Las lluvias de la semana pasada hicieron que sobre el final del año se pueda aspirar a un 2009 menos malo para la ganadería.

Es sabido, el ánimo del productor es directamente proporcional al estado del clima y si bien hoy el ganadero vende el kilo vivo al mismo precio que hace dos años, muchos empezaron a ver con mejores expectativas lo que viene.

"Es la primera vez que sufrimos una sequía tan intensa en primavera, que es cuando se producen los excedentes de forraje y cuando se puede confeccionar la reserva para utilizar al año siguiente.

Con lo cual es una incógnita cómo van a reaccionar tras las lluvias. Pero se supone que algo van a tirar", explica el veterinario José Carrera, asesor de la Cooperativa Agraria. "Pero tras la lluvia el ánimo es otro", agrega.

"Fui importante porque llovió en lo que es el noroeste de Tres Arroyos, hacia Pringles y Chaves, en donde hay mayoría de campos ganaderos.

Con el aliciente de que va a ser un paliativo para el tema de la tucura que está haciendo desastres", comenta Ricardo Arzoz. Para el consignatario de ahora en más el tema carne va a pasar por la oferta y la demanda, y eso haría que los precios mejoren. "El lunes y ayer hubo paro, el viernes pasado fue el día del empleado del SENASA.

Mañana es Navidad... Casi que hasta 2009 no habrá actividad, entonces el viernes ya se pagó 30 centavos más por los gordos", dice.

Tal es el parate por la época del año, el paro en SENASA y demás que esta semana La Agrícola Ganadera directamente no abrirá. El gerente Carlos Uzcudún a la preocupación lógica por el momento que se está viviendo lo enfrenta con la esperanza que se cumplan los rumores que en el verano el precio de la hacienda va a engordar.

"Estaremos esperando a ver qué ocurre en enero, si se agiliza la exportación y se mejora la comercialización", manifiesta.

La apuesta

De todos modos, a la hora de hacer un balance de lo que ocurrió en la zona las noticias no son desalentadoras para la ganadería. Todo lo contrario. Porque pese a todos los males fueron más los productores que mantuvieron el planteo e inclusive algunos se agrandaron en número de cabezas, frente a los que decidieron vaciar y cerrar los corrales.

"Con todo lo que pasó con la agricultura este año queda claro que en esta zona las explotaciones deben ser mixtas", asegura Carrera. Y según sus números, acaba de vacunar 700 animales menos que la segunda vacunación contra la fiebre aftosa de 2007.

Por lo que entiende que "el stock se mantiene, por más que tenga unos tres o cuatro clientes que hayan decidido vender todas las vacas. Todos productores chicos". Pero esa hacienda, además, quedó en la zona.

"Los productores que están bien han comprado más hacienda. Es una estrategia: saben que esto sube y baja, y si bien la hacienda no tiene subas espectaculares, tampoco tiene un alto costo de producción", redondea Carrera.

Por caso, menciona con acierto que "los tratamientos para hacer inseminación hoy valen lo mismo que hace un año". Por eso el veterinario de la Agraria, a sus asesorados les recomienda que aprovechen ahora para mejorar la genética.

Arzoz recorre el mismo camino: "Todo que sucedió en 2008 va a llevar a diversificar las explotaciones otra vez. Se volvió a comprobar que los extremos son malos", afirma, en relación a la gente que se volcó a los granos y se desprendió de la hacienda.

En su caso particular, los clientes que tiene por estos campos se han quedado quietos: "El 95% está con al misma cantidad de animales. Es más, alguno ha comprado una vaca más", comenta. "El productor de Tres Arroyos, principalmente pertenecientes a otras colectividades, han mantenido diversificadas las explotaciones.

Y hoy, los escuchás, y te das cuenta que no tienen una preocupación desmedida".

La bendita cadena

Cualquier ganadero que se consulta sobre el momento de la ganadería ensaya la misma respuesta: "Nosotros cobramos lo mismo que hace dos años y en la carnicería la carne no baja", es la frase elegida por casi todos.

Un consignatario con muchos años de trayectoria cuenta lo que le sucedió hace 10 días como prueba de que el ganadero tiene razón en apuntarle a los eslabones de la cadena de la carne.

"Un jueves por la mañana me llamaron desesperados de un frigorífico pidiéndome una jaula de vaquillonas porque le habían fallado con otra entrega. Las cargué y me las pagaron 2,70 pesos el kilo, IVA incluido.

El sábado siguiente abastecieron a varias carnicerías locales y como yo sabía que era muy buena hacienda fui a una a comprar. Me llevé tres kilos de asado y una palomita, y pagué 73 pesos. ¿A cuánto estás comprando la carne?, le pregunté al carnicero.

A 6,50 pesos, me contestó. Bien, yo hice el cálculo: la vaquillona había rendido 56%, entonces los 2,45 pesos te dan 4,40 pesos. Sumale la comisión, el flete, que le pintaron los labios, le lavaron las patas, y como mucho llegás a cinco pesos el kilo.

Entonces, por más que te decomisen el cuero y todo lo demás, vendiendo ese kilo a 6,50 te queda un gran margen".

La anécdota vale por varios testimonios. Y casi que no sorprende. "Acá no hay vuelta que darle, el nudo del problema ganadero está en lo que pasa entre el productor y el consumidor", asegura Carrera.

Y describe: "A principio de año, cuando comenzó el conflicto con el Gobierno, el novillo se vendía entre 3,80 y 4 pesos, y en las carnicerías la carne valía lo mismo que ahora, con excepción de algunas ofertas.

Y eso que hoy el productor está cobrando 2,60 ó 2,70 pesos, es decir que a él le bajó más de un peso". La cuenta es muy sencilla: "Si ganaban plata cuando la hacienda en pie estaba en cuatro pesos, ahora están ganando mucho más", completa el veterinario.

LA Voz del Pueblo