Felipe Solá considera que ser segundo de De Narváez en la lista del PROperonismo no condiciona su futuro de presidenciable. También sabe que sus aliados de hoy son sus eventuales competidores de 2011, pero eso no lo preocupa. “Primero hay que ganar la batalla de 2009. Lo contrario sería pensar que mi mujer de hoy puede ser mi futura ex mujer”.
–¿Por qué aceptó el segundo lugar en la lista?
–Es que estoy de acuerdo con la frase de Edmundo Rivero: más placentero que ganar es ver perder a otro. En política es bueno hacer lo contrario de lo que piensa el adversario. Les mandé decir que yo de segundo no iba, se la comieron, pensaron “Solá se acabó”. Hice lo que hubiera hecho Kirchner si hubiera sido oposición.
–Con seguridad ésa no fue la única razón.
–La primera fue el acortamiento de elecciones. Eso me volvió imposible alcanzar a De Narváez que tenía una diferencia de 5 puntos consolidada. Hubo encuestas que decían lo contrario, pero eso se instaló. Y si se instala en la gente termina convirtiéndose en verdad. Había que actuar rápido. Cuanto más rápido actuáramos nosotros más tiempo tendríamos en una campaña corta. La gente ve blanco, otras, negro y pocas veces los matices, pero huele dónde puede haber poder y dónde no. Yo siempre a lo testimonial, el testimonio es estar en los lugares en los que se puede generar poder y después hacerse responsable de ese poder. La otra cuestión por la que acepté, es que es obvio que De Narváez tiene una fenomenal máquina electoral conformada desde hace cuatro años, muy sólida. Lo que para mi cuesta mucho para él es sencillo. Cuando comencé a hablar con él me parecía muy duro. Después me di cuenta –y no quiero ser cínico– de que De Narváez había aprendido a ser un político. Cosas que otros, muy conocidos, no han hecho.
–¿Ve posible una crisis como la de 2001?
–Soy de los que dicen que la historia no se repite: deja enseñanzas. Creo que el Gobierno ha jugado con fuego en el crecimiento de la pobreza y la indigencia. Ignorándola, tapándola. Invito a que me digan cuál es el programa social que tiene el Gobierno. No se puede tener 20 programas, hay que tener uno o dos. Al final, cuando Chiche Duhalde se fue de la función, quedaron las manzaneras. Yo pregunto: ¿si mañana se va Alicia Kirchner, qué deja de importante en un país en el que hay 12 millones de pobres e indigentes? Es una pregunta que hay que hacerse después de seis años. Y no porque no haya trabajado esta señora. Ocurre que, en el fondo, los Kirchner son desarrollistas y creen en el derrame del vaso. No hubo un plan para los excluidos y los que se concedieron tuvieron un manejo político discrecional. Por eso siempre se negaron a la universalización de cualquier plan.
–¿Los intendentes bonaerenses se encolumnarán con Kirchner o pondrán fichas a los dos peronismos?
–Hablo con algunos intendentes. Creo que van a hacer las dos cosas. En esta elección serán leales a Kirchner y después van a acomodar los tantos. Con este grado de concentración de recursos es muy difícil que puedan hacer otra cosa. Algunos se alinean con la fruición de los alcahuetes, otros lo hacen con un silencio más digno. Rebelarse significaría no poder pagar los sueldos. Los intendentes que se rebelan están más cerca de un impeachment que un gobernador.
–¿Cuál es la frontera entre la oposición y la desestabilización?
–En este país suele decirse que una oposición dura es desestabilizadora o destituyente. Eso es falso. El que es gobierno se la tiene que bancar. La idea de que cualquier cacatúa que pega un grito forma parte de un plan destituyente es la idea de un débil. El que la inventó no hizo más que joder al Gobierno, dejarlo en el rol de llorón.
–¿Chiche Duhalde tendrá lugar en la lista?
–No sé aún cuál será el rol de Chiche en esta elección.
–¿Y María Elena Chávez, su mujer, irá en la lista?
–Familiares en la política no. La gente pensaría: “En ese hogar entran dos sueldos del Estado”. Da una idea de pyme, de un boliche en el que la señora está atendiendo y el otro está haciendo el asado atrás ¿no?
–¿Y Gerónimo “Momo” Venegas?
–El Momo ha estado con nosotros desde un comienzo, es un sindicalista importante que ha tenido un rol claro frente al Gobierno, maneja las 62 Organizaciones y dentro de la CGT se plantó. Lo conozco hace muchos años. Me parece suficiente para que él esté en la lista o ponga a alguien que lo represente cabalmente.
–¿Los “impresentables” se los dejó a De Narváez?
–Se sea quién se sea, como me dijo una vez una paisana a la que yo le dije: “¿Usted sabe con quién está hablando?”.
–Sus aliados de hoy, Macri, Carlos Reutemann, son sus futuros competidores en 2011.
–Eso es como plantearle a uno que su mujer es su futura ex mujer. El 2009 es una batalla. Yo doy una batalla. Después si me tuviera que enfrentar con Macri sería un enfrentamiento civilizado.
–Usted dijo hace un momento que convivió con dos caudillos. ¿A cuál de los dos comprende más?
–La palabra “comprensión” le cabe mucho más a Eduardo Duhalde que a Kirchner. Creo que Kirchner ha sido más importante en el sentido de la historia. Más útil para el país fue Duhalde. Kirchner es importante porque hay un antes y un después de él. Además Kirchner es el más importante de los kirchneristas. Por eso tiene que ir él de candidato. Hay que ser muy kirchnerista para votar por Kirchner.
–Últimamente usted define su peronismo de una manera más sentimental que racional. Dice que los únicos privilegiados son los niños y que todo el que lo siente es peronista. ¿Eso le sirve para justificar su acuerdo con De Narváez?
–Hay que tener una idea innovadora. La peor derrota del peronismo es no conducir a la mayoría. El peronismo no nació para ser el 30 por ciento de nada. El peronismo nació para conducir a la mayoría. ¿Desde dónde? ¿Desde los discursos más duros de Evita? No. ¿Desde los héroes que tenemos? No. ¿Desde los logros del 48 al 52, desde la Fundación Eva Perón? No. La pregunta es de dónde se conduce hoy a la mayoría. El peronismo se puede plantear conducir a la mayoría desde lo doctrinario, que es una cosa mucho más amplia y sencilla.
–¿Los anuncios de la Presidenta en el tema seguridad, son un plan o son un sancocho?
–Son una suma de medidas tardías que no constituyen un plan. Son medidas para Mendoza y Buenos Aires, donde, oh casualidad, están Cobos y De Narváez-Solá. Mejor que ocurran a que no ocurran. Cuando yo pedí ayuda no me la dieron.
–¿Qué pasó Julio Jorge López?
–Es una pregunta obligada. ¿Qué puedo decir yo? Es una herida de todos. Fue en mi provincia pero quiero recordar que desde julio del 2003 el cuidado de los testigos en los casos federales es una responsabilidad del Estado nacional.


