Muchas palabras. Probablemente demasiadas para un comicio de renovación legislativa que no era tan importante pero como carece de agenda, de programa, de ideas frente a la crisis -es tan elemental, tan básico, tan berreta el kirchnerismo...- Néstor Kirchner convirtió en elección semipresidencial.

También probablemente una consecuencia de sus angustias físicas, Kirchner ha desarrollado un ego gigantesco. Entonces, si él compite en un comicio, es la vida o la muerte.

Pero, última vez que se usará en esta nota el probablemente, él no lanzaría el Apocalipsis probable si no estuviera contando con el fraude bonaerense, que ha permanecido desde los días de Eduardo Duhalde (pero no le permitieron a éste ganar en 1999). Es decir que es un fraude derrotable. No es un dato menor.

Resulta increíble que Alejandro Tullio, director nacional Electoral, haya decidido pasar a la historia como el radical kirchnerista que no desmontó el fraude electoral. Con todas la proyección intelectual que se autocalificaba, se aferró al carguito que tiene (desde los días de Fernando De la Rúa).

Mientras se resuelve el intríngulis planteado sobre el fraude posible, algunos recortes:

Julio Blanck en el diario Clarín

"El viernes, cerca de las 7:30 de la mañana, mientras corrían en la cinta en un gimnasio de la calle Ocampo, Francisco De Narváez le dijo a Mauricio Macri que el último relevamiento telefónico hecho por su consultora cautiva le daba un empate en 33% de intención de voto con Néstor Kirchner, y relegaba a Margarita Stolbizer con poco más del 18%. Pero no se entregaron a la euforia por ese dato: una encuesta telefónica, aun ésta de 1.888 casos, no mide a muchos votantes del Segundo Cordón del GBA, la Argentina profunda a la que, entre otras cosas que no llegan, tampoco llegan los teléfonos de línea. Es una zona de voto duro para Kirchner, un voto que los estrategas opositores califican como "impenetrable".

Los números en los que cree De Narváez son los de la macroencuesta domiciliaria que le entrega su consultora. Los datos de esta semana lo ponen poco más de 3% por debajo de Kirchner. Tampoco esa cercanía le desata el entusiasmo: supone que si llega así a la elección, el empuje final del aparato peronista y "el fraude" -amenaza en la que insiste sin dar más precisiones- podrían estirar esa diferencia en contra.

Más escépticos, sectores del peronismo disidente aliado a De Narváez sostienen que la diferencia real es hoy de 6% a favor de Kirchner. Se basan en una mezcla de percepción política y de encuestas a las que el peronismo, disidente o no, consulta religiosamente desde hace años. El resultado de esa ensalada no es muy científico. Pero marca el clima que domina en el ambiente político.

El kirchnerismo machaca para consagrar ese estado de opinión como irreversible. Hablan de diferencias finales de 10 puntos o más. Lo dicen en privado, pero con notorio interés en que se haga público.

Para De Narváez es clave romper esa idea corrosiva según la cual la elección ya está definida y sólo queda por establecer cuál será la diferencia. Intentará quebrar esa inercia desde este fin de semana. Y apuesta, sin rodeos, a la difusión de encuestas que mostrarán una marcada paridad. Esos sondeos son el secreto político peor guardado en mucho tiempo. (...)".


Marisa Álvarez en el diario platense El Día

"(...) Para las últimas tres semanas de campaña, el kirchnerismo ha optado por exhibir un nítido perfil ganador en la Provincia, que lo muestra condescendiente y "perdona vidas" con los peronistas disidentes de Unión-Pro -a los que ya invitan a volver al redil-; y de relativa buena onda con el pan-radicalismo del Acuerdo Cívico, al que le pronostican el segundo lugar en el resultado electoral, aunque en esta línea se esfuerza mucho más Daniel Scioli, ya que Néstor Kirchner se acuerda dos por tres del "helicóptero de la Alianza".

Encuestas en mano, en la intimidad el oficialismo también se dice absolutamente seguro de la victoria en el distrito bonaerense. La dan por hecha aunque, a contramano del discurso público, le otorgan el segundo lugar a la alianza del PJ anti-K y el macrismo. Aparecen, sin embargo, diferencias internas sustanciales. En la Casa Rosada y en Olivos consideran que la diferencia a su favor será "como mínimo, de ocho a diez puntos". En la Gobernación sostienen que la brecha sigue rondando los cinco-seis puntos y descreen de las proyecciones de los indecisos que aumentan esa diferencia.

¿Manejan encuestas diferentes? ¿Tienen distintas interpretaciones técnicas de los mismos números? ¿O las proyecciones de cada uno están contaminadas por lo que quisieran que ocurra? La interna que inevitablemente -2011 mediante- subyace en la relación entre Néstor Kirchner y Daniel Scioli podría tener una primera y fuerte definición en la noche misma del 28.

En Olivos evalúan que una diferencia de ocho o más puntos permitiría hablar de "la victoria de Kirchner", así, "a secas". Y en la Gobernación entienden que un triunfo por no más de cinco puntos consolidaría la interpretación de que la candidatura de Scioli aportó el plus imprescindible para la victoria del oficialismo.

El tema resulta clave porque unos y otros atan la lectura de los resultados del 28 a la carrera presidencial del 2011 que, en estos tiempos acelerados, empezará a correrse el día después de estos comicios. Todos descuentan que el santafesino Carlos Reutemann, desde afuera del kirchnerismo, será uno de los aspirantes firmes del peronismo. Y en ese marco los comicios bonaerenses funcionarían para el kirchnerismo como una interna en la que se definiría si será Kirchner o Scioli el presidenciable del sector. (...)".


Joaquín Morales Solá en el diario La Nación

"(...) De Vido es la paradoja caminando. En cualquier conflicto deja trascender que él está tendiendo puentes o haciendo buenas gestiones. Nunca puede nada. A Techint le aseguró que la ayudaría en sus problemas con Chávez, pero De Vido es el hombre más cercano a Chávez en el gobierno de los Kirchner.

El caso de Edesur es también un ejemplo de la ingratitud de Kirchner. Una semana antes, el gobierno español había aprobado una fórmula para resolver el conflicto del gobierno argentino con Marsans por la premeditada expropiación de Aerolíneas Argentinas. El consejo de ministros autorizó al Instituto de Crédito Oficial (ICO) a renegociar los plazos de una vieja deuda del gobierno argentino con el español, que había caído en default en 2001. La política consiste en alargar los plazos del pago de esa deuda, ya normalizada, para que el remanente sea usado por los argentinos para comprar los aviones que Marsans había encargado a Airbus.

La fórmula permite varias cosas: a Marsans recuperar los pagos que le hizo a Airbus por aviones que nunca usaría; a Aerolíneas Argentinas contar rápido con 30 aviones nuevos, y a la Argentina zafarse de los tribunales internacionales. Rodríguez Zapatero estaba más preocupado por los poderosos empresarios de Marsans, líderes de la central empresaria española, que por Kirchner. Pero fue un gesto importante, que Kirchner pagó con la descalificación pública de otra empresa española.

Los afligidos y unánimes empresarios, y no pocos peronistas, creen que Kirchner es así no más: un tren que avanza por una vía y que, por lo tanto, le es imposible girar antes de chocar. El choque definitivo sería la chavización de la Argentina. ¿Se puede ser Hugo Chávez sin petróleo, sin ejército y sin la mitad de la sociedad? No. La única pregunta que resta hacer es si Kirchner reconocerá mansamente esos límites o si, por el contrario, se dejará acorralar por la última utopía de su vida."


Sergio Serrichio en Los Andes, de Mendoza; La Voz del Interior, de Córdoba

"(...) La contradicción oficial sobre el manejo de los fondos jubilatorios se hizo patente en la presentación de la nueva línea de créditos para vivienda, cuando Boudou dijo que el aporte de la Anses al banco Hipotecario, para financiar la operatoria, se hizo “en dólares, para defender los fondos de los jubilados, que quede claro”.

Si de esas palabras hay algo que queda claro es que Boudou piensa que el peso es y seguirá siendo una mala moneda para ahorrar.
        
Esto es, que tenemos alta inflación para rato.

Es cuanto menos curioso que el principal financista del gobierno desdiga tan nítidamente al ex presidente Néstor Kirchner, que conminó a los bancos a bajar las tasas de interés en pesos, y a la propia presidenta, que - sin hacer mención a los fondos de Santa Cruz - criticó la decisión de Techint de mantener en el exterior la primer cuota que cobró del gobierno de Hugo Chávez por la estatización de Sidor en Venezuela.

Por su parte, el divorcio del Gobierno con Techint y la “burguesía nacional” representada por la UIA, sigue en la fase declarativa.
        
El jueves, por caso, Kirchner acusó a Siderar, principal empresa del grupo en la Argentina, de no pagar a sus trabajadores y repartir dividendos, lo que fue inmediatamente desmentido por Siderar.

La acción vendría tras las elecciones. O al menos eso insinúa Kirchner cuando se muestra, como en estos días, más cerca del titular de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Antonio Caló, que del secretario de la CGT, Hugo Moyano. Caló es un entusiasta de la reestatización de Siderar (ex Somisa). Moyano, en cambio, ha dicho que estatizar empresas no cotiza alto en su manual del buen peronista.

Hasta ahora, la judicialización política y el doble discurso oficial sobre la economía fueron contrarrestados por el repunte del precio de la soja ( 50 por ciento respecto de noviembre de 2008; 40 respecto de marzo pasado ). Así, pese a un horizonte productivo en declive, hay temporal abundancia de dólares, por liquidación de exportaciones.

Ello, junto a la revaluación de las monedas regionales (en particular, del real brasileño) le quitó presión al dólar, eterno termómetro de las desavenencias argentinas.
         
Envalentonado, el Gobierno hasta decidió “canjear” bonos en dólares que vencen en agosto, de modo de achicar el pánico sobre la solvencia del fisco K.

Se trata, sin embargo, de un efecto óptico más que de un cambio de tendencia.
        
La pobreza de la política y la precariedad de la economía harán difícil que ese espejismo se prolongue mucho más allá de las elecciones
."


Mariano Thieberger entrevistó a Carlos Reutemann en el diario Clarín

"(...) -¿Y quiénes cree que estarán en carrera?

-Todos los que tengan buenos resultados el 28.

-¿Scioli?

-Puede ser Scioli, Insfrán, Das Neves, pueden ser todos.

-¿Y Kirchner?

-También.

-¿Cree que podría aspirar a otro período presidencial?

-No lo descarto.

-¿Y lo enfrentaría a Kirchner en una interna?

-¿Y por qué no? Hay que ver si son cerradas, si son abiertas. Todavía no conocemos cuáles van a ser las reglas de juego.

-En el peronismo son muchos los que creen que el ciclo de Kirchner está terminado, está claro que usted no.

-Yo no lo veo así, creo que no.

-¿Cómo es su relación con Scioli, comparten un pasado de deportista, llegaron a la política...?

-De la mano de Menem, a ver si lo recordamos de nuevo. Con Scioli tenemos una relación de respeto, la verdad que es un caso llamativo de la política. Mirándolo de afuera, y viendo la situación de la Provincia, da la impresión de que tiene una enorme dependencia de la Casa Rosada.

-Usted fue gobernador, ¿eso no le pasa a todos? 

-La verdad es que yo no dependí nunca de la Casa Rosada.

-¿Se sentaría a hablar con Kirchner después de la elección?

-La verdad es que no hablo con Kirchner desde hace bastante tiempo, no fui a ninguna reunión del partido, tampoco me ha consultado sobre el conflicto con el campo...

-Pero hace un tiempo hubo un encuentro en Olivos...

-Hablamos sólo de la realidad de Santa Fe...

-El socialismo dice que nunca va a poder ser Presidente porque no hay ley de lemas.

-El socialismo debería dedicarse a gobernar y dejar de imitarlo a Goebbels con tantas mentiras. Tienen una escuela jodida de miente y miente que algo quedará. sultados el 28."