Traducido en dinero, los ingresos por esas ventas al extranjero sumaron 652,8 millones de dólares, cifra que sufrió un aumento del 11 por ciento con relación al primer semestre de 2007, informó el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
Esa baja se explica por las restricciones a las exportaciones implementadas por el Gobierno a fines del año pasado, medida con la que se quiso evitar una suba mayor de precios de ese alimento en el mercado doméstico. Desde entonces, la comercialización de carne a otros países tiene cupos de hasta 45.000 toneladas mensuales, cantidad a la que se le adicionaron 10.000 toneladas más tras el conflicto agropecuario que se extendió por 125 días.
El organismo oficial indicó que durante el primer semestre del año las exportaciones de cortes de carne vacuna de calidad a la Unión Europea (UE), bajo la llamada cuota Hilton, sumaron 12.272 toneladas y se vendieron a cambio de 181,2 millones de dólares.
El principal destino de los envíos de carne bovina fue a Rusia, que compró 30.902 toneladas por 83,1 millones de dólares; seguida por Chile (12.204 toneladas por 46,7 millones) e Israel (8.792 toneladas por 26,9 millones de dólares).
A pesar de las restricciones en las exportaciones y de la estricta política de precios, diseñada por la Secretaría de Comercio que dirige Guillermo Moreno, los valores internos de la carne aumentaron un 20% en lo que va del año.
Una de las principales razones fue el paro del campo, sector que dejó de vender en el Mercado de Liniers vacas durante casi dos meses.
Para calmar las aguas en el sector cárnico, Cristina Fernández de Kirchner autorizó, en mayo último, un cupo de 10.000 toneladas de carne de baja calidad, adicionales a las 45.000 fijadas en 2007, a cambio de que los frigoríficos mantuvieran bajo el precio de alimentos de conserva elaborados con ese producto.
Las exportaciones de carne vacuna argentina alcanzaron el año pasado las 474.856 toneladas por 1.449 millones de dólares. El período obtuvo alzas del 1,42 por ciento en volumen y del 10 por ciento en divisas, contra 2006.
Critica


