Buenos AIres- El debate en la Cámara de Diputados por el proyecto oficial de retenciones móviles llevaba casi 14 horas pasadas a las 8.30 de hoy, luego de que el kirchnerismo obtuviera el quórum para tratar la iniciativa, con la novedad de mayores compensaciones para pequeños productores agropecuarios.

El oficialismo, en busca de concretar la ratificación de la polémica resolución 125, anunció en el recinto una serie de nuevos beneficios para los pequeños productores en voz del jefe de bloque de diputados del Frente para la Victoria (FpV), Agustín Rossi.

Tras lamentar “profundamente no haber podido conciliar” un proyecto, Rossi anunció, entre otras modificaciones al texto original del gobierno, que los productores más pequeños, hasta 300 toneladas, pagarán el 30 por ciento de retenciones; hasta 750 toneladas, 35 por ciento; y destacó que el proyecto oficial deja “afuera a más del 85 por ciento de los productores agropecuarios”.

El anunció fue considerado insuficiente por los referentes de las entidades rurales -Eduardo Buzzi y Alfredo de Angelis (Federación Agraria), Mario Llambías (CRA) y Luciano Miguens (Sociedad Rural)-, quienes, sin embargo, esperaban que los legisladores opositores pudieran cambiar el rumbo en el recinto.

Por su parte, la oposición, encabezada por el PRO, la UCR y la Coalición Cívica rechazó, en sus discursos, el proyecto oficial y volvió a reclamar la suspensión por 150 días de la resolución firmada en marzo pasado por el ex ministro de Economía Martín Lousteau.

Tras siete horas de debate y cerca de las 2 de madrugada, Felipe Solá, ex gobernador bonaerense, sacudió la modorra del recinto, aunque sin mucha sorpresa, ya que mantuvo su postura de ir con un proyecto alternativo del oficialismo, lo que le valió la repulsa del ultrakirchnerista Carlos Kunkel.

Fue cuando el ex secretario de Agricultura menemista confirmó -tras sostener que en los últimos años “no hemos tenido política agropecuaria- que iba a votar en contra de la iniciativa K.

Entonces, el ex diputado de la JP de los 70, ubicado justo en la banca detrás de la suya, le disparó: “Traidor, hijo de puta”, repetidas veces, mientras el bonaerense Luis Cigogna lo sujetaba del brazo derecho.

Minutos antes de las 2, habían ingresado al recinto y se ubicaron en el palco bandeja, donde en general se encuentran los asesores del cuerpo, los ruralistas Buzzi, Miguens y Llambías.

Durante la madrugada, se escucharon voces encontradas mientras desde las barras alternaban vítores y reproches, según las simpatías y los intereses que se defendían.

Pasadas las 8, restaban hablar 47 oradores de un total de 112 anotados para terminar el debate en general.

La sesión había comenzado a las 19, cuando el kirchnerismo alcanzó el número suficiente de diputados para iniciar el debate, con 133 legisladores.

La bancada oficialista logró ese cometido por medio del aporte de 115 diputados propios del Frente para la Victoria (FPV), cinco del Frente Cívico de Santiago del Estero, cuatro del Encuentro Popular y Social de Ariel Basteiro, cuatro de la Concertación Plural, tres del Movimiento Popular Neuquino (MPN), más Eduardo Lorenzo “Borocotó” y Miguel Bonasso.

Llamó la atención que sumaran al quórum los bonaerenses Felipe Solá -que mantenía disidencias y hasta presentó un proyecto alternativo- y Graciela Camaño. Ambos, considerados disidentes, hasta minutos antes del inicio de la sesión.
Se verificó, además, la ruptura del bloque de diputados de la Concertación Plural (radicales K), que preside el marplatense Daniel Katz, cuando llegó el momento de formar el quórum.

De los 10 legisladores que integran la bancada, solo cuatro “radicales K” -Silvia Vázquez, Gustavo Serebrinsky, Hugo Prieto y Héctor Alvaro- bajaron al recinto para posibilitar que el kirchnerismo alcanzara el quórum de 129 diputados.
Además, Katz y la mendocina Laura Montero -alineada con el vicepresidente Julio Cobos- anunciaron que no apoyaban la iniciativa del gobierno nacional y votaban por su proyecto en minoría.

El presidente de la Comisión de Agricultura del cuerpo, Alberto Cantero (FPV), abrió el debate con una defensa de las retenciones móviles, al afirmar que el proyecto “se están poniendo los cimientos de una nueva estructura agraria en la Argentina”.

Debido al número de los oradores y la extensión de la sesión, se adelantaron las exposiciones de los jefes de bloque de los principales partidos, esto es, Rossi (FPV), Federico Pinedo (PRO), Oscar Aguad (UCR) y Adrián Pérez (Coalición Cívica).

Pérez señaló que “no vamos a sostener la resolución, con el único objetivo de intentar encontrarle una resolución a este conflicto”, tras lo cual reiteró la posición de esa fuerza de solicitar la suspensión por 150 días de la resolución 125 sobre retenciones móviles.

Pinedo afirmó que el gobierno nacional, con su proyecto de retenciones móviles, “en lugar de atacar a los sectores mas concentrados se ataca a los sectores medios” y, al igual que Pérez y Aguad, contrapuso al modelo de Brasil para cuestionar la política agropecuaria del Poder Ejecutivo.

En tanto, centenares de militantes kirchneristas seguían desde las calles adyacentes al parlamento y la plaza de los Dos Congresos la sesión y, con el avance de las horas y pasadas las 21, el tráfico comenzó a ser restablecido.

La inclemencia de un tiempo frío y lluvioso y la sospechas de que las deliberaciones se extenderían, convencieron de la conveniencia de retirarse hacia lugares más protegidos.

El comienzo de las deliberaciones fue saludado con una salva de bombas de estruendo por parte de los manifestantes que seguían las alternativas de la Cámara baja a través una pantalla gigante montada en una de las carpas que instalaron las organizaciones K desde hace quince días.

Apenas se inició el debate y tras izarse la bandera, militantes de la agrupación peronista disidente Pampa Sur desplegó una bandera con la inscripción “Aguante el campo”, en medio de los palcos de la Cámara colmados de kirchneristas.