Es la opinión de los jóvenes que viven y trabajan en el campo. “Desde la dictadura para acá siempre las políticas agropecuarias han tendido a perjudicar al más débil”, denunciaron, al tiempo que reclamaron “reglas claras”. Pidieron, también, “un sistema impositivo claramente diferenciado” que favorezca a los más pequeños.
La definición fue tajante. “Desde la dictadura para acá siempre las
políticas agropecuarias han tendido a perjudicar al más débil”, señaló Pablo
Bruggeman, un joven productor de 27 años, al analizar la realidad del sector en
un marco de eterno conflicto con la administración de Cristina (y Néstor)
Kirchner.
Convocados por EL DIARIO RURAL, un grupo de jóvenes agrarios de distintos puntos
de la provincia se explayó sobre lo que sienten y piensan de su presente y
futuro porque, claro, si hay algo que tienen absolutamente en claro es su deseo
de vivir, trabajar y crecer en el campo y con el campo.
“El conflicto no se inició en marzo de 2008, comenzó muchos años antes por la
aplicación de políticas desfavorables para el campo, sobre todo, en perjuicio de
los pequeños y medianos productores” agregó Bruggeman, quien junto a su padre y
un hermano, trabaja un campo de 50 hectáreas en la zona de Aranguren, en el
departamento Nogoyá, destinado básicamente a la ganadería de ciclo completo,
desde la cría hasta la venta de los novillos en el mercado interno.
Como ha sucedido en otros ámbitos, remarcó el joven, esas políticas “han
favorecido a los grandes y a la formación de monopolios” en las diversas
actividades de la economía.
QUEJA. Bruggeman, además, se quejó porque “cuando se adoptan medidas
al productor chico se lo mide con la misma vara que al grande. Hoy en día,
cuando sale algún crédito, por ejemplo, las exigencias burocráticas son cada vez
más grandes y el pequeño productor por distintas razones queda en el camino”.
Por eso, evaluó, para que cambie esta política “lo primero que debiera hacerse
es establecer un sistema impositivo claramente diferenciado” que favorezca a los
más pequeños. “Son los productores chicos los que más se preocupan por sus
pequeñas localidades y los que trabajan para que en los pueblos se termine la
pobreza”, subrayó.
A los grandes grupos empresariales, a los pooles, en cambio, “lo único que les
importa es hacer negocios, del rubro que fuere”, disparó. “A ellos, ahora, les
interesa hacer negocios con los alimentos, pero no alimentar”, mientras el
pequeño productor “tiene una visión distinta”, diferenció.
LAS RETENCIONES. “Al Gobierno le interesa la producción, no los
productores”, se lamentó Bruggeman, quien admitió “una buena rentabilidad” en el
sector “durante los primeros tiempos” tras la devaluación del peso. “Pero el
presidente era (Eduardo) Duhalde...” subrayó el joven al recordar que fue el
bonaerense, en definitiva, quien pagó el costo político de la salida de la
convertibidad, mientras que Néstor Kirchner asumió después de que el modelo
“productivista” se pusiera en marcha.
“No estoy en contra de las retenciones a los granos, pero deben ser razonables
y, sobre todo, determinarse claramente para qué se van a usar. Porque si con las
retenciones, por ejemplo, además de contemplar las necesidades de la sociedad en
los primeros tiempos tras la devaluación, una parte se hubiese destinado a un
fondo compensador de precios, hoy no tendríamos los problemas que tenemos”,
analizó Bruggeman, quien, sin embargo, consideró que para los productores chicos
las retenciones “deberían ser nulas o muy bajas”.
REGLAS CLARAS. Hugo Cortesi, por su parte, tiene 28 años y produce en
un campo de 130 hectáreas ubicado en Colonia Oficial El Potrero, en el
departamento Gualeguaychú, a pocos kilómetros del puente internacional General
San Martín. Se dedica a la apicultura y la ganadería y, esencialmente, reclama
“reglas claras”.
“La situación está bastante difícil. Con esta política no hay reglas claras, que
es lo que más se necesita”, señaló el joven. Y remarca: “Cuando el pequeño
productor gana plata, siembra el doble, invierte en su campo, compra alguna
máquina; pero si siembra y no gana, y además, como en esta campaña, trabaja a
pérdida, pierde las ganas de seguir en la actividad”.
Por eso, “faltan reglas claras”, insiste, mientras se queja porque en materia de
retenciones “el Gobierno es socio del productor, pero sólo en las ganancias.
Cuando hay pérdidas el productor queda solo y encima le mantienen las
retenciones. El Estado siempre gana, el productor no”.
Cortesi estimó que la soluciones para los problemas que enfrenta el campo “están
a mano”, pero el Gobierno “no toma las decisiones ni cambia las políticas
desacertadas”. “Mientras (los funcionarios) sigan con soberbia, no habrá
cambios; están en contra del productor. Tienen que cambiar la actitud. No pueden
imponer decisiones, sino consensuarlas”, concluyó.
La Juventud Agraria tendrá su página web
Representantes de los Centros Juveniles Agrarios de la provincia tuvieron el
último jueves en Paraná, en la sede de Cooperativas Agropecuarias Federadas de
Entre Ríos, su primera reunión del año para definir los temas sobre los cuales
se basarán las actividades de capacitación de los próximos meses, en el marco
del Convenio INTA - Cafer - FAA.
Durante el encuentro, al que asistieron jóvenes de San Salvador, Aranguren, La
Paz, Villa Elisa, Paraná y Gualeguaychú, además, el Ing. Agr. Roberto Montesino
expuso e intercambió opiniones acerca del uso y aplicación responsable de los
agroquímicos, y la Ley Provincial de Plaguicidas, con la intención de organizar
con los diferentes grupos los cursos para aplicadores en varios lugares de la
provincia a lo largo de 2009.
Los jóvenes, asimismo, trabajaron sobre los contenidos que tendrá la próxima
página web de la Juventud Agraria de Entre Ríos, cuyos detalles se terminarán de
definir en la próxima reunión, que se realizará la última semana de marzo.
Opiniones
Entre las tantas definiciones que dieron los jóvenes agrarios reunidos en Paraná, las que siguen son las más destacadas:
Oligarquía. Al Gobierno “no hay nada que explicarle, ellos saben que nosotros no somos oligarcas, porque no creo que sean tan ignorantes. Usan esos términos para que el resto de la sociedad, que no conoce las estructuras del sector agropecuario, crea que en el campo todos somos iguales”.
Pobreza. Para el Gobierno “cuando más pobres haya, mejor; así se manejan más fácil. Una persona con hambre siempre va a ser dependiente y se arma un círculo vicioso”.
Rentabilidad. La rentabilidad “no es mala”. Si el productor “gana, invierte, compra, por ejemplo, una cosechadora nueva, y eso genera beneficios en otros sectores que también logran, gracias al campo, tener rentabilidad”.
¿De Angeli candidato? Es un hombre honesto y capaz, pero “preferimos que se quede en el lugar que está. Allí nos representa muy bien. Si se va al Congreso, perderíamos la voz más fuerte que tenemos para defendernos”.
Advertencia. En esta campaña los productores “no van a ganar plata con la cosecha, no tienen ahorros y están endeudados. Qué les pasará. Vendrán los grandes de afuera y les van a sacar todo lo que tienen. Esto, pareciera, el Gobierno no lo ve... o capaz que sí y es lo que quiere”.
“Reyes”. En el Gobierno “quieren gente ignorante para comprarla con un vino y un choripán, mientras ellos viven como reyes...”.
Opinión pública. En las ciudades grandes, “algunos entienden la problemática del campo, pero muchos no y por eso le creen al Gobierno, que apuesta a ese desconocimiento para ganarse a la opinión pública”.
Devaluación. El campo “se levantó con Duhalde, no con los Kirchner. El que devaluó fue Duhalde no Kirchner...”.
Exodo. El peligro de que se acentúe el éxodo rural “está vigente. Muchos inversionistas aprovecharán esta situación de malestar para comprarles las tierras a los productores chicos”.
Incertidumbre. En la actualidad “no podemos pensar qué vamos a hacer dentro de tres años, si ni siquiera sabemos qué va a pasar mañana”


