Por culpa de la seca que arrancó en octubre, la cosecha de girasol fue la más floja de las últimas décadas. En la franja costera, girasolera por excelencia, en el mejor de los casos se cosecharon 1400 kilos. Para muchos productores los números son feos: en campo propio salieron hechos, pero en suelo arrendado hay pérdidas de hasta 150 dólares por hectárea

"Analizando los rindes, no es una buena cosecha, pero pensando en lo que llovió, la gente está medianamente conforme. Los mejores rendimientos se dieron en las zonas buenas y donde le llovió un poco más: hay promedios de 2000 kilos, que para este año es excelente. Y después hay toda una variación de entre 800 y 1700 kilos, depende de cuánto llovió en cada campo en enero y febrero".

La descripción realizada por el ingeniero Fredi Dodorico, asesor de la Agronomía Raúl Pérez, es una buena síntesis de la cosecha de girasol que acaba de terminar por estos campos. Faltó mucha agua, es sabido, y por eso faltaron muchos kilos. Las pérdidas, en promedio, rondaron entre el 30 y el 60%, según campos y zonas, y se redondeó la peor cosecha en décadas.

La franja costera fue la más afectada. Región girasolera por excelencia, la falta de agua hizo que se registraran rindes nunca vistos. "Hemos tenido los rendimientos más bajos de las últimas décadas, hubo promedios de 1000 y 1100 kilos y lotes individuales de 700 kilos, cifras que pocas veces se habían visto en esta zona", comenta el ingeniero Patricio Laura, asesor en la costa de la Cooperativa Agraria.

Hacia la zona de Hueso Clavado y Cristiano Muerto, donde recibieron un poco más de agua, los girasoles promediaron los 1500 kilos, mientras que en el resto de la franja costera según el técnico hay que hablar de 1200 kilos de media. Muy poco para suelos acostumbrados a ofrecer girasoles de 2000 kilos para arriba.

El ingeniero Rubén Caro, asesor de la Cooperativa Alfa, suma más datos a la flaca zafra costera: "Nosotros normalmente ahí tenemos promedios de 2000 ó 2200 kilos, y este año el rinde medio fue de 1400". La explicación es una sola: la sequía. "Hubo campos que de setiembre a febrero apenas les llovió 100 milímetros. Un verdadero desastre", afirma Laura. "Lo principal que ha pasado tanto en fina y gruesa, más allá de la falta de políticas, fue el clima. La falta de agua es lo peor que hay porque te baja los volúmenes", aporta Caro.

La otra zona que más padeció los efectos de la sequía fue la de Tres Arroyos hacia Coronel Dorrego. "Para el lado de Copetonas hay promedios de 1000 y 1100 kilos, hay que hablar de una merma cercana al 50%. Y para el lado de Cascallares también anduvo muy complicado", dice Caro. En tanto, un productor que explota varios campos en la zona de Cascallares comenta que "coseché 1800 kilos de promedio en campos que tranquilamente están en los 2500 kilos".

En uno de los campos que asesora la regional local de AAPRESID ubicado en Irene, el girasol apenas rindió 650 kilos, producto de que desde que se sembró hasta que se cosechó el cultivo apenas recibió 25 milímetros de agua. "Nunca habíamos tenido un caso así, y rindió algo porque cuando lo sembramos había muy buena humedad en el suelo", cuenta sorprendido el ingeniero Guillermo Pailhé, asesor técnico de la regional.
"El girasol produce 8 kilos por milímetro, a groso modo se puede decir que si caen 100 milímetros vas a tener un cultivo de 800 kilos. Con lo cual para aspirar a buenos rindes durante el ciclo estaría necesitando entre 250 y 300 milímetros", explica.

El norte

De Tres Arroyos hacia el norte fue donde el girasol mejor anduvo. San Mayol, Ochandio, El Triángulo y Adolfo Gonzales Chaves tuvieron una cosecha aceptable, aunque la falta de agua también se sintió: hay que hablar de una merma que rondó el 30% del potencial del rinde.

"En San Mayol, Ochandio y El Triángulo, en campos donde recibieron algunos chaparrones en diciembre y enero, se dieron promedios de 2000 kilos", apunta Dodorico. El panorama de los asociados de la Alfa es calcado: los mejores rindes, cercanos a 2000 kilos, se dieron en esa zona.

Pailhé suma campos en Chaves con buenos rindes: "Nosotros tuvimos lotes de hasta 2000 kilos. Lo mejor lo cosechamos en La Dulce, 2200 kilos. La diferencia está porque a esas zonas les llovió un poco más, pero igual les faltó agua".

La paliza que les pegó la seca hizo que los girasoles sembrados temprano, en la mayoría de los casos, rindieran peor. "En general los lotes que se sembraron a principios de octubre y que en noviembre, diciembre y enero no recibieron agua se cosecharon mediados de febrero porque estaban listos.

Los sembrados más tarde, a fines de octubre y noviembre y que tuvieron alguna lluvia en enero, llegaron a las precipitaciones de febrero en la etapa de floración y respondieron muy bien", explica Dodorico. "Al sembrado temprano le pegó más la seca y fue el girasol que antes se cosechó, hacia el 20 de febrero, que es muy temprano", se suma Caro.

En la costa se dio a la inversa. "La seca fue tan extensa que tampoco modificó el panorama la fecha de siembra. Normalmente sucede que los que andan bien los sembrados temprano... Este año la tendencia fue que los tempranos, los lotes mejor barbechados anduvieron bien, pero los girasoles ya de noviembre ni siquiera tuvieron agua tardía", comenta Laura.

En el caso de los girasoles ubicados de Tres Arroyos hacia el sur, anduvieron algo mejor los sembrados temprano. "Se defendieron más porque llegaron a floración todavía con algo de humedad en el suelo. Los más tardíos rindieron un poquito menos. Pero en Chaves fue al revés. Los tardíos rindieron más porque en febrero llovió", dice Pailhé.

Pepitita

La característica distintiva de los girasoles cosechados en esta campaña es la liviandad, y si bien todavía no hay datos, se asume que los porcentajes de materia grasa no van a ser buenos. "Cuando pasabas con la cosechadora, en volumen salía mucho, pero era muy livianito porque por la seca la pepita del grano estaba quemada, muy chiquitita", describe Mariano Astiz, presidente de la Sociedad Rural de Tres Arroyos.

"En los que se adelantaron y tuvieron que ser cosechados antes, tenés un capítulo más chico, granos más chicos y menos aceite, todo mal. En los que se sembraron más tarde también había algún vaneo (grano vacío) porque igualmente en el período de la floración lo afectó algo la falta de agua. Pero es el girasol que terminó mejor, con un grano más grande, con más granos, y tuvo mejor humedad al final, cuando acumula el aceite", comenta Dodorico.

"Hubo muchos granos vacíos y mucha mercadería liviana, pepas chicas. Los camiones en vez de rendirte 30 mil ó 32 mil kilos, te rendían 24 mil", describe Caro. "La gran característica del año fue el grano vano, que la máquina lo vuela por la cola", indica Pailhé.

Numeritos

El factor climático fue el último ingrediente que le faltaba al girasol para conformar una cuenta muy fea. "La combinación de factores negativos tampoco nunca se había dado hasta ahora. Una baja del 50% en los rindes, una baja del 50% en los precios y encima habiendo sembrado con insumos muy caros... Con mucha suerte el productor que hizo girasol salió hecho. Pero para muchos esto fue quebranto, estamos hablando de una pérdida de entre 100 y 150 dólares por hectárea", avisa el ingeniero de la Cooperativa Alfa.

"En campo propio apenas salvás los gastos, pero en campo arrendado se perdió plata. Ese el problema más grande de la zona, productores medianos que arriendan o pequeños que han perdido mucha plata con el trigo y mucha con el girasol", se lamenta Laura.
"Cómo te cierren las cuentas depende mucho del sistema de financiación que tomaste. El que se financió por un acopio, por una cooperativa o directamente por el semillero, sale mal parado. En cambio, el que se financió con un crédito de banco a sola firma con un interés que no era de los más altos en aquella época, estoy hablando de julio-agosto de 2008, sale un poco mejor", analiza Astiz.

Hace exactamente un año atrás, muchos productores se lamentaban por lo malo que había sido el ciclo 2007/08 para el girasol. Lo que jamás se imaginaron es que la campaña 2008/09 iba a ser peor.