Resulta difícil determinar si los ruralistas se peronizan o si es el peronismo –tradicionalmente anclado en los gremios de trabajadores industriales y de servicios– el que ha incorporado la problemática agraria.
Existe una tercera hipótesis, fuerte, que quizá comprenda en su amplitud a las dos anteriores y a muchas otras que todavía no han visto la luz del sol: convencidos de que los enemigos de mis enemigos son mis amigos, los representantes del campo se muestran predispuestos a respaldar cualquier opción viable que enfrente al kirchnerismo, no importa la matriz política de la que proceda.
Alfredo de Angeli, dirigente de la Federación Agraria entrerriana y emblema de protesta de mediados de 2008, ha deslizado que ve con buenos ojos una eventual cantidadura de Carlos Reutemann y que también le resulta positiva la postulación de Felipe Solá. ¿Es la pertenencia política de los dos hombres la que motiva la buena acogida de De Angeli? El chacarero se ha cansado de repetir ante los periodistas que en las últimas elecciones su sufragio fue a la cuenta de Fernando “Pino” Solanas. No hay razones para no creerle.
Se dice, además, que uno de sus lugartenientes tiene sólidas relaciones con el Partido Comunista Revolucionario (PCR), antiguo representante de la izquierda maoísta, que entre sus tesis daba importancia prioritaria a la cuestión nacional.
El peronismo, por lo tanto, no era un adversario, y su líder podía jugar, en la escena criolla, el rol “progresivo” que Chiang Kai-shek había desempeñado en China. De hecho, la Corriente Clasista y Combativa –estructura piquetera dependiente del PCR– y Carlos Alderete, su dirigente, velaron por la seguridad de la carpa que los ruralistas habían instalado en la Plaza del Congreso.
Todo eso es tan cierto como que el sol saldrá mañana, pero remontarse a esas alturas históricas para explicar la empatía de De Angeli con dos candidatos peronistas resulta un poco traído de los pelos. Más sencillo es pensar que ambos, Reutemann y Solá, apoyaron el conflicto liderado por la Mesa de Enlace y, por sobre todo, ambos son productores. Y hay un argumento más: Eduardo Buzzi, presidente de la FAA, es duhaldista, y el bonaerense lo ha instado en más de una ocasión a dar la pelea por Santa Fe. A lo que Buzzi habría respondido: “Si vas vos, voy yo”.
Se sabe que viejos resquemores enturbian la relación de Buzzi con De Angeli y emponzoñaron las últimas y raleadas asambleas realizadas por los productores al borde de las rutas. Quizá por allí haya que hurgar para encontrar los motivos que llevan al mellizo más famoso a dar la bienvenida a Reutemann en su proyecto de conquista de 2011.


