Ya hubo carpas y actos simultáneos de ruralistas y kirchneristas. Y habrá más. En esta pulseada por capítulos, el martes que viene se producirá una nueva medición de fuerzas: el ex presidente Néstor Kirchner convocó a una movilización paralela a la del campo, a las 15, en la Plaza del Congreso, en una demostración de poder que buscará desactivar la presión que promete ejercer la oposición.
"Vemos que hay actitudes desestabilizadoras. Algunos legisladores sufrieron amenazas, presiones y agresiones de todo tipo. Vemos que se convocan actos amenazantes y se tienen que terminar estas actitudes patoteriles. Por eso convocamos al acto. A favor de la Argentina y en contra de nadie", explicó el presidente del Partido Justicialista durante una conferencia en un hotel del microcentro, ante intendentes, sindicalistas, ministros, legisladores, un gobernador (Celso Jaque, de Mendoza) y algunas decenas de militantes que le gritaban "genio" tras cada ironía.
El 25 de mayo, en Rosario, el campo movilizó más de 200.000 personas. El mismo día, en Salta, al Gobierno lo apoyaron más de 25.000 militantes. La relación de fuerzas se invirtió antes de que la Cámara de Diputados tratara las retenciones móviles: el kirchnerismo instaló ocho carpas en la Plaza Congreso, contra dos del agro.
Ahora, la Comisión de Enlace de las entidades rurales convocó a una movilización en la Capital para el martes. El peronismo le respondió ayer con el acto paralelo en la Plaza del Congreso.
"Pedimos a todos los argentinos que nos ayuden a parar este esquema desestabilizador y autoritario", reclamó Kirchner, que minimizó el riesgo de los actos en simultáneo.
Después de cuestionar al campo, insistir en la teoría de la desestabilización
y convocar a la Plaza del Congreso, el presidente del PJ aceptó algunas
preguntas en conferencia por segunda vez en algo más de cinco años. Habló allí
de todo un poco:
La votación en el Senado: "Sería una falta de respeto que yo empezara a
contar manos como en un corral. Cada senador votará de acuerdo con su visión y
su ideología".
La creciente influencia del ex presidente Eduardo Duhalde sobre la dirigencia
peronista: "Hace mucho que no lo escucho. ¿Qué dijo? Yo no voy a devolver
descalificaciones con descalificaciones. Vamos a ser humildes".
El principio de rebelión en el peronismo I: "Nosotros no somos una sociedad
anónima. Tenemos una filosofía política y de país. Somos un partido democrático.
Mario Das Neves [gobernador de Chubut; uno de los críticos del Gobierno] nos
acompañó mucho. Quienes sufrimos la dictadura creemos en la democracia, y yo
siento un fuerte acompañamiento del pueblo argentino. Esto no es la Bolsa". Tras
dicha respuesta, su elenco de acompañantes rió locamente y lo ovacionó.
Evitó hacer "una autocrítica del Gobierno": "No soy parte del Gobierno".
Provocó con esa contestación la mayor carcajada y ovación de la tarde.
La división sindical: "Yo veo que hay una sola CGT y que también está la CTA.
No conozco otra central obrera".
Su influencia sobre la dirigencia argentina: "Yo soy el presidente del PJ. Es
natural que hable con los legisladores del partido, con los intendentes y con
gobernadores. Hablo con ellos y también con dirigentes de otros partidos. Hablo
por teléfono con concejales, delegados zonales, sindicalistas, periodistas,
diputados, senadores..."
El principio de rebelión en el peronismo II: "Un gran argentino, como
Hipólito Yrigoyen, decía «que se rompa, pero que no se doble». Así estamos. Que
nadie tenga miedo de pensar. Los justicialistas somos discutidores". Lo
aplaudieron de nuevo, sin señalarle que, en realidad, la frase citada es de
Leandro N. Alem.
El conflicto con el campo. Le preguntaron cuándo creía que terminaría la crisis: "Si respondiera eso, sería un mago". Surgió otra vez la adulación de la militancia.
No aceptó más preguntas. Había una lista larga de medios interesados, pero se levantó, empezó a saludar y dio así por terminada una reunión en la que el eje fue arengar por enésima vez a la tropa peronista para que se encolumnara detrás del gobierno de Cristina Kirchner.
Por José Ignacio Lladós
De la Redacción de LA NACION


