Con mayor o menor nivel de paralelismo, podemos decir que en el campo y la agroindustria, ya pasamos en algún momento por todo esto. Suena a un “deja-vu”, en donde uno dice…, ¿esto no lo he vivido anteriormente?. Si de algo se ha caracterizado nuestro país es por una suerte de “ciclos de subas y bajas”, fruto de buenas y malas políticas. Algo se sigue destacando en estos ciclos, es la falta de “una verdadera continuidad” en las políticas, estrategias y acciones que nos lleven a ser “sustentables”.


Será difícil apuntar en estos momentos tan alto, como para imaginar que podremos llegar a revertir estas debilidades dirigenciales y de liderazgo político, pero si vamos a intentar sumar ideas y pensamientos “proactivos”, en lo que sea sostenernos frente a la crisis.


Los ciclos que fueron y son

El Prof. Jorge Hermida, a quien escuche y admiré por sus reflexiones claras y de sentido común, transmitía a mediados de los ´90, y frente a la crisis de ese momento,  ideas que son muy actuales y que demuestran el “deja-vu” al que hacíamos mención anteriormente. Decía que “las crisis” son situaciones de fractura de un fenómeno que cambia, a veces abruptamente y otras, agotando una conducta y asumiendo otras. Las crisis en si mismas, no son buenas ni malas, son un dato de la realidad y suponen un conjunto de fuerzas que superan en su magnitud, a cada una de las personas o de las empresas. 

Lo bueno o lo malo de la crisis, surge de cómo se está preparado para soportar sus consecuencias, o para aprovechar las oportunidades que aparecen a partir de dicho cambio. Si no se está preparado para el cambio, las amenazas muestran su cara hostil a las empresas y personas que estaban acostumbradas a su anterior realidad. Si por el contrario, existe una actitud de flexibilidad para anticiparse al cambio, se pueden aprovechar las oportunidades que aparecen y provocan las crisis. Hermida lo expresaba con claridad y esto nos da lugar pensar en trabajar sobre nosotros mismos, en el convencimiento que hay una salida. Incluso si uno le agrega una cuota de optimismo y esperanza, esta misma salida…, puede ser una oportunidad de mejora y de crecimiento, no esperado con anterioridad a la crisis. ¿No son actuales estos pensamientos?, tienen quince años de historia, y nos demuestran que este pasado reciente, fue también un ciclo a la baja del que el país y las personas salimos adelante

 

Cómo manejarnos en tiempos de crisis

En otros trabajos hemos planteado las 3 formas de encarar los procesos de crisis. Una es bajar los brazos, tal vez en forma inconciente, y así caer en las profundidades; a costa de no poder volver a reflotar aún después de que la crisis termine. La segunda es la de mantenernos a flote, y esperar a que la marea nos arrastre; a costa de no llegar sanos a la orilla salvadora. Y finalmente, la que recomendamos, que es nadar, nadar y nadar; con la mirada en el horizonte, para no perder de vista el objetivo.  Con esta tercera forma de encarar las crisis, en nuestro nadar sobre el agua, arrastraremos con nosotros a otros que también quieren salvarse, pero no están preparados para la travesía (recordemos los mensajes integradores del Congreso Nacional CREA, “Somos parte de una Argentina posible”).

 

Los chinos, que hoy son el tractor de demanda de los alimentos que producimos, ya hace 4.000 años presentaban a la crisis con un símbolo; en la parte superior este expresaba el concepto de amenazas, pero en el inferior, quería decir oportunidades. Hermida analizaba también, que desde hace miles de años que se vienen dando crisis de cambio y transformación y que en ellas los efectos son dobles. Existen amenazas que están en la superficie de la crisis, y que es lo primero que apreciamos y que por supuesto, ejerce un efecto de angustia, parálisis y temor. Pero, y esta es la buena noticia para los que quieren “nadar hacia la costa”; en la profundidad de la crisis, y tapadas por las amenazas, existen oportunidades para todos aquellos que tengan la capacidad de identificarlas.

El asociativismo

Sondeando en la lógica de los agronegocios, y de las experiencias que sumen a encontrar esas oportunidades, recordaba una conversación en Pergamino a mediados de Febrero de este año, con un empresario de la industria de semillas forrajeras. Parte por sequía y parte por malas políticas agropecuarias, comentaba cifras de varios ceros de pérdidas operativas; pero en forma inmediata expresó su esperanza de salir adelante. ¿Cómo?, reviendo bajo las amenazas, revolviendo en sus profundidades, y encontrando luces pequeñas pero parpadeantes, en las oportunidades existentes. ¿A partir de qué?, en principio, a partir de repensar el negocio, “out of the box”, o “fuera de la caja negra de nuestros propios paradigmas”,  como dicen algunos pensadores  de los negocios.

 

En una nota realizada a fines de Mayo al Ing. Luis Gonzälez Victorica, Presidente de Cazenave S.A., uno de los  fondos agrícolas  con más antigüedad y hectareaje sembrado; extrajimos algunos conceptos prácticos, o luces que se reflejaban desde el fondo de las aguas de la crisis. Algunas ideas listas para su aplicación en la Campaña 09/10: “relaciones ganar – ganar”, “asociatividad”, “nueva relación productores – propietarios”; “uso de seguros multi-riesgo”, “cuidado del medio ambiente agropecuario”, y “docencia para encontrar nuevas formas de producir”.

Estas ideas las vamos a desarrollar y profundizar en nuevos artículos; están planteadas y elaboradas sobre la experiencia de los ciclos de subas y bajas de nuestro país, y la necesidad de hacer que los mismos se “normalicen”, para llegar alguna vez a ser “sustentables”.

 
Agricultura certificada

Hay temas interesantes que suman a la búsqueda de luces en el fondo de la crisis; vamos a mencionar algunas de ellas. En el ámbito de Expoagro 2009, tuve la oportunidad de intercambiar ideas con técnicos de Aapresid, especializados en la “creación de valor desde el campo” a través de la “agricultura certificada”. La propuesta se basa en crear protocolos y sistemas de trabajo, basados en la experiencia práctica de la asociación de SD y su red de productores. El resultado se enfoca en maximizar los canales comerciales y los precios a recibir, a partir de la confiabilidad, trazabilidad y calidad de una producción extensiva, pero controlada y gestionada sobre la base de “conocimiento intensivo”.

 

Seguros agrícolas y el Plan B

En cada una de las conversaciones con estos “exploradores de nuevas oportunidades en medio de la crisis”, han surgido dos amenazas fuertes. La primera es “controlable” y la segunda no. La primera esta conformada por las malas políticas y controles que van contra la lógica natural de los seres humanos, nadie trabaja y hace lo que no le gusta por la fuerza…, por lo menos no por mucho tiempo. La segunda, y es fruto de la naturaleza, esta dada por el clima y la falta de precipitaciones. Ambas son generadoras de los mayores temores para invertir en esta nueva Campaña. Diría que ambas al mismo nivel.

 

Para la primera amenaza, solo hace falta “entender y explicarle a otros” qué se puede hacer, y qué alternativas existentes pueden ayudarnos a seleccionar bien sin equivocarnos, y hablo del poder democrático que tenemos los ciudadanos a través del voto. Para la segunda, el clima, están las condiciones de manejo, la tecnología existente y la comunicación fluida entre empresas proveedoras, agentes de extensión y productores. Pero también han surgido mayores demandas de “invertir en asegurar la producción”. Siempre es clave contar con un plan B. Los que avanzaron en esto, aseguran que los “seguros multi-riesgo” fueron fundamentales para nivelar financieramente, las pérdidas productivas de la campaña pasada.

Valores de los Insumos

Un tercer tema que es interesante analizar, es el de los costos 2009 para producir. En cuanto a los alquileres, ya se ha definido un camino; las relaciones contractuales, van por la “asociatividad”, el propietario pone su campo, y el “productor - inversor” los insumos, el capital trabajo - conocimiento, las labores y la gestión – seguimiento.

 

En cuanto a los insumos, reflota la idea de hacer “ingeniería de compras”; buscando negociaciones “ganar – ganar” con distribuidores, proveedores y empresas; avanzando o explorando en los sistemas de compras por Internet, reforzando el sistema de compra conjunta, entre otras. ¿Y los valores?, los mercados siempre buscan su equilibrio, sino piense en la factura de luz que le llegó a su casa; por controlar los precios relativos, el mercado “le pasa la factura”, tarde o temprano. En el negocio agropecuario, las relaciones “insumo – producto”, entre la producción y las empresas, buscan el equilibrio, vía valores, condiciones, paquetes de compras, o plus de servicios adicionales.

En la primera quincena de Marzo de 2008, todos estábamos motivados y con ganas de superar las 100 mill. de tons. de granos, pero muy pronto todo cambio. Malas políticas, nos llevaron a las 70 mill., estimadas por los analistas de mercado. Si buceamos en la profundidad de la crisis, tal vez veamos luces de oportunidad. Arrancamos este 2009 con seca y malas políticas…, pero a diferencia del Marzo pasado, estamos preparados para ese escenario. Si hacemos el ejercicio, de intentar mirar el “vaso medio lleno” y somos positivos, podemos creer que todo esto se puede dar vuelta; y si se da…, que nos agarre bien preparados.

Por Ricardo D. Bindi – Revista Agromercado Junio 2009