El dato, que implica un reducción del 5% en el stock ganadero, surgió de comparación de la última vacunación contra la fiebre aftosa, a fin de 2008, con la de un año antes.
Según datos del SENASA, si en el segundo semestre de 2007 se aplicaron 60.706.950 dosis de la vacuna, a fines del año pasado los pinchazos se redujeron a 57.736.145. Esto es 4,9%.
La cifra no coincide exactamente con el stock de vacunos (en algunas casos, pueden llegar a aplicarse más de una dosis por animal), pero se le aproxima bastante. El dato cierto de cuántas vacas hoy no se conoce, pues el INDEC demora la difusión del Censo Agropecuario 2008.
La intensa sequía, el alto consumo, los bajos precios al productor, el avance de la agricultura y la intervención oficial confluyen para explicar este brusco achicamiento del negocio ganadero, de acuerdo con la mayoría de los analistas.
El SENASA coincide: atribuyó el fuerte ajuste al "aumento de la faena desde fines de 2007" y "el impacto producido por la sequía". Como el fenómeno climático persiste, la caída del stock podría ser mayor cuando concluya la vacunación de este primer semestre.
Néstor Roulet, vice de CRA, recordó que este proceso de achicamiento se inició en 2006, con las primeras intervenciones del secretario Guillermo Moreno, en el mercado, que apuntaron a imponer un techo al precio de la hacienda.
"Estas acciones desalentaron la producción del novillo pesado", juzgó el ruralista en un informe en el que muestra que la producción de carne a partir de machos se redujo de 1,9 millones de toneladas en 2005 a 1,5 millones este año.
"Ante este escenario fue necesario aumentar la cantidad de animales faenados", señaló Roulet.
Así, para atender el consumo, las hembrasfaenadas crecieron de 6,3 millones en 2005 a casi 8 millones este año. Las vacas ocupan más de la mitad de la faena total, cuando lo normal y recomendable es que representen más del 42%.
La Nacion


