favorable.
Recordamos que la campaña pasada, para esta época del año la situación era incluso peor. Por entonces se venía sin precipitaciones de importancia desde mediados de octubre, con siembras desordenadas en fecha y con maíces más exigidos que los actuales. La soja se reacomodó con las llegada de las precipitaciones promediando la primera quincena de enero, pero el maíz pago con rendimiento la falta de lluvias en floración. Hoy por hoy, puede resumirse que la situación no es la misma dado que a finales de noviembre se contaba con mayor disponibilidad de agua, aunque ya se insinuaban corredores secos en la zona núcleo, que obviamente se han potenciado durante el transcurso de diciembre. Claramente la situación se complica si la falta de lluvias se proyecta al mes de enero.
Las perspectivas de corto plazo no traen precipitaciones. Si bien se espera un pasaje frontal durante el fin de semana, el mismo sería pobre en su oferta de agua o posiblemente no deje precipitaciones, perfilándose un cambio de ambiente mucho más suave que el observado el sábado pasado. Si la circulación de aire húmedo se recupera rápido, podríamos converger en un escenario propicio para el retorno de las lluvias para después de la jornada del 5. Hasta entonces las precipitaciones quedan muy lejos de alcanzar las zonas necesitadas. Es posible que se repita lo observado el año pasado y la segunda semana de enero comience a marcar el cambio, sería vital que esto se concrete, de otro modo estaríamos describiendo por anticipado el difícil panorama hídrico con que se enfrentará la soja a mediados de enero.
La Niña no impactó en primavera, sin embargo, sumándose a otros indicadores negativos para el normal desarrollo de sistemas precipitantes, está condicionando de manera decisiva al mes de diciembre. La presión pluvial sobre el mes de enero será muy importante. La zona núcleo pide lluvias que, para recuperar los perfiles de suelo, son estadísticamente improbables de que se concreten. Por lo pronto, solo debe esperarse que el mes de enero quiebre el patrón seco y que las lluvias ganen en frecuencia. Lo demás es esperar una anomalía del comportamiento climático es decir, pasar de un estado de extrema escasez a otro de sobre abundancia. Estas situaciones se han observado, pero por el momento las herramientas de previsión no las están mostrando.
- Por CCA - exclusivo Agrositio
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