La semana pasada, representantes de la Bolsa de Cereales expusieron ante el Congreso de la Nación su postura frente al proyecto de ley que impone retenciones móviles, y sostuvo que el esquema de derechos de exportación móviles establecido por la Resolución Nº 125/2008 y su modificatoria Nº 64/08, “trastoca toda la experiencia centenaria lograda en materia de administración de riesgo de precios”.
En este sentido, destacaron dos aspectos negativos para el funcionamiento de los mercados. Primero, que “se fijan límites a los precios domésticos, aún cuando las cotizaciones internacionales sigan trepando a valores no conocidos”. Segundo, porque “al fijar elevadas alícuotas marginales para los intervalos en el que se mueven los precios de exportación, hace que los precios internos no transmitan la volatilidad de las cotizaciones mundiales”.
Los efectos de esto repercuten en la “falta de estímulo para la concertación anticipada de negocios por parte de los productores (contratos Forward y contratos de futuro y de opciones en los Mercados a Término)”, aseguraron desde la Bolsa.
Además, provoca una “concentración de las operaciones en poco tiempo a partir de la cosecha”, y “elimina incentivos para retener (almacenar) el grano, atento a que los precios futuros no compensarán los costos de su traslado en el tiempo, por lo que los productores y otros tenedores (acopiadores y cooperativas) se verán inducidos a desprenderse de sus existencias rápidamente en época de cosecha”.
Las consecuencias de estas medidas tendrán que ver con el “congestionamiento de cargas, recibos de mercadería en pocos meses próximos a la cosecha”, además de “graves problemas logísticos, tanto para vendedores como compradores; escasez de medios de transporte, colapso en la capacidad de almacenaje en origen y terminales, caos en la planificación de los arribos de buques, ineficiencias en la programación de stocks de la industria”, entre otras cosas.
Ante este escenario, advirtieron que “probablemente las operaciones de canje con entrega de los granos a cosecha dejarán de ser atractivas para los proveedores de insumos, por la caída de precios que se producirá al momento de la entrega”.
Paralelamente, las operaciones en los mercados de futuro se podrían ver notoriamente afectadas: “La existencia de alícuotas incrementales tan elevadas y que fluctúan con el movimiento de los precios, determinarán que los precios internos no reflejen –salvo en mínima medida– los aumentos que se produzcan en los precios internacionales en caso de alza, en tanto que lo harán –aunque en menor medida– en el caso de bajas”.
Finalmente, avizoraron desde la Bolsa que “los especuladores no se verán tentados a intervenir en los mercados de futuro nacionales por la escasa volatilidad que mostrarán sus precios. Los productores, si tienen una visión de mercado alcista, no tendrán ningún aliciente para intervenir”.


