La imagen pública de Cristina de Kirchner se ha derrumbado. La mayoría de los argentinos opina mal o muy mal de su Presidente, y eso es un preocupante indicio cuando la crisis económico-social ni siquiera ha comenzado en la Argentina, y será un proceso que requerirá fortaleza nacional, liderazgo, creatividad y decisión.
Uno de los errores más considerables de los Kirchner es planificar la estrategia electoral de octubre con los datos de enero y febrero, cuando la agenda será definida por las circunstancias económico-sociales.
Es muy probable que la situación, cuando cada ciudadano sufrague, resulte muy diferente a la de enero-febrero.
Esa propensión de los Kirchner revela 2 deficiencias:
> Siguen subestimando la importancia y profundidad de la recesión que llega, y
> Carecen de la flexibilidad necesaria que requiere la evolución de los acontecimientos.
Precisamente por estas cuestiones la Presidente provoca tantas dudas acerca de su capacidad para sobrellevar un proceso político-económico-social tan difícil. Ella resulta un apósito de su marido, quien ha demostrado, en las presentes circunstancias, padecer de diagnósticos tan apresurados como inconsistentes.
Pero el mayor problema de Néstor Kirchner es la avaricia (ladri) progresista: su obsesión por seguir acumulando intereses empresarios en medio de la crisis. Concesiones, adjudicaciones, licitaciones... hasta Telecom Argentina.
En esas circunstancias, los Kirchner han decidido huir hacia adelante, creando un supuesto frente opositor heterogéneo que les permita intentar refugiarse en la victimización ante la población... pero es un intento precario, casi grotesco.
Los Kirchner han decidido incorporar a Grupo Clarín al frente agropecuario pero por una cuestión de negocios. Los Kirchner avanzan en su intento de quedarse con Telecom Argentina, cuando Telecom Italia y Telefónica tenían un acuerdo con Grupo Clarín para que se quedara con las acciones de los Werthein-Eurnekian, quienes representan a los Kirchner (esto ya fue anticipado tantas veces por Urgente24 que aburre repetirlo).
Pero los Kirchner no explicitan la pelea de negocios y la ocultan detrás de un proyecto de nueva Ley de Radiodifusión que, además, no tiene posibilidades hoy día de aprobarse por la merma que se produce en el bloque oficialista, en especial en el Senado.
O sea que en ocasión de la disputa agropecuaria, y vía Horacio Verbitsky, los Kirchner están notificando a Grupo Clarín acerca de su decisión de negocios con Telecom y se aprovechan de la información que dice tener el Gobierno acerca de la supuesta involución de la salud del accionista Nº2 y ejecutivo Nº1 del multimedios. Insólito.
Comencemos, entonces, por
el hiperkirchnerista Horacio Verbitsky, desde el paraestatal Página/12
"Luego de romper las negociaciones con el gobierno, la Mesa de Enlace utilizó la concentración del viernes en Leones para mostrar hasta qué punto se ha constituido en un actor político, con la mira puesta en las elecciones de renovación parlamentaria de octubre.
Los oradores apenas se refirieron a la problemática del sector, cuestionaron en tono insultante todas las políticas oficiales y saludaron con entusiasmo la presencia de dirigentes de la UCR (Mario Negri), de la Coalición Cívica Libertadora (Adrián Pérez), del socialismo (Rubén Giustiniani), del vecinalismo (Luis Juez) y del “justicialismo no obsecuente”.
De hecho las principales figuras de esa nueva tendencia, que no estuvo presente, forman parte del sector: Carlos Reutemann y Juan Carlos Romero son productores de soja, Francisco de Narváez explota el predio malhabido de La Rural en Palermo y Felipe Solá engordaba terneros en feedlot.
El locutor oficial provocó la aclamación del público, más vocal que numeroso, al anunciar la presunta deserción de otros legisladores del Frente para la Victoria.
Dos días antes, el presidente de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati, había inaugurado en Bahía Blanca sus cursos de participación política para productores, concebidos por el consultor Felipe Noguera para limpiar la imagen de la entidad, vinculada con los golpes militares del siglo XX.
La clase de democracia fue impartida por el ex director de la revista Cabildo y ex viceministro de Defensa de Carlos Menem, Vicente Massot, quien debió renunciar a ese cargo luego de la defensa de la tortura en un reportaje de Ernesto Tenembaum.
En diálogos privados, Biolcati repite que “hay que ganarles en octubre y empujarlos para que no terminen el mandato”. La disposición beligerante de la Mesa de Enlace se refleja también en el nuevo lockout y en la convocatoria para el 12 de marzo a un acto multisectorial con participación de dirigentes de la oposición en Córdoba.
> La decisión reiterada por la presidente CFK de excluir del diálogo con las patronales agropecuarias los tributos a las exportaciones de cereales y oleaginosas,
> la apertura de la venta de pliegos para la instalación de nuevos operadores de televisión por cable,
> el estudio sobre la pretendida fusión de los dos cables del Grupo Clarín y
> la probable inclusión de la nueva ley de servicios audiovisuales en el período de sesiones ordinarias del Congreso que se inicia la semana próxima,
sugieren que el gobierno nacional ha decidido recoger el guante lanzado por el complejo agromediático.
Esto no significa que el ex presidente Néstor Kirchner haya decidido presentarse como candidato en la provincia de Buenos Aires, donde reside desde 2003, aunque sus apariciones públicas en diversas provincias implican el reconocimiento del carácter plebiscitario de los próximos comicios, en los que el oficialismo pondrá en juego su mayoría en ambas cámaras legislativas.
Si los pasos previstos en materia de radiodifusión se cumplen, el gobierno padecerá renovados ataques pero habrá hecho un aporte sin precedentes a la institucionalidad democrática, permitiendo la participación de otras voces que hoy no se escuchan. (...)".
Carlos Salvador La Rosa en el diario Los Andes, de la ciudad de Mendoza
"Políticamente, estamos viviendo en la Argentina unos días de película.
No porque sean maravillosos sino porque la confusión entre ficción y realidad ha llegado a límites extremos.
Ya es imposible distinguir una de la otra, aunque los progre-kirchneristas que todavía sobreviven se enojen con los que critican las formalidades y desprolijidades del matrimonio presidencial en vez de analizar los temas de fondo.
Pero ocurre que los Kirchner están transformando todas sus acciones políticas en puras formas, cada vez más escasas de contenido alguno.
Entonces todo parece una película, una ficción en vez de la realidad.
El director
Desde que Kirchner dejó de ser el desgarbado muchacho montonero que él mismo dice que alguna vez fue, la suerte lo acompañó una y otra vez.
Primero a nivel privado y luego a nivel público. Al menos hasta que dejó la presidencia en manos de su esposa.
En los ‘70, dentro de los círculos militantes se pensaba que la voluntad podía doblegar cualquier realidad, por adversa o dura que ésta fuera.
La voluntad era capaz de mutar la roca en masilla, se creía. Hasta que se dejó de creer, cuando ocurrió la tragedia por todos conocida.
No obstante, Néstor Kirchner pudo seguir con esa convicción, triunfando privadamente en los años de plomo y políticamente desde que comenzó la democracia hasta el día en que puso a su esposa -por voluntad propia- en el máximo sitio institucional de la República.
Ese día, como por arte de magia -al principio imperceptiblemente-, la realidad que para Néstor siempre pareció ser maleable comenzó a adquirir caracteres de roca dura: el papelón por la valija de Antonini; sus incursiones frustradas por las selvas colombianas cuando se creyó un émulo del Che Guevara, fueron advertencias de que el ridículo estaba cerca, porque la realidad ya no se subordinaba a su voluntad, como creyó durante toda su vida.
Sin embargo, en vez de aceptar esa nueva relación entre él y la realidad para adaptarse a ella e intentar conducirla, siguió queriendo transformarla en maleable.
Pero la realidad ya no le responde más, en particular a partir del paro agrario de marzo de 2008.
De allí en adelante, inició un descarnado viaje hacia la irrealidad, hasta llegar al presente donde lo suyo ya es pura ficción.
Un delirio constante donde, haga lo que haga, siempre logra lo contrario:
Si quiere fortalecer a su mujer, la debilita;
Si quiere debilitar a Cobos, lo fortalece;
Si intenta dividir a los representantes del campo, los une más que nunca;
Si intenta elegir un sucesor presidencial para el caso que no pueda ser él, este sucesor huye despavorido, etc, etc.
La actriz principal.
Ella -una mujer inteligente pero que suele hablar mucho más de lo que piensa-, está feliz como en un cuento de hadas. Codeándose con reyes y reinas.
(...) Simulando despreciar los protocolos que aprecia más que nadie, como una setentista en la corte de los reyes globalizadores, mostrando a la vez su asquete y su seducción por las alturas.
Suplicando a Raúl Castro (según declaraciones de él mismo) que la deje sacarse una fotito con Fidel; si no como presidenta, al menos por el privilegio de ser mujer.
Con las diarias teatralizaciones en su Palacio particular de Olivos, oficiando hasta de vendedora chic de heladeras, licuadoras y planes de ahorro.
En suma, gozando de su paraíso artificial, de su mágica ficción mientras su esposo se esfuerza por domar una realidad hoy indomable para él.
Ella en un mundo mágico.
Él en un mundo irreal.
entre ambos, el Cleto.
(...) Al Cleto hasta le niegan el saludo en una misa convocada en homenaje a la reconciliación entre argentinos y chilenos.
Por el Cleto mandan las cámaras del canal oficial a censurar todos los festivales y fiestas populares del país donde asiste el vice, para que en ninguna de ellas aparezca.
Para demostrar que el poder es sólo del director, éste viaja a reuniones partidarias por todo el país en aviones o helicópteros presidenciales, mientras al Cleto no sólo le niegan los aviones oficiales, sino hasta los viáticos para que pueda viajar en aviones de línea.
Y si el Cleto logra irse por su cuenta, allí anda la pareja avisando a todos los países donde asiste su enemigo, que aunque sea el vicepresidente, él no los representa, ni a ellos ni al país.
Que por lo tanto no lo consideren visitante oficial, ni nada de nada, ante la perplejidad de los gobiernos extranjeros frente a tan inusual pedido.
Pero como si la suma de todas estas chiquilinadas no fuera suficiente para lograr la película cómica que parecen estar buscando, entonces -en su imaginación prodigiosa- montan la escena final, la más impactante, aquella frente a la cual el público no podrá sino estremecerse: robarse los granaderos a caballo que custodian el monumento a San Martín ubicado en su ciudad natal de Yapeyú.
(...) No conformes con todas estas chifladuras, ahora están pensando en ver cómo hacen para que el día en que la Presidenta deba ir al Senado para inaugurar las sesiones legislativas, el Presidente del Senado desaparezca de la escena. Más bizarro imposible.
En fin, todo sea para que la película tenga éxito popular. O que al menos gane uno de los Oscar que hoy Hollywood entregará. (...)".
James Neilson en la revista Noticias de la Semana
"Los peronistas son leales al poder.
Son pragmáticos por principio.
Un puñado de díscolos aparte, mientras el caudillo de turno puede garantizarles votos y fondos, no tendrán empacho en cohonestar sus caprichos y repetir sus consignas favoritas con convicción aparente, pero en cuanto sospechan de que su carisma ha dejado de funcionar, lo abandonarán a su suerte sin pensarlo dos veces.
Es que los peronistas ya están tan acostumbrados a sobrevivir a desastres políticos descomunales, arreglándoselas para salir de ellos más fuertes que antes, que a los más curtidos no les inquieta demasiado la caída estrepitosa de las acciones de la pareja gobernante.
Para cualquier otro movimiento político, el que según las encuestas de opinión el grueso de la ciudadanía no quiera saber nada de sus líderes sería motivo de angustia.
Para el peronismo, sólo significa que ha llegado la hora de encolumnarse detrás de un jefe diferente y de brindar la impresión de comprometerse con un ideario que sea más acorde con los tiempos que a su juicio pronto correrán.
Hacerlo no les supondrá ningún psicodrama del tipo que suele atormentar a radicales y socialistas en circunstancias equiparables.
Cuando de la ideología se trata, son por vocación nómadas, de ahí la despreocupación con la que tantos ya han pasado por territorio menemista, duhaldista y kirchnerista en busca del pan de cada día.
Aunque nadie ignora que Néstor Kirchner y su esposa siguen contando con bastante poder y que la caja que manejan todavía contiene mucha plata, la mayoría de los peronistas entiende que el ciclo kirchnerista está acercándose a su fin y que por lo tanto tendrán que prepararse para un futuro sin duda problemático, en que el papel del matrimonio se asemejará al desempeñado desde el 2003 por otro ex presidente que por algunos años era considerado hegemónico, Carlos Menem.
Los que creen que el interregno ya ha comenzado, están procurando decidir si les conviene más continuar apoyando a quien sigue siendo el jefe formal del PJ y el dueño de la caja, o alejarse de él para asegurarse un lugar digno en la nueva jerarquía peronista que se consolidará cuando los Kirchner estén de regreso en Santa Cruz o, lo que es más probable, estén deambulando por los tribunales en la Capital Federal.
(...) La creación de un eje, aún precario, entre el ex gobernador Felipe Solá, el diputado acaudalado Francisco de Narváez que, por haber nacido en Colombia, no podrá postularse para presidente de la República a menos que se reforme la Constitución nacional, y el intendente porteño Mauricio Macri, una especie de liberal con rasgos personales que son propios de un peronista genético, ha dado un impulso poderoso a la metamorfosis que está experimentando el peronismo y bien podría prefigurar la forma que asuma el movimiento para afrontar los desafíos con los que la década venidera se encargará de bombardearlo.
Consciente de que podría resultarle peligroso quedar pegado a los Kirchner, otro peronista conservador, Carlos Reutemann, declaró la independencia hace algunos días dando un portazo al bloque senatorial del Frente para la Victoria, atribuyendo la decisión a motivos “personales y políticos”, lo que, como es habitual en él, no explicó nada.
(...) Sea como fuere, para la alianza tripartita de Solá, De Narváez y Macri, Reutemann es un problema; lo lógico sería que lo incorporara a su facción, aunque sólo fuera a fin de hacer creer a los vacilantes de que la renovación peronista ya es irrefrenable y que sería inútil tratar de oponérsele, pero sucede que en la política nacional escasean los dirigentes que estén dispuestos a arriesgarse pactando con quienes podrían llegar a hacerles sombra.
Para Macri, el juego es otro.
Repudiado una y otra vez por la jefa de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, por razones que según ella tienen que ver con la ética -lo que dificultaría la eventual formación de un frente amplio antikirchnerista que abarcara a todos los comprometidos con ciertos principios democráticos fundamentales- Macri no puede aspirar a ser elegido presidente si el movimiento que encabeza queda efectivamente circunscrito a la Capital, de suerte que ha tenido que buscar aliados en el resto del país en lo que suele considerarse el lado derecho del panorama político.
Su imagen es positiva en el conurbano, pero no lo suficiente como para minimizar la desventaja que le plantearía la debilidad del PRO.
Así y todo, costaría creer que Solá lo ayudaría a penetrar en un distrito que él tendría que dominar para tener una posibilidad de triunfar en las elecciones presidenciales previstas para el 2011.
En cambio, De Narváez, que tiene la gobernación en la mira, no tendría por qué preocuparse por el hipotético crecimiento del macrismo con tal de que el porteño aceptara respaldar sus aspiraciones forzosamente limitadas.
Carrió está observando la evolución acelerada del peronismo bonaerense con cierta alarma.
Es comprensible: lo último que necesita es que el PJ logre sacarse de encima a los Kirchner para transformarse en un partido al parecer moderno y moderado.
Por eso, achaca las maniobras que están dándose a la astucia maquiavélica de Eduardo Duhalde que, dice, quiere impedir que la oposición se consolide tragando los pedazos más digeribles.
(...) En las semanas últimas, el ritmo de la política se ha vuelto más rápido.
Cara a las elecciones legislativas de octubre, pero sin perder de vista las presidenciales del 2011, las distintas facciones se han puesto a reorganizarse y a probar suerte con combinaciones novedosas que, esperan, les permitirán prosperar luego de la salida del escenario de los Kirchner.
Lo que no se detecta, en cambio, es la plena conciencia de que en los meses próximos habrá más en juego que las eventuales candidaturas y la confección de listas electorales. (...)".
Sergio Serrichio en La Voz del Interior, de Córdoba
"(...) No es casual que el agotamiento de la artillería oficial coincida con el rebrote de las teorías conspirativas, no exentas de ingredientes verídicos.
Es obvia la presión de los sectores industriales y rurales a favor de una megadevaluación (un aumento más brusco que gradual del dólar) a la que el Gobierno le huye por temor a generar una crisis dentro de la crisis y terminar de licuar su capital político.
Entre las acciones / omisiones está el caso de los fondos previsionales.
El Gobierno precisará, en las próximas semanas, la proporción de aumento de los haberes jubilatorios a partir de marzo, en aplicación de la llamada “ley de movilidad”, sancionada el año pasado.
A la vez, sigue sin reglamentar aspectos centrales de la ley 26.425, la que traspasó al manejo del Estado los fondos acumulados en las AFJP.
El objetivo proclamado de la ley, que Néstor Kirchner consideró la más importante de la administración de su esposa, era “proteger” a los jubilados, actuales y futuros.
Pero a más de 90 días de su sanción, aún no se constituyó ninguna de las dos comisiones que, según la norma, debía monitorear el uso de los fondos.
Mientras tanto -precisa un proyecto de resolución firmado por 9 diputados- 8 de los cuales votaron a favor de la ley, el Gobierno asignó nada menos que $68.000 millones a financiar planes canje, solventar obras públicas y pagar deuda, incluida la refinanciación de pasivos del propio Estado, a una tasa de interés inferior a la inflación.
Por si fuera poco, la Administración Nacional de Seguridad Social (ANSeS, que custodia los fondos jubilatorios) paga los “bonos del crecimiento del PIB, cuyo monto en los últimos dos años (sólo en 2008, fueron $5.900 millones) engordó más de la cuenta, por la exageración del crecimiento que resulta de la inflación baja y mentirosa que publica el intervenido Instituto Nacional de Estadística y Censos (INdEC).
“Más allá de las cifras, lo que denunciamos es el uso ilegal de estos fondos”, dice Claudio Lozano, uno de los firmantes de la resolución, que votó aquella ley luego que el kirchnerismo aceptó incluir en el texto un sistema de control que ahora se resiste a llevar a la práctica. (...)".


