La Casa Rosada busca que la Presidenta selle un pacto duradero con el campo. Pero aún no define una fecha de reunión. Las entidades quieren un encuentro antes del viernes. Y centran el reclamo en soluciones para la carne, la leche y la sequía.
Anoche después del acto en Olivos en el que anunció obras para Entre Ríos, Cristina Kirchner analizó en su despacho en la Casa Rosada los pasos a seguir con las entidades del campo.
Y allí se resolvió negociar "con calma y prudencia" un acuerdo antes de un encuentro a nivel presidencial, según reveló una fuente ministerial a Clarín.
Así las cosas, continuarían los contactos reservados con los dirigentes del campo que mantienen los ministros Randazzo y De Vido para acordar primero y dar lugar después a la cita con la Presidenta.
La fuente consultada no pudo precisar anoche si habría un primer encuentro público con las entidades a nivel ministerial esta misma semana.
Por cierto, los dirigentes ruralistas mantienen esperanzas de una reunión con la presidenta Cristina Kirchner antes de llegar a un acto agendado el viernes en Leones en la provincia de Córdoba. Pero desde la Casa Rosada les hicieron saber que "no es bueno marcarnos la agenda".
Con matices, los dirigentes confirmaron a Clarín que valoran el "espacio de diálogo" al que invitó la propia mandataria y que aguardan que se traten todos los temas, sin excluir el reclamo de modificar las retenciones. "Estoy preocupado, pero con esperanza.
Si es con la Presidenta, en buena hora", dijo el titular de Coninagro, Carlos Garetto, en tono más contemporizador, mientras que el presidente de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati, consideró que "después de lo sucedido, nos gustaría que el diálogo empezara con ella".
Por su parte, el vicepresidente de confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Ricardo Buryaile, sostuvo que "el diálogo debe ser con las más altas autoridades porque la discusión de fondo es política y una decisión así está en manos de la Presidenta".
Mario Llambías, presidente de CRA, partió a su campo para evitar que cualquier entre dicho arruine el encuentro.
En cuanto a las retenciones, Cristina Kirchner dio ayer otro indicio de que no estará en la mesa de negociaciones ( ver página 4). Los ruralistas coincidieron en que "no es el único tema, ni el más importante", explicó Buryaile, recordando que "la catastrófica situación en que la decisión política del gobierno ha puesto a la ganadería y a la lechería, hace que merezcan tanta atención como el año pasado tuvo la Resolución 125".
"¿Si la reunión no es con la presidenta? No tengo inconveniente de ir igual, porque vale la pena empezar una etapa de negociaciones postergada 7 meses", señaló el titular de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi.
Y añadió: "tampoco conviene poner ningún límite a esta espera, porque luego nos dirán que estamos metiendo presión. Además, con la FAA es con la entidad que menos habla el Gobierno, porque para ellos somos los leprosos, los combativos".
Con mayor o menor énfasis, Buzzi como los demás dirigentes de Coninagro, la Sociedad Rural y CRA señalaron que el clima de la concentración convocada por el campo para este viernes, en Leones, Córdoba, sede de la Fiesta Nacional del Trigo, dependerá de la agilidad que tenga el llamado oficial al diálogo.
Del lado de las entidades ponen pocos temas sobre la mesa para llevar alguna solución a Leones. Se trata de la liberación de las exportaciones de carne y trigo y que se aceleren los trámites para la emergencia agropecuaria, ahora en una maraña de resoluciones burocráticas, según describió Jorge Srodek de la combativa Carbap.
"Tengo más deseos que esperanza", confesó Buryaile. Agregó que "aun cuando la Mesa de Enlace quiera parar cualquier protesta, es necesario que el Gobierno también quiera pararla: con hechos, no palabras, para cambiar el humor de la gente".
El dirigente de CRA reiteró que "es urgente tratar los problemas de la ganadería y de la lechería, junto a los del trigo y de la soja, cuyos productores chicos y medianos quedaron sin resto para la próxima siembra.
La pobreza que vio la presidenta en Tartagal no es nueva y si no quiere muchos Tartagal, debe mirar al interior".
Hoy seguirían las reuniones reservadas para confeccionar y acordar una agenda concreta con la cual llegar a un encuentro. En ella se trabaja contra reloj para acercar posiciones.
Los gestos de conciliación, tanto en el discurso del Gobierno como en el de las entidades, se relacionan con la disputa de la opinión pública.
Entre tanto, la desconfianza entre estos actores se mantiene en pie. Los ruralistas temen que, sin aflojar nada, el Gobierno brinde la sensación de que el campo ahora forma parte de la agenda. En la Casa Rosada están convencidos que si ceden, igual se juzgará como un plan mezquino.
En el medio hay hechos inexplicables. Por ejemplo en el sector lácteo, donde no rigen retenciones ni restricciones a la exportación, el precio al tambero es de un ínfimo 70 a 83 centavos por litro. En el caso del trigo, el productor debería recibir $510 por tonelada: los molinos le pagan 400 pesos.
Encuentros reservados
El presidente de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati, hizo todo lo posible para llegar a tiempo desde las playas brasileñas de Florianopolis para almorzar ayer con Francisco d e Narváez con quien no sólo hablan de política.
También, comparten negocios ya que De Narváez explota el predio ferial de Palermo. Tras la reunión de l a M e s a d e Enlace del último jueves, Biolcati partió al día siguiente a Brasil en su avión privado.
Otro que estuvo muy activo en materia de contactos fue Eduardo Buzzi que habló varias veces con el ahora senador Carlos Reutemann.
Algunos ven en la moderación en su discurso "la influencia del Lole".
Clarin


