No será la primera ni la última vez. Con el resultado de las elecciones de Catamarca el aparato kirchnerista del poder empezará a traccionar desde hoy por su objetivo mayúsculo: llevar a Cristina Kirchner al triunfo por la reelección.

En este plan no figurarán las diferencias entre proyectos del Gobierno o estratagemas electorales. Ello se vio en la campaña de Catamarca. Los fondos de la Nación destinados a las comunas kirchneristas ayudaron en el triunfo de Lucía Corpacci, más allá de que el gobernador Eduardo Brizuela del Moral ya tenía su imagen desgastada y la ambición de poder tan desmedida le jugó una mala pasada.

Este esquema se repetirá. Todo se fundirá en un solo cuerpo en el universo K: desde el presupuesto de la publicidad oficial, los fondos para la obra pública, el reparto de poder en las intendencias hasta las visitas de la Presidenta y de sus ministros por el interior del país -con el uso de recursos del Estado incluidos-. Todo servirá para hacer campaña. Algo de esto se perfiló desde la semana pasada con la fuerte apuesta de Cristina Kirchner por el resultado de Catamarca y su viaje proselitista a Chubut, donde graficó: "Somos y seremos pingüinos", dando a entender un antes y un después en la historia del peronismo con sello propio.

Más allá de recuperar el control de una provincia que en algún momento los Kirchner manejaron poco tiempo con la excusa de la transversalidad y del radicalismo K, tras los resultados de Catamarca ahora se avecina una fuerte estrategia de la Casa Rosada para promover el "efecto cascada". El próximo domingo será la pelea de Chubut, donde el Gobierno apuesta fuerte contra los candidatos del gobernador Mario Das Neves, enfrentado con la Casa Rosada desde hace varios años.

Esta será una semana de festejos y de pura especulación electoral en la Casa Rosada. El escenario catamarqueño de anoche no podía ser mejor para los kirchneristas: la foto de la victoria de la candidata a gobernadora Lucía Corpacci contrastaba con la figura del vicepresidente Julio Cobos abrazado al derrotado gobernador de Catamarca Brizuela del Moral. Fue el puntapié con sabor K de lo que será un largo raid electoral desde ahora hasta octubre.

Esta claro que el objetivo de derrotar a los candidatos de Das Neves en Chubut encierra muchas más lecturas que los comicios de Catamarca. "Hay orden de emprender desde mañana [por hoy lunes] un largo desfile de ministros por Chubut", sentenció anoche una fuente destacada de la Casa Rosada. El esquema dibujado no es caprichoso: envalentonados con los resultados de Catamarca, los kirchneristas creen que una victoria contra los delfines del gobernador de Chubut será un trofeo mayúsculo y un duro golpe para el PJ disidente. Es que Das Neves es uno de los precandidatos del Peronismo Federal que tanto criticó al kirchnerismo y se posicionó en la pelea interna por la presidencia junto con Eduardo Duhalde y Alberto Rodríguez Saá.

La Presidenta hará hoy inauguraciones de obras en la Capital y el Conurbano y es muy probable que utilice ese escenario para realzar el triunfo de Catamarca. El calendario político y económico seguirá su curso esta semana más allá de los vaivenes electorales. En Bruselas funcionarios de la Cancillería y de todo el Mercosur retoman las negociaciones por un acuerdo con la Unión Europea que cada vez se ve más difuso. En Buenos Aires, se prevén nuevos anuncios de la Casa Rosada por las limitaciones a las importaciones pese a las quejas de los países europeos, de la India y los Estados Unidos.

Pero para el kirchnerismo esto no forma parte de la real politik. Es que desde anoche, el "cristinismo" empezó a ver con mayor nitidez y realidad la postal del sueño por la reelección presidencial que tanto desea.