En la tarde del jueves, ante dos salas colmadas de asistentes, la ingeniera agrónoma de la UBA y representante de Don Mario, Bibiana Ferrari, rescató la importancia de la propiedad intelectual en semillas, y explicó la tolerancia a la compatibilidad o no entre el genotipo y el patógeno.
En el marco del Simposio Nacional Mancha Ojo de Rana (MOR) que se desarrolla en la Bolsa de Comercio de Rosario con una gran afluencia de público, se presentó una buena noticia. Ante la mirada atónita de los asistentes, la especialista Ferrari dijo que “Hay resistencia con la enfermedad”, y detalló los estudios que vienen realizando.
La actual situación –según Ferrari- marca a las clara la necesidad de encarar investigaciones multidisciplinarias, que sumen buenas inversiones en el tiempo, en el dinero, en las instalaciones.
Pensar a futuro. “A 50 años del descubrimiento del RCS3, debemos aprovechar la posibilidad actual, que hoy es el único marcador confiable y decir –por ejemplo- si este progenitor vamos a cursarlo y ponerle todas las otras fuentes de resistencia. Tal vez no podamos repetir nunca las lecturas que hemos tenido en las dos anteriores campañas, pero tendremos un profundo conocimiento de las fuentes de resistencia presentes en cada uno de nuestros programas de investigación”, señaló en su ponencia.
De aquí, según explicó la investigadora, se entiende la importancia del ajuste de las lecturas de las investigaciones “para tener la enfermedad caracterizada, para poder trabajar correctamente en la selección”, explicó.
Para Ferrari, es de sumo interés “defender la propiedad intelectual en semillas”, ya que posibilitará mejoras en la investigación, algo que se necesita para continuar y profundizar en la materia: la resistencia a la MOR.
En cuanto a los trabajos futuros, adelantó que se hará un relevamiento de las razas predominantes en la Argentina, se homologarán con las razas de Brasil (a través de un set de diferenciales común) y –además- se definirá qué nomenclaturas se utilizarán en los próximos años.
Asimismo, mencionó la importancia de tomar muestras de los cultivos en forma periódica (7, 14, 21 días).


