Desde el punto de vista de los fundamentos de oferta y demanda lo único que ha cambiado es que tras una siembra tardía, el clima es propicio para los cultivos norteamericanos, pero los bajos stocks y la demanda activa siguen. Pero el cambio de fondo es este mercado viene del lado de las finanzas: el optimismo que destacábamos en informes anteriores parece haberse moderado.

Es posible que la razón por la cual el optimismo de los especuladores y sus fuertes compras estén haciéndose más lentas debido a que el gobierno ha puesto sus ojos sobre el rol que han tenido en los mercados últimamente. El Congreso norteamericano ha notado el episodio del año pasado, donde por el accionar de los fondos, la posición disponible del mercado de Chicago cotizaba muy por encima del precio real de la mercadería. Esto en medio de una política de mayor regulación y control en los mercados podría generar que los fondos deban achicar posiciones o bien tengan dificultades para seguir comprando.

Si se diera lo primero, con una gran posición comprada de fondos, se produciría una fuerte baja por las ventas que se desencadenarían. En el segundo caso, el mercado perdería uno de sus elementos más dinámicos, y el que explica gran parte de la volatilidad, por lo que se podrían esperar mercados más cautos hacia delante.

Volviendo a los fundamentos, el mundo sigue con una fuerte estrechez de soja disponible. La cosecha Sudamerciana resultó insuficiente, y todavía faltan dos meses para que se trille la Norteamericana. Sin embargo las compras Chinas se habían detenido, para luego reanudarse tímidamente en las últimas semanas, y esto causa cierto temor. Sin embargo los precios parecen haber encontrado un nivel lo suficientemente alto como para que los compradores racionen sus adquisiciones, y que los vendedores estén dispuestos a entregar su mercadería.

En cuanto a la cosecha nueva norteamericana, en el caso de maíz y soja, los cultivos se sembraron tarde, pero eso ya es parte del pasado. Ahora están en sus primeras etapas de desarrollo, y el clima es cálido y húmedo, con lo que los cultivos vienen evolucionando muy bien, y esto se nota en la calificación semanal que da el USDA que coloca a los mismos en los niveles más altos históricos.

En julio tendremos el período de floración del maíz, el cual es crítico, con lo que el clima de las próximas semanas resulta crucial para este cultivo. En el caso de la soja el período crítico se extiende hasta agosto. Esto nos hace pensar en el hecho de que hoy los mercados no perciben riesgo climático, y por eso las cotizaciones para las posiciones de cosecha nueva están más tranquilas, pero con un par de semanas secas, eso podría cambiar. Hay que estar muy atentos a esto.

En otro orden de cosas, esta semana se conocerá el reporte de área sembrada del USDA donde los privados nuevamente están apuntando a que se implantó finalmente más soja y menos maíz. Los mercados han estado descontando esto la última semana en el caso de la soja, pero han hecho poco en el caso del maíz. Veremos finalmente si los privados finalmente ven corroborada su versión de los hechos, o si el USDA sigue con la misma distribución de áreas.

Tenemos que recordar también que con las estimaciones actuales, lo que se observa es que los stocks de soja se recuperarían levemente, sin salir de la zona de peligro, mientras que los de maíz caerían y se pondrían en niveles preocupantes. Esto nos hace pensar en un futuro de precios más promisorios para el maíz que para la soja. Especialmente si el área finalmente fue mayor para la oleaginosa y menor para el cereal.

En cuanto al trigo, se inicó la campaña en EEUU y esto deprime los precios en Chicago. Sin embargo el trigo es un grano mucho más “cosmopolita” habrá que ver como le fue al resto de los productores para armar una visión más clara de los precios a futuro. Pero debemos señalar que la producción está cayendo respecto del año pasado, pero tras una fuerte recomposición de stocks.

Localmente esta semana despejaremos uno de los datos que más desvelos venía causando: el resultado de la elección legislativa, la lectura que hará de ella el gobierno y finalmente su reacción. Muchos temen que exista algún “manotazo” del gobierno a la caja agropecuaria por su necesidad de fondos, y lo rápido que resultaría este mecanismo para engrosar las arcas del estado. Sin embargo, el sector está muy sensible, y tocar los bolsillos de los productores en este contexto generará reacciones poco predecibles, pero seguramente malas.

Llama la atención que, en medio de una campaña con poca mercadería, los compradores no estén poniendo “toda la carnes al asador”, en el sentido que los precios pagados son inferiores a las paridades de las industrias. Sin embargo, para el productor Argentino el tiempo se acaba, ya que cuando la mercadería norteamericana entre al mercado podría generar un problema de sobre oferta puntual que haría caer los precios, y por otro lado tenemos que ver la cuestión política que mencionábamos antes.

En cuanto a los cereales, tras la publicación del acuerdo del maíz y la extensión del de trigo., ambos por un millón de toneladas, en condiciones similares a las anteriores, los compradores se retiraron de mercado. Aparentemente querrían ver que pasa tras el resultado de las elecciones, pero lo cierto es que los acuerdos y la resolución que los implementan ya están publicados.

El grave problema que generaría que el maíz pasara a pagarse a valor de mercado es que la ganadería y el sector de los pollos no disponen de rentabilidad como para pagar un maíz a un precio 100 $/tt por encima de los actuales. Sólo el feed lot podría hacerlo en base al subsidio que recibe. La lechería en cambio está con números en rojo, por lo que ni siquiera puede pagar le precio actual del maíz.

Pero el problema no está en que el maíz esté muy caro, sino que por una serie de regulaciones y limitantes impuestos por el gobierno, la carne y la leche valen mucho menos de lo que deberían por sus valores internacionales. Este problema sólo se resuelve con un fuerte subsidio de parte del Estado, el que si bien no parece tan grande comparado con otros subsidios que se están dando (al transporte o a la energía) o cuando se lo compara con la recaudación por derechos de exportación, lo que sabemos es que la caja está seca, y que no hay espacio para más gastos.

De todas formas para quien tiene maíz o trigo disponible, el único camino es esperar. Quien tiene soja, tiene el problema de que sabe que el precio podría ser mejor, pero si espera demasiado, la cercanía de la cosecha de EEUU podría causar una merma de precios. En este sentido lo mejor sería vender, y comprar CALL para seguir al mercado en papeles y no con físico, o bien por lo menos poner un PUT sobre noviembre en el mercado local (262 pagando 5 prima)

Para la campaña nueva sabemos que el precio del maíz podría ser mejor en el futuro. Sin embargo hoy tenemos un buen valor del mercado local comparado con Chicago, y esto no es habitual para este grano. Ello nos lleva a que también sea buena idea vender y comprar CALL en Chicago, donde podremos ver mejoras si la visión descripta se concreta.

En cuanto a la soja, tanto el diferencial que se paga, como los precios actuales son muy buenos, allí la recomendación de vender y comprar CALL se toma con más claridad.

El trigo es el mercado más difícil este año, porque si nos dejamos llevar por la pobre cosecha que habrá la decisión debería ser retener. Pero si tenemos en cuenta que el mercado es cada vez más político para este cereal, la recomendación sería capturar la rentabilidad actual vendiendo.

Dante Romano - Centro de Gestión Agropecuaria