A veinte días de que empiecen a ingresar los granos de soja de la accidentada cosecha 08/09, la oleaginosa cotiza en Rosario 18,5% menos que hace un mes. De sostenerse el valor en torno a los $ 750 la tonelada, o intensificarse la tendencia a la baja, no habrá operaciones de venta considerables, por lo menos hasta que el productor comience a necesitar financiar la próxima siembra de maíz, esto es, entrado el mes de abril, dicen los analistas. Es que se trata de una soja que les salió cara, por el aumento de los insumos del año pasado, y que, por la sequía, tendrá pobres rendimientos.

Adicionalmente, recién con un gran volumen cosechado de soja los productores pagarían sus deudas refinanciadas, que no pudieron cancelar con trigo ni maíz, por los bajos rendimientos. Es decir que se espera un mercado dormido para los próximos dos meses.

Algunos agricultores podrían empezar a vender antes algún porcentaje de lo acopiado para costear la implantación de trigo, pero es difícil saber en qué medida esto incidirá en los grandes números, por la baja intención de siembra del cereal. Pese a los últimos beneficios anunciados por la ministra de la Producción, Débora Giorgi, las condiciones de comercialización de los granos sigue siendo una preocupación para los productores.

Ayer, una sensación de temor se contagió en el sector a la par del rumor sobre la intención del Gobierno de centralizar la compra de granos, recreando una suerte de Junta que le permitiría controlar precios, liquidación de divisas y hasta abastecimiento.

No se sabe a ciencia cierta cuánta soja hay acopiada en las silobolsas, en parte porque la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca) dejó de publicar estadísticas clave, y mientras el Gobierno habla de 9 millones de toneladas, desde las entidades la cifra se acerca a 6 millones. En la misma línea, Rodolfo Rossi, titular de Acsoja, la entidad que agrupa a la cadena productiva de la oleaginosa, señaló que, según sus relevamientos, “el volumen acopiado no sería mayor a 7 millones de toneladas”. Esto implica un porcentaje algo menor al 15% del total de la cosecha del año pasado.

“El programa de ventas del productor es la gran incógnita de los exportadores hoy”, indicó Agustín Vitta, analista de FyO.com, “y ese comportamiento va a tener gran incidencia en los precios internos”, agregó. Según explicó, el mayor o menor apremio en las ventas a partir de abril tendrá que ver con las posibilidades de financiamiento disponibles en el mercado y la modalidad de los contratos de alquiler. Si hay crédito disponible, el productor tendrá menos apuro. Y si, como se estima, los nuevos contratos de alquiler de campos para la siembra de maíz y soja de 2009 se negocian a porcentaje a cosecha, los agricultores se verán más holgados. Atendiendo a la comercialización de volúmenes de los últimos meses, se ve una bisagra en el ánimo de venta del productor cuando la soja alcanza los $ 900 por tonelada.