Es el reclamo central del sector, pero no el único. También solicitan una reforma tributaria, transparencia en los mercados y cuidar el tejido social del campo. El titular de la Bolsa, además, le recordó al gobernador Sergio Urribarri la necesidad de reglamentar la ley de pooles.
Danilo Lima
La baja de las retenciones, la recuperación de la transparencia de los mercados y una reforma tributaria en serio son, hoy por hoy, los reclamos que con más fuerza realiza la Bolsa de Cereales de Entre Ríos. El presidente de la entidad, Oscar Montero, en una extensa entrevista con EL DIARIO RURAL, además, se refirió al conflicto agropecuario —que lo obligó a renunciar del cargo que ocupaba en el Gobierno provincial—, a la necesidad de que se instrumenten políticas de Estado que favorezcan la producción, la rotación de los cultivos y la protección del tejido social del campo, y, claro, a las expectativas que le genera la instalación, en diciembre próximo, del nuevo Congreso surgido en las elecciones del 28 de junio último.
LO QUE PASÓ
— ¿Qué dejó el conflicto agropecuario?
— De todos los conflictos hay que sacar lo positivo. Y, en este caso, el primer
saldo positivo es que un sector productivo importante de la sociedad se dio
cuenta de que para cambiar las cosas hay que trabajar a través de los partidos
políticos.
Estamos recuperando una estructura democrática. Nos dimos cuenta de que existe
un Congreso, que es donde se debaten temas que nos afectan.
Pero también queda la enseñanza de que cuando se plantean las cosas con
inteligencia, hay otros sectores que se suman a discutir un objetivo supremo. Se
dio una acción solidaria de la sociedad para con el campo, que fue el primer
sector que expresó su disconformidad de una manera masiva y contundente.
— Pasó la parte “caliente” del conflicto, pero los problemas del sector
continúan. ¿Cómo se sigue?
— Tenemos que revitalizar los instrumentos para que la democracia sea cada vez
más participativa. Recuperar el rol de los partidos políticos dentro de la
sociedad y discutir proyectos que incluyan a la gente y la calidad de vida de la
gente.
Eso se logra a través de un cambio gradual, para lo cual hay que ser constantes.
La sociedad civil y las entidades intermedias se tienen que comprometer a
discutir el largo plazo y a participar de las discusiones que afectan al sector.
LA ACTUALIDAD
— ¿Cómo está hoy el sector agropecuario?
— Venimos de un año con una pérdida, en Entre Ríos, de más de 800 millones de
pesos. Ese es el déficit que quedó entre lo que se gastó y lo que ingresó. ¿De
dónde salió esa plata? De parte de la liquidez del sector y de las cuentas que
quedaron sin pagar. Las reacciones de los bancos fueron lentas y no fueron
soluciones, sólo ayudaron un poquito. Hoy se negocia con las empresas
proveedoras de insumos para postergar los vencimientos.
Pero nuestro sector reacciona con mucha rapidez. El productor tiene hoy un
escenario distinto desde el punto de vista climático. Tendremos un invierno con
lluvias normales y una primavera con más precipitaciones, lo cual incentiva al
productor a sembrar.
— ¿Qué necesitan?
— Que haya rentabilidad. Hablamos mucho de retenciones, pero lo que hay que
transmitirle a la sociedad es que el sector se queja porque no tiene
rentabilidad.
— Pero tuvieron seis años muy buenos...
— Sí, eso es totalmente cierto. Fueron tan buenos que la provincia pasó de
producir un millón y medio de toneladas a producir seis millones. Ahí está la
plata. La plata del sector volvió a ser invertida en el sector. Por eso la
respuesta que tuvo Entre Ríos, por eso pasamos de 2.300 kilos promedio a casi
3.200 kilos promedio de producción en la provincia.
— El escenario, en la actualidad, pareciera que no es tan malo. Mejoraron los
precios de los commodities, bajaron los valores de algunos insumos y se
reformularon los contratos de arrendamiento. Se supone que mejoró la ecuación.
— Sí, así es.
— ¿Y por qué se quejan todavía?
— Porque el maíz no tiene rentabilidad. La tienen, con los precios actuales, el
trigo y la soja, pero el maíz no. Y el maíz es clave para Entre Ríos. Es un
cultivo que tiene un consumo interno muy grande en la provincia y, entonces, se
transforma en una herramienta de autocrédito importante para el productor.
Por eso es urgente e indispensable la baja de las retenciones. Pero, además,
necesitamos volver a las condiciones de mercado que teníamos hace dos años. El
mercado debe ser transparente y hoy no lo es.
— ¿Tanto les molesta la intervención estatal?
— Sí, muchísimo. Porque en el camino queda la rentabilidad del productor. Y esa
rentabilidad se la quedan algunos de los componentes de la cadena. Los subsidios
cruzados, además, no sirven.
— Con una mejor rentabilidad reaparecerán con fuerza los pooles de siembra...
— Por eso ahora es el momento de que el señor Gobernador haga el decreto
reglamentario de la ley de pooles. Este es el momento porque si este año al
productor le va bien, el año que viene va a tener una presión enorme de los
pooles.
Ahora, entonces, es el momento para proteger el tejido social del campo que está
conformado por aquellos productores que atienden las 18 cooperativas, los 32
acopios y las 40 empresas entrerrianas que mueven el 80 % del negocio bien
entendido de los cereales en la provincia. Es decir, los productores de entre
200 y 2.000 hectáreas, y sobre todo aquel que hace entre 600 y 1.200, que es el
que mueve la aguja realmente.
Esos productores los compartimos entre acopios y cooperativas, y son los que
tenemos que cuidar. Además, claro, de aquellos que hoy hacen 200 hectáreas y que
debieran pasar a hacer 500 ó 600. Ese es el tejido social que debemos cuidar
porque es el reaseguro de que la actividad continúe.
LO QUE VIENE
— ¿Qué expectativas tiene de que se instrumenten medidas a favor del sector a
partir del nuevo Congreso?
— Tenemos que pedir una reforma tributaria en serio porque, por ejemplo, el
impuesto al cheque nos hace tanto daño como las retenciones. Tenemos que ver,
también, cómo se reformula la coparticipación de los impuestos y cómo se
discuten las políticas activas que necesitamos para que se explote todo el
potencial productivo que tenemos.
En nuestro sector hay un peso muy grande de la Nación en la cuestión impositiva
y, por eso, si no se hace una reforma tributaria, será muy difícil que desde la
provincia tengamos herramientas para impulsar la producción.
En este nuevo escenario legislativo, creo que esto se puede empezar dar, aunque
no sé si en la medida que nosotros queremos.
La historia de una renuncia
En el inicio de la administración del gobernador Sergio Urribarri, Oscar
Montero se desempeñó como el número dos de la Secretaría de la Producción que en
aquel momento conducía Héctor Motta.
En ese lugar lo sorprendió el conflicto agropecuario generado a partir de la
imposición de las retenciones móviles. Montero, finalmente, optó por renunciar y
fue la primera “baja” del Gobierno provincial. Casi enseguida se fue el titular
de Ganadería, Marcelo Barrera; al tiempo el propio Motta se vio obligado a
dimitir.
— ¿Qué autocrítica hace su paso por la administración pública?
— No pude tener aliados. No está bien irse cuando hay problemas; cuando nosotros
renunciamos, solucionamos nuestros problemas, pero no los del campo.
Los puestos de lucha nunca hay que dejarlos. Nosotros estábamos en la Secretaría
no para defender a un color político, sino para trabajar para el sector. Y eso
no fue entendido así. No supimos hacer aliados. A un mes de haber asumido nos
pusieron la camiseta de Urribarri, y a lo mejor tendríamos que haber trabajado
distinto.
Tenemos que aprender que hay lugares en donde tienen que tener mucha
participación los sectores. Hay que quedarse, hay que pelear desde adentro.
— ¿Y por qué no se quedó?
Porque la presión era terrible y porque tenía una convicción interna de que no
me podía quedar un día más.
Definiciones
Puerto Diamante
El presidente de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, Oscar Montero, reclamó
una solución definitiva para los problemas del puerto de Diamante. “Hay entre
1.500 y 2.000 productores en la zona de influencia del puerto de Diamante. No
hablamos de fulano, mengano o zutano, sino de que hay que defender los pesos que
le quedan a los productores cuando puedeN vender a 80 kilómetros de donde
producen”.
“(El puerto de) Diamante tiene que estar operativo todo el año y hoy eso no
sucede. Cuando las lluvias son importantes, hay problemas con el calado Hay que
darle a este tema una solución definitiva porque no puede ser que todos los años
gastemos plata para dragarlo”, remarcó Montero.
La plata que se va
En medio del conflicto agropecuario, la Bolsa de Cereales de Entre Ríos hizo
un trabajo en donde demostró que un productor que hacía 500 hectáreas de
agricultura, entre trigo, maíz y soja, sólo aportaba a la provincia el 1,6% de
sus impuestos. “Cuando la distribución de impuestos es tan inequitativa, las
herramientas que se tienen desde el Gobierno provincial son muy escasas”, señaló
Oscar Montero, el presidente de la entidad.
La rotación de cultivos
“Hace poco leí en EL DIARIO unas declaraciones del presidente del INTA, el ingeniero Carlos Paz, en las que aseguraba que vamos a llegar a los cien millones de toneladas. Y ojalá sea cierto. Carlos Paz es una excelente persona, pero a mí me gustaría verlo preocupado por la rotación de cultivos. Me gustaría que le explicara al Gobierno que si no se bajan las retenciones al maíz, al trigo y al sorgo, no podemos incentivar la rotación”, remarcó Montero. “Me gustaría verlo preocupado al presidente del INTA, ante la baja de los niveles de nutrientes de los suelos, apoyando una política activa de fertilización para que el productor pueda reponer en los suelos los nutrientes que le saca”, agregó.


