En una elección que se definió con más ventaja de la esperada, el candidato de Unión por Córdoba (UPC), José Manuel de la Sota fue electo gobernador.
Al cierre de esta edición y con el 15.47% de las mesas escrutadas, el candidato peronista obtuvo el 45.51% de los votos, y superó así a Luis Juez, del Frente Cívico (FC) que cosechó el 26.27% y a Oscar Aguad con el 23.8%.
Recién a las 23:20, De la Sota llegó a la sede de Unión por Córdoba en pleno
corazón del centro de Córdoba capital.
Antes de llegar para dar su discurso triunfalista, De la Sota había recibido el
llamado de la presidenta Cristina Kirchner, quien hizo así otro gesto en línea
del cambio de estrategia que la mandataria ensayó con el llamado a Mauricio
Macri el domingo 31.
Se comunicó, lo felicitó a él y a su equipo por el triunfo, contó a este
diario una fuente oficial, que aclaró que fue una conversación amable.
Scioli, quien ya le había manifestado su apoyo en la campaña, se sumó a los saludos, al igual que el ex gobernador de Entre Ríos, Jorge Busti, quien hoy milita en las filas de Eduardo Duhalde.
Quiero agradecer a todos los cordobeses por participar de una manera extraordinaria y pacifica y a todos los que me dieron su apoyo, arrancó De la Sota. A su lado, la vice electa, Alicia Pregno, el actual mandatario, Juan Schiaretti, y el candidato a intendente capitalino, Héctor Pichi Campana.
Quien no se quiso perder la foto, en otro gesto conciliador, fue el actual intendente local Daniel Giacomino. Su presencia llamó la atención porque el alcalde es una de las espadas K en la provincia, y va en el cuarto lugar de la la lista a diputados nacionales para octubre, que va separada de la del peronista UPC.
A la Nación le digo que cuenten con Córdoba para trabajar, para construir y unir, y no para dividir, exclamó De la Sota dejando marcada su diferencia con la Casa Rosada.
En ese sentido, el Gallego tal el apodo con que lo conocen en la provincia y en el PJ dejó un mensaje con vistas a las primarias del domingo: Antes era un peronista cordobés y ahora soy un cordobés peronista y el orden si altera. De este modo, De la Sota condicionó su apoyo a Cristina Kirchner, algo que había dejado trascender en su campaña y por lo que fue muy criticado.
De hecho, el Gallego sólo saludó a la Presidenta y no mencionó abiertamente su conversación telefónica. Un gesto que abona la teoría que ya dejan correr en el peronismo cordobés. Es que De la Sota no será un opositor, pero sí mostrará independencia en busca de posicionarse en el tablero de posibles sucesores en la carrera 2015.
El Gallego esperó que antes salieran a dar la cara sus rivales. Pasadas las 22.30, con tan sólo el 5% de las mesas escrutadas y una diferencia de unos 12 puntos, Luis Juez dio la cara en el bunker del Frente Cívico. Apoyándose en los datos de las mesas testigos que encargó, el senador no tuvo más que reconocer la derrota.
Hemos perdido, hay un legítimo ganador que lo disfrute pero que cumpla con las promesas, dijo Juez visiblemente abatido. Aunque el saludo fue acompañado de una advertencia, una muestra registrada del estilo de Juez: Somos personas de bien, de palabra, decentes y cuando nos robaron, nos robaron y cuando perdimos, perdimos. Por eso hoy les toca festejar a otros, dijo Juez recordando la elección del 2007 que aún no pudo digerir.
Hasta el hotel Sheratton, donde montó el bunker el Frente Cívico, fueron el candidato presidencial, Hermes Binner, su postulante a vice, Norma Morandini, y los diputados Victoria Donda y Claudio Lozano.
Minutos después fue el turno de Aguad, que había esperado que llegara Ricardo Alfonsín para hablar. El candidato a presidente rompió con los designios que dicen no salir en la foto perdedora, y viajó de todos modos a la provincia para acompañar a su candidato.
Aguad contó que llamó a De la Sota para felicitarlo, y luego aseguró que voy a seguir defendiendo los intereses de Córdoba desde el Congreso.
El conteo de los votos era lento. Pero el escenario cordobés ya dejó su fotografía. De la Sota logró un amplio respaldo del interior y del voto del campo, lo cual consolidó con una mejora en la capital provincial gracias a la política de obras públicas del gobernador Juan Schiaretti.
Los números también dejaron un sabor amargo para el radicalismo, por la magra cosecha de Aguad. Se abren pases de factura al interior de la UCR, pero con el reloj en tiempo de descuento lamentan mucho más el impacto que pudiera tener para Alfonsín.


