Antonio Mata es un empresario hotelero y de servicios turísticos que solamente quiere que Julio De Vido le brinde frecuencias de vuelo para su empresa Air Pampa, y para presionarlo ingresó al accionariado de Crítica de la Argentina. Eran inevitables sus diferencias con Jorge Lanata, creador del matutino, y la crisis de facturación comercial incrementaron las tensiones que han terminado con Lanata dejando el matutino.
Debe recordarse que Jorge Lanata fue el fundador del diario Página/12, del que se marchó enfrentado a quien era el editor Fernando Sokolowicz. Según Lanata, el Grupo Clarín había tomado control del matutino, sin que Sokolowicz lo hubiese consultado.
Hoy en día se ignora de quién es el control de la Editorial La Página S.A., pero al menos Sokolowicz sigue apareciendo como presidente de la empresa.
Es decir que Lanata ya tiene experiencia en pelearse con los editores socios suyos. También ocurrió en el semanario Veintitrés, donde era el socio de Gabriel Yelin.
Y, dicho sea de paso, Lanata tampoco se marchó en buenos términos de América TV, donde condujo el programa Día D.
Y tuvo sus roces con Marcelo Tinelli en Radio del Plata. Es decir que Lanata es complicado aunque talentoso, más allá de sus fracasos comerciales. Por ejemplo, Veintitrés, el sitio web Data54.com y aún Página/12, que nunca fue un boom comercial aunque sí una fórmula muy interesante de hacer periodismo gráfico, pero que no evolucionó.
Con Crítica de la Argentina, Lanata intentó recuperarse como editor y de hecho hay pocos argentinos vivos que hayan fundado 2 matutinos en circulación.
Pero Crítica no funcionó. El ex camarista Gabriel Cavallo lo comprendió a poco de echar a andar y prefirió regresar a su estudio jurídico en vez de presidir el directorio.
Y Crítica no funcionó en cantidad de lectores, no solamente en facturación publicitaria. Demasidada gente trabajando para tan pocos lectores, en términos de los lectores necesarios para estabilizar un diario de interés general.
Lanata no se bancó el fracaso y fue cuando avanzó hacia el protagónico en el teatro de revistas, que tampoco anduvo en términos de popularidad. Pero porque Lanata no es un comediante aunque por necesidad a veces hay que intentar asumir el rol que se requiera.
Ya había aparecido Antonio Mata en escena, quien como poco dinero consiguió el gerenciamiento de la editorial y, según se dice, comenzó a utilizar su inversión como factor de negociación con el Ejecutivo Nacional para obtener la licencia de vuelo de su Air Pampa, la aerolínea que nunca termina de subir.
A la fecha sigue sin volar porque aún no ocurrió la audiencia pública imprescindible. Pero la convivencia entre Lanata y Mata se volvió insostenible.
Fue cuando apareció en escena Alberto Pierri, el dueño de Telecentro que le ofreció Canal 26 como pantalla y, probablemente, algún proyecto más en el futuro. Pierri tiene radio, web y dicen que le interesaría expandirse aunque Pierri es lo suficientemente vivo como para no comprar espejitos de colores.
De todos modos, Lanata necesita un triunfo cuanto antes porque viene de una sucesión de fracasos. La TV por cable es interesante para él porque no se encuentra inserta en la maquinaria del rating minuto a minuto que podría destrozarlo
En cuanto a Crítica, nadie sabe qué ocurrirá porque mucha gente que llegó por Lanata hace tiempo que inició la búsqueda de otros horizontes. ¿Terminará como Página/12? ¿Cuántos diarios más que no se vendan tolera el kirchnerismo en declive? Una lástima porque el negocio de los medios necesita muchos jugadores dinámicos, que compitan en la información cotidiana y que den trabajo a los periodistas.


