El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó ayer que el índice de precios al consumidor (IPC) de enero fue del 1%, el más alto en casi dos años, pero muy por debajo de las cifras que surgen de las mediciones de las consultoras privadas.

La mayoría de los cálculos independientes hablan de una suba de precios superior al 2%, lo que convirtió al primer mes de este año en el enero con mayor inflación desde 1992. El Indec, aunque volvió a subestimar la inflación real, dejó trascender datos que confirman la aceleración de la inflación, especialmente en alimentos y bebidas. Solo en dos ocasiones anteriores se había permitido difundir un índice de precios al consumidor (IPC) superior al 1 por ciento: en enero de 2007 (que fue el primer índice sospechado de estar manipulado) y en marzo de 2008 (cuando estalló el conflicto del campo).

El otro dato que confirma la tendencia alcista de los precios es la comparación interanual. Hace sólo seis meses, en julio de 2009, la inflación oficial interanual era de 5,5 por ciento. En el último informe, el organismo de estadísticas públicas eleva ese indicador a 8,2 por ciento (para los privados ronda el 17 por ciento).

"El escenario es de elementos en general expansivos y de propagación por el lado de políticas de ingresos. No está muy claro de dónde va a venir el freno a la inflación", señaló Juan Luis Bour, economista jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL). El IPC que elabora esa entidad fue el único de los privados que se ubicó por debajo de los dos puntos (1,6%), aunque ello se debió a que habían considerado la mayoría de los últimos aumentos ya en diciembre (2,3%). "El panorama es de una tasa de inflación que va creciendo", anticipó el especialista.

Los cálculos de otras consultoras se ubicaron algunos escalones más arriba: Ecolatina, 2,2%; Finsoport, 2,2%; Estudio Orlando J. Ferreres, 2,1%; Buenos Aires City, 2,3%; y Estudio Bein, 2,4 por ciento.

"Estamos viendo un problema generalizado de suba de precios al que se suman algunos shocks puntuales en carnes, lácteos y panificados ?afirmó Rodrigo Alvarez, de Ecolatina?. Pero estos son problemas que vienen de errores de política que se arrastran desde hace mucho."

Esa consultora registró aumentos mayores que los del Indec en casi todos los rubros (como alimentos y bebidas, esparcimiento, salud), salvo en indumentaria, que registró deflación del 2,4% contra la suba del 1,4% difundida por el instituto oficial.

Para el rubro alimentos y bebidas, el Indec informó por segundo mes consecutivo una inflación del 1,6% (hay que remontarse tres años atrás para encontrar una cifra más alta). Los privados se ubicaron en torno al 2,5 por ciento.

El ítem carnes fue uno de los que registraron la suba más elevada: 4,7%, según el Indec. "A nosotros nos dio prácticamente lo mismo", afirmó Fausto Spotorno, de OJF. En cambio, Finsoport (la consultorade Jorge Todesca) calculó que la suba fue de 9,2 por ciento.

A última hora de la tarde, el Indec emitió un comunicado para aclarar que la variación del 4,7% incluye a las carnes vacuna y de ave, pescados y mariscos, y fiambres y embutidos. En ese sentido, indicó que el producto Cortes delanteros y traseros de carne vacuna fresca aumentó 7,06 por ciento, pero que por corresponder al mes de enero "no incluye las variaciones de precios ocurridas en las últimas dos semanas" (en rigor, el comunicado -elaborado por los funcionarios que nombró Guillermo Moreno sin pasar por un concurso- comete un error al afirmar que ese 7,06% corresponde a febrero y no a enero).

El Indec difundió ayer también los valores de la canastas básicas total (CBT) y alimentaria (CBA), que se utilizan para definir la línea de la pobreza y de la indigencia respectivamente. En el primer caso, hubo una suba del 1,7% y se ubicó en $ 1095,27 para una familia tipo. La canasta alimentaria aumentó 2,2%y está en $ 492,23 para ese grupo familiar. La misma canasta relevada por FIEL arrojó resultados bien diferentes: $ 1720,80 para la CBT y $ 858,40 para la CBA.