De acuerdo a información proporcionada por Dante Romano, de la consultora Alabern Fábrega, ayer el mercado volvió a mostrar subas importantes, superando los niveles psicológicos de los 1300 puntos en soja y los 600 puntos de maíz. Con esos niveles ya superados, no sería difícil acercarse a los máximos de contrato, aunque técnicamente podría darse alguna toma de ganancias que complicaría esa llegada.
En tanto, la producción en Sudamérica va en descenso por el clima seco ante el avance del fenómeno de “La Niña”, sumado a un final de cosecha en EE.UU. más ajustado de lo que se esperaba. De acuerdo a los técnicos, por la sequía en Sudamérica, la cosecha de maíz sería la más baja, con una disminución del 10 al 20 por ciento, efecto que brindaría una oportunidad a los operadores estadounidenses para elevar el volumen de las exportaciones de ese país, justo en el momento en que China ha vuelto a comprar cereal de los Estados Unidos, tras varios años de haber tenido una pobre relación comercial en torno al maíz.
En el caso del trigo, si bien los stocks siguen siendo altos, se produjo en los últimos días una reducción fuerte por los problemas climáticos en distintos países productores.
Desde el frente local, los ROE de maíz y trigo se activaron. Ayer, la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca) autorizó ROE Verdes por 192.299 toneladas de la maíz, sumando en la semana unas 597.484 toneladas autorizadas. Y por trigo se autorizaron 102.785 toneladas, sumando los ROE Verdes otorgados en la semana unas 352.631 toneladas. Pero la realidad indicada por los productores, es que los valores que reciben siguen lejos de los del mercado internacional.
Los precios de la pizarra
Con respecto a los valores negociados anteayer, el clima cálido y seco registrado en las principales regiones productivas argentinas permitió que el maíz de la nueva cosecha operara con leves subas, en consonancia con las cotizaciones de Chicago, cuyos ajustes para las posiciones de marzo y mayo resultaron de 239,75 y de 242,90 dólares por tonelada. La exportación pagó hasta US$ 185 en Bahía Blanca, 2 dólares más que anteayer, U$S 180 en San Martín, y U$S 175 en Necochea.
De acuerdo a la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, los consumos pagaron $ 690 por tonelada de maíz en Pilar; $ 685 en San Antonio de Areco y en Cañuelas; $ 680 en Baradero, y $ 650 en Salto. En Rosario se relevaron negocios por 12.000 toneladas. Y el FAS teórico del cereal fue fijado por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca (Magyp) en $791.
Por trigo, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires informó que la exportación ofreció US$ 207 por tonelada con 11% de proteína, ph 78 y entrega y pago entre marzo y abril.
Contrario a lo que ocurrió en Chicago con los contratos enero y marzo de la soja, cuyos ajustes resultaron de 488,24 y de 492,28 dólares por tonelada, la soja local se negoció sin cambios; las fábricas y los exportadores pagaron $1370 por tonelada disponible en Timbúes, San Martín, Ricardone, San Lorenzo, Villa Gobernador Gálvez, en General Lagos y en Ramallo. En Rosario los vendedores confirmaron valores de entre 1380 y de 1410 pesos.
Lo mismo ocurrió con la oleaginosa de la nueva cosecha, la cual, sin variantes se negoció a U$S 335 por tonelada en Bahía Blanca y a U$S 330 en General Lagos, Timbúes, Ricardone y en Necochea. Mientras que en San Martín y en Arroyo Seco, los compradores ofrecieron U$S 333, U$S 3 más que anteayer.
Por tonelada de girasol, anteayer los compradores convalidaron precios por $ 1440 en San Martín, Rosario, Ricardone, San Jerónimo, General Deheza, Junín y en Necochea, y $ 1435 en Bahía Blanca, $ 20 por encima de los valores negociados anteayer. Mientras que el nuevo se cotizó sin cambios, a US$ 370 en Junín y US$ 360 en Bahía Blanca y en Necochea. Aunque en Ricardone, Rosario y en San Jerónimo la demanda pagó 5 dólares más que anteayer, cerrando negocios por US$ 355 la tonelada,
Una amenaza latente sumada al clima seco que afecta los cultivos en la Argentina, es el conflicto gremial que restringe el movimiento de camiones en las plantas aceiteras argentinas que, de extenderse, podría complicar la logística de las exportaciones de aceite.


