El intendente de Centenario aseguró que el matadero no contaminó la meseta y
señaló que el gobierno provincial no puede clausurar la planta. Especialistas
medioambientales señalan que la sangre no puede ser utilizada como abono.
La ley lo prohíbe.
El intendente Javier Bertoldi aseguró que el matadero municipal no contaminó la meseta, y cuestionó la clausura ordenada por el gobierno provincial luego de conocer que la planta descargaba desechos patógenos sobre la misma.
"El tema de la contaminación es mínimo. Es mucho más problemático una bolsa de nylon que la sangre, que se usa como abono. No sabíamos nada y no existen autorizaciones para hacer eso", aseguró ayer ante una consulta de este diario.
No obstante, para los especialistas medioambientales la sangre "no puede ser utilizada como abono", ya que en estado de descomposición -como se descargó en la barda- sí genera vectores contaminantes, y las opiniones están divididas.
El jefe comunal se refirió a los hechos irregulares que publicó La Mañana de Neuquén sobre el matadero, y atacó al gobierno provincial. "La provincia no puede clausurar el matadero porque eso es facultad del Senasa", expresó ayer reflejando su molestia.
Bertoldi agregó que la clausura del matadero generó un "problema social" dentro del barrio Villa Obrera, ya que unos 40 empleados están suspendidos y un grupo le solicitó que intercediera para reabrir la planta de faena.
"No queremos que se clausure una empresa más en Centenario por los tiempos en que vivimos. Las empresas tienen que cumplir las normas", señaló.
Según su versión de los acontecimientos, la comuna de Centenario "no estaba al tanto" de las descargas de sangre en 18 piletones sobre la meseta, a unos 100 metros del basural municipal, y tampoco hubo una autorización formal por parte del Estado.
En ese sentido dijo que la Subsecretaría de Medio Ambiente de la provincia, a cargo de Julio Anguita, no tiene facultades para clausurar el matadero.
"El único que puede clausurar es el Senasa, nopuede hacerlo el gobierno provincial", sostuvo.
A través de la Disposición 243/09 el organismo provincial ordenó el cese de las actividades dentro del matadero y una multa de 10 mil pesos por el daño causado en la meseta, a través del arrojo de sangre y desechos patógenos de la faena.
¿Sirve o no como abono?
La directora provincial de Gestión de Residuos Sólidos e Industriales, María del Carmen Sambin, dijo que la sangre animal no puede utilizarse como abono y el matadero violó claramente la Ley 1.875, por lo que corresponde el cese de las actividades.
Pero para los ambientalistas del Gobierno la sangre animal sólo puede utilizarse con ese fin, con un previo tratamiento, que implica bajarle el contenido de proteínas, un proceso que el matadero municipal no pudo llevar a cabo.
"Es contaminante"
El epidemiólogo Luis Olarte sostuvo que "el producto de todo matadero es biológico (sangre, grasa) y un foco capaz de generar enfermedades en las personas y de producir más insectos y roedores en su cercanía".
Consultado por este diario, el ex director del Departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud afirmó que es contaminante "a nivel del suelo y su posible filtrado a aguas subterráneas, cuando no su vertido a un curso de agua. La masa biológica contaminante muchas veces por su alta concentración no alcanza a ser depurada por la flora y la fauna acuática, y contaminan las aguas que posteriormente pueden utilizar las poblaciones urbanas, con mayores costos en su purificación".
La Mañana


