En tiempos en donde la soja es la reina de la agricultura en la provincia y el país, el sorgo se anima y da pelea. Una pelea, tal vez, desigual, porque lo hace “sin prensa” y, además, contra un cultivo, –la soja–, alentado por todos, especialmente por el Estado que, a pesar de tener las herramientas no hace nada para morigerar su expansión. La soja es plata segura para los productores y para el fisco –la famosa “caja” cuenta con millones de dólares provenientes del “yuyo”– y, al menos por ahora, pareciera que el proceso de sojización es irreversible.
La buena noticia, en este marco, es que la superficie sembrada con sorgo, un cultivo clave para la rotación agrícola y la sustentabilidad del sistema por su aporte de carbono, creció en Entre Ríos en la actual campaña 2010/11.
El aumento de área fue muy leve, es cierto, pero ratifica una tendencia positiva que se viene dando en los últimos años. Y eso es más que importante.
El Sistema de Información Agrícola de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos (Siber) dio a conocer los datos de la campaña sorguera y precisó que en el presente ciclo se implantaron 109.900 hectáreas, cifra que representa un crecimiento del 0,05% respecto a la campaña anterior.
Al analizar la evolución del área implantada con el cereal, el Siber subraya
que “ha ido ganando importancia, con excepción de lo acontecido en las campañas
2001/02 y 2005/06 que registraron caídas en la superficie implantada”.
El promedio del período analizado, agrega, “se ubicó en 80.517 hectáreas” y la
presente campaña “se posiciona 29.383 hectáreas por encima de ese valor,
superando en tan sólo 50 lo acontecido el año pasado”.
La campaña. Las labores de implantación del cultivo se iniciaron durante la primera semana de octubre en el noreste provincial, con temperaturas mínimas cercanas a los 5° C y con reservas hídricas que en la mayor parte del territorio se calificaban entre escasas a regulares.
En las semanas siguientes, agrega el informe de los técnicos del Siber,
debido a las pocas precipitaciones y a la reducción del contenido hídrico en la
cama de siembra, se produjeron demoras en las tareas de implantación.
Si bien, la intención de siembra era superior a la del ciclo agrícola anterior,
la misma finalmente no se concretó porque “los productores en septiembre y
octubre modificaron lo planeado volcándose más el cultivo de maíz”.
El conjunto de los departamentos Paraná, Villaguay, Nogoyá, La Paz y
Gualeguaychú abarcó “un total de 66.000 hectáreas, lo cual representa el 60,05
por ciento del total implantado”, añade.
Del área total cultivada, “el 63,4 por ciento corresponde a sorgo con alto
contenido de tanino, lo cual expresado en hectáreas fue de 69.677.
El sorgo forrajero se posicionó en 14.287 hectáreas, llegando al 13 por
ciento del total”.
El sorgo blanco experimentó una importante disminución, ubicándose en el 5 por
ciento (5.451 hectáreas) y finalmente los de bajo contenido de tanino junto con
los sin tanino englobaron unas 20.485 hectáreas, representando el 18,6 por
ciento restante.


