El conflicto entre el Gobierno y el campo entró ayer en una nueva etapa de tensión tras la tercera reunión de los ministros del Interior, Florencio Randazzo, y Producción, Débora Giorgi, con la mesa de enlace nacional.
Los líderes rurales manifestaron su decepción por lo que consideraron nulos avances obtenidos en las conversaciones en torno a sus reclamos centrales: rebaja de retenciones y auxilio urgente a los afectados por la sequía en el marco de la emergencia agropecuaria.
Con la presión de las bases productivas, que esta vez llegaron a las puertas del Palacio de Hacienda y acompañaron la conferencia de prensa que la mesa de enlace brindó en la sede de Confederaciones Rurales (CRA), los ruralistas enfatizaron que “la bandera de la baja de las retenciones a la soja no se abandona”.
Así lo remarcó Eduardo Buzzi, presidente de Federación Agraria (FAA), quien enfatizó que ese reclamo se llevará “a todos los lugares que sea necesario”, incluido el Congreso.
Su par de Confederaciones Rurales (CRA), Mario Llambías, fue más allá y convocó a todos los productores a que mañana, a un año de la entrada en vigencia de la resolución 125 y del aniversario de la lucha rural, se concentren “en las rutas y en las plazas de los pueblos para mostrar la unidad del sector, que va a seguir movilizado hasta conseguir las soluciones” concretas.
Para mañana –justo un año de decretado el primer paro contra las retenciones móviles– la dirigencia se concentrará en la ciudad de Córdoba, donde tiene previsto difundir un plan integral para el sector agropecuario ante diferentes referentes políticos y sociales. No obstante, la renovada tensión con el oficialismo podría modificar ese escenario y convertirlo en un nuevo punto de partida de protestas.
El descontento del campo cayó mal en el Gobierno. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en un acto en el conurbano que compartió con su marido Néstor Kirchner, cargó contra la dirigencia del sector, aunque sin nombrarlos. “Algunos, muy pocos pero poderosos, añoran otros tiempos y otros gobiernos débiles a los que no les importaba la gente sin trabajo o salir a reprimir cuando alguien reclamaba”, lanzó para inmediatamente reclamar “responsabilidad” al agro.
Randazzo en una conferencia de prensa que compartió con Giorgi en el Ministerio de Economía, negó que “en un año no haya habido ningún tipo de avances” para satisfacer reclamos del campo. “Sentimos frustración por la actitud que ha tenido el campo. Llamar a ir a las rutas no contribuye en nada”, planteó el funcionario.
Mientras tanto, productores de varias provincias, en general autoconvocados, comenzaron anoche interrumpir la circulación vehicular para rechazar las dilaciones del Gobierno en acceder a sus reclamos (ver aparte). “Le advertimos a los ministros que la gente quiere, necesita soluciones ya. Los tiempos son escasos”, puntualizó Buzzi.
A su lado, el presidente de Sociedad Rural (SRA), Hugo Biolcati, sostuvo que –si se mantiene– la reunión propuesta para el martes próximo “marcará una visagra” en la negociación con el Gobierno.
“Quedará claro si se quiere avanzar en soluciones o los productores seguimos atravezados por la misma sombra de la Oncca, un organismo que se convirtió en un monstruo que decide discrecionalmente quién vive y quién no, y de Guillermo Moreno, con sus presiones en la cadena de la carne”, señaló Biolcati.
El dirigente insistió en que “si ambas cosas siguen existiendo, el esfuerzo de la mesa por conseguir resultados no sirve de nada”.


