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La caída de un 21% de la cosecha de soja y la merma de ingresos para el Estado en 3500 millones de dólares este año respecto de 2008 parecen no haber despertado mayor preocupación en los despachos oficiales.


Sólo así se entienden las acusaciones periodísticas que brindó el jefe de la AFIP, Ricardo Echegaray, sobre la supuesta ilegalidad en la que incurren los exportadores de granos y oleaginosas por operar en paraísos fiscales. En el mismo sentido se orienta la decisión de terminar con el régimen de importación temporaria para procesar soja proveniente del Paraguay que le permitía a las aceiteras ingresar y agregarle valor al producto sin pagar aranceles.


En el mismo período que la cadena de la oleaginosa padece un fuerte cimbronazo por efecto de la sequía y de la crisis financiera global, el Gobierno arremete contra el sector que más dólares le provee por exportación de bienes. Es como pegarse un tiro en el pie.


En rigor, Echegaray acusó a los exportadores de granos y aceites un día después de que se conocieran los datos de la recaudación fiscal de marzo, que creció un 23 por ciento respecto de 2008, pero entre otros motivos, porque el Estado no les paga los reintegros a los exportadores.


El jefe de la AFIP echó un manto de sospecha sobre los exportadores al señalar que el 70 por ciento de las operaciones sobre las que se reclamaba reintegros estaba siendo investigada por operar con paraísos fiscales.


Los exportadores, no sólo del agro sino del resto de las actividades económicas, sostienen que el organismo estatal tiene los medios tecnológicos para evitar irregularidades sin que sea necesarios dejar de pagarles los reintegros. Y creen que se trata de un problema de la caja del Estado.


Uno de los sectores a los que más afecta esta demora del Estado es el de la industria frigorífica. Fuentes de la actividad advierten que la deuda complica la rentabilidad de las empresas en un momento en el que el mercado internacional de carnes está muy inestable. "Las cifras de exportación de marzo muestran una caída preocupante", sostuvo un ejecutivo.


Además de no cobrar los reintegros, la industria frigorífica tiene que pagar un 5% de derechos de exportación. Si una parte de la cadena se resiente, los efectos se sentirán sobre el resto de los eslabones. "Ya hay pocos incentivos para que el productor invierta en novillos pesados, esto puede empeorar la situación", dijo un industrial.


Es curioso: hace unas semanas la presidenta Cristina Kirchner les pedía a los embajadores que se conviertan en vendedores de los productos argentinos en el exterior . Y los propios embajadores se reunieron con los industriales frigoríficos para trabajar juntos. El modelo a seguir era el de la firma de convenios país-país a los que no les alcanzan las restricciones impuestas por el Gobierno para la exportación de carne (cuotas y sistema de encaje). Así, la industria consiguió rubricar tratados con Túnez y Venezuela, entre otros destinos.


Con la demora en la devolución de créditos impositivos que tiene el Estado con el sector privado, los frigoríficos ven erosionada su competitividad, razonaba un ejecutivo del sector.


"Además de lo que nos pasa a nosotros, el gran problema es la cría. De nada sirve que a la industria le vaya muy bien si dentro de unos años padecemos una caída dramática del stock. Mientras se mantenga este ritmo de consumo interno, en unos años tendremos que importar carne", añadió el empresario en coincidencia con el estudio realizado por Aacrea meses atrás.


Con la industria oleaginosa también se están retrocediendo casilleros en materia de competitividad. Hace seis años las aceiteras invirtieron unos 900 millones de dólares para la construcción de puertos y silos con el objetivo de alcanzar un volumen total de molienda para una producción de 50 millones de toneladas de granos oleaginosos. Como parte de ese volumen se incluía a la soja que provenía del Paraguay. De hecho, en 2004 el entonces presidente Néstor Kirchner avaló el régimen con un decreto. Cinco años después, el criterio es distinto. "Si hubieran encontrado irregularidades las tendrían que haber individualizado", razonó un asesor de esas compañías.


Al contrario de lo que creen en los despachos oficiales, la medida, según la industria, no favorecerá un incremento del precio que se le paga hoy al productor. "El mercado se está manejando por otros fundamentos", confirmó un operador.


En todo caso, la decisión oficial respecto de la soja de Paraguay es un episodio que se agrega a la extensa lista de incumplimientos de la Argentina como un proveedor confiable. Sucedió antes con las carnes cuando en marzo de 2006 se cerraron las exportaciones y está ocurriendo desde hace tres años con el trigo, por la intervención del Gobierno en el mercado. Así, Brasil, en poco tiempo más, se convertirá en una potencia triguera.


El mundo sigue andando y no va a esperar lo que haga la Argentina.


Resumen

En la política


El vicepresidente de la Federación Agraria Argentina, Ulises Forte, se presenta como pre candidato de la Unión Cívica Radical (UCR) a senador por la provincia de La Pampa. Otros dirigentes federados fueron tentados a formar parte de las listas de candidatos para las elecciones de junio próximo.


25%

Es la caída de la cosecha de maíz en esta campaña


La frase


"La crisis del agro es por la intransigencia del Gobierno que no deja trabajar al sector más dinámico de la economía"


Hugo Luis Biolcati

Presidente de la Sociedad Rural Argentina