Así, sencillo y contundente Ignacio Iriarte, un destacado analista ganadero, pintó en su reciente Informe mensual la situación del sector y -en este caso- de los pequeños productores que en Misiones son la casi absoluta mayoría.
"En muchas zonas -añadió Iriarte en ese estilo casi coloquial con que escribe- se gastó mucha plata alimentando la vaca a la espera de que la seca se revirtiera. Se destetó terneros con 20-30 kilos menos que lo habitual y vendieron sus vacas a 200 ó 300 pesos.
Hoy tiene mucho menos vacas y aunque el precio, el clima y la preñez se recuperaran, ve que en los próximos años su facturación se ubicará por debajo de los costos fijos".
Un diagnóstico amplio
Según el director de Informe Ganadero, el panorama incluye a productores que no están pagando sus obligaciones fiscales y no se animan a percibir las ayudas oficiales.
"La mayoría de ellos (por los productores chicos) tiene una parte de la hacienda en negro, están atrasados en el pago de los impuestos, por lo que a menudo no son sujetos de crédito y hasta temen presentarse a cobrar subsidios".
El trabajo de marras fue acercado a este diario por el veterinario doctor Ricardo "Tito" Luzuriaga. Como Iriarte recorre el país puede hablar con el fundamento del que ‘patea’ las chacras y tiene olor a estiércol en sus botas.
"En muchas zonas de cría nos aseguran que de dos años a esta parte se redujo el número de criadores; muchos de ellos son banquineros, pastajeros, empleados de las mismas estancias o terceros que en épocas normales se les permitía tener algún ganado".
Lo que viene: 4 millones menos
Los vaticinios no son halagüeños y las perspectivas tampoco.
"Pasará mucho tiempo antes que estos pequeños criadores vuelvan a estar en condiciones de acumular capital hacienda y dado el papel marginal que siempre tuvo el crédito en la ganadería argentina, la mayor parte de la financiación deberá salir del precio de la hacienda que tendrá que ser mucho más alto que el actual para gatillar un proceso de recomposición de rodeos, después de tres años de dura liquidación".
Según Iriarte, para el año que viene habrá 4 millones de vacas menos.
"En el próximo servicio, deberían entorarse unos 20 millones de vacas, unos 4 millones menos que en 2007. Pero hay tres factores que pueden atentar para que no lleguemos siquiera a ese número.
Primero la mortandad de vacas que se espera en gran parte del país a medida que avance el invierno o que empiece la parición.
Segundo, el hehco de que muchos criadores -por la sequía y por la caída de
los ingresos
se comieron todo o parte de la reposición habitual.
Tercero, porque muchos criadores -en una tactación pre-servicio- están descubriendo un peso y un desarrollo muy inferior a lo habitual del aparato reproductivo de las vaquillonas de primer servicio que llegan con un peso inferior al recomendado y un retraso en la madurez sexual generalizado".
"Los productores chicos tienen hacienda en negro, atrasos en los impuestos, no son sujetos de crédito y hasta temen presentarse a cobrar subsidios"
La Voz


