Ovinos
Preparando el servicio de la majada
Méd. Vet. Jorge Manazza - Grupo Sanidad Animal INTA Balcarce
Es necesario poner atención a la sanidad y mérito genético de los reproductores machos ya que el mejoramiento de nuestras majadas depende en gran medida de los carneros que utilicemos. Esto se verá reflejado en la producción de lana (cantidad y calidad) o en la producción de carne (corderos logrados). Hay que tener en cuenta que esta acción se complementa con la selección y el estado nutricional de las hembras que pondremos en servicio.
En este período clave una práctica muy recomendada, pero quizás no siempre
utilizada, es realizar previamente un buen control de los carneros y evaluar la
sanidad de los mismos, ya que de tener problemas se notarán los efectos
negativos en la señalada.
Un carnero infértil, no sólo fallará al servicio, al estar enfermo puede
infectar a otros animales sanos y diseminar la enfermedad en la majada, seguirá
produciendo gastos en alimentación y sanidad, sin tener un justificado desempeño
reproductivo.
¿Qué debemos hacer?
Los problemas que pueden afectar la fertilidad de un macho, generalmente se
traducen por alteraciones en su aparato reproductor, es decir testículos,
epidídimo y pene. Pero es también importante hacer un control general del
animal, prestando especial atención a su dentadura, conformación de la boca,
condición corporal, estado de sus ganglios, para detectar presencia de
seudotuberculosis y defectos en lana, pezuñas y aplomos, etc., que no deseamos
se transmitan a la descendencia.
Debemos tener en cuenta, que ciertas enfermedades infecciosas reproductivas
del macho, no siempre producen alteraciones detectables a simple vista o
diagnosticables por palpación. Un ejemplo es la Brucelosis ovina o Epididimitis
de los carneros, pudiendo existir animales que son portadores de la enfermedad,
sin tener lesiones evidentes. Por ello, una práctica indispensable es extraer
sangre de los carneros para efectuar los análisis en laboratorio.
Como toda actividad, la revisación de carneros debe hacerse con método; una
forma de trabajo que permita realizar correctamente la tarea y evaluar del mismo
modo a todos los animales.
Cómo proceder
- Revisar todos los carneros, vayan o no a servicio.
- Identificarlos mediante caravana segura o tatuaje que permita asentar en una planilla la información o datos de cada animal.
- El trabajo debería efectuarse con tres personas: un agarrador, el
veterinario que examina y la tercera que anota lo que el profesional indica.
Este procedimiento nos permite una toma de decisiones criteriosa sobre el
futuro de cada reproductor.
Los animales se ubican en semicírculo en posición ”sentado” apoyando el lomo
sobre las piernas del agarrador. Comenzar por la cabeza, observando posibles
afecciones oculares; boca, para determinar la edad del animal (desgaste de
dientes); conformación de mandíbula: prognatismo (afección hereditaria),
cobertura de lana en la cara (correlacionado con la fertilidad), palpar los
ganglios de la cabeza y cuello (parotídeos, retrofaríngeos, submaxilares) y
miembros anteriores (preescapulares). Continuar palpando ganglios de los
miembros posteriores (prefemorales y poplíteos) luego los ganglios inguinales
con especial atención ya que de encontrarse aumentados de tamaño pueden
dificultar el desplazamiento de los testículos y afectar la calidad del semen.
El tamaño normal de los ganglios no debe exceder los tres centímetros de
diámetro y son elásticos al tacto. Al palparlo buscamos alteraciones de tamaño,
temperatura o consistencia. En caso de Seudotuberculosis pueden hasta triplicar
su tamaño.
Seguidamente se examina el aparato genital, incluyendo bolsa escrotal, testículos, epidídimo y pene. Revisar pezuñas por posibles lesiones de pietín. Con el animal nuevamente en pie se evaluará la condición corporal, a fin de detectar carneros que no están en buen estado para entrar a servicio (por debajo de grado 3, suplementar para recuperar condición).
Revisar los aplomos ya que traerán problemas en la monta.
Terminado el examen clínico se extrae sangre para la detección de brucelosis
a todos los carneros teniendo en cuenta que es la principal enfermedad que
afecta el aparato reproductor del macho. Si se confirma la infección con
Brucella ovis, se recomienda iniciar de inmediato el control de la enfermedad en
el establecimiento que incluye una segunda revisación y análisis de laboratorio
a los 30 ó 45 días de finalizado el servicio con el fin de descartar los
infectados durante el mismo.
En cabañas utilizaremos básicamente los mismos criterios aplicados a carneros
de majada general pero más estrictos en los controles. Con animales de alto
valor genético se justificará intentar tratamientos medicamentosos o quirúrgicos
de ciertas afecciones (orquitis unilateral, varicocele, etc.)
El objetivo del control pre-servicio de los carneros, es determinar si están
en condiciones de ser utilizados para cumplir eficazmente su función,
produciendo crías libres de defectos y enfermedades.
Es fundamental la necesidad de trabajar con machos y hembras en buen estado
nutricional, sanos y funcionales, vale decir: libres de defectos genitales,
enfermedades infectocontagiosas u otras que afectan a la reproducción y sin
problemas de parasitosis que implica pérdidas de producción.
Carneros vigorosos y de fuerte impulso sexual, sin estrés durante los 60 días previo al servicio. Las ovejas necesitan descanso después del destete para recuperar estado y pasar de una condición corporal grado 2 - 2.5 (lactancia) a grado 3 – 3.5 ( adecuado para iniciar el servicio). Borregas: categoría importante dado que representan las hembras de reemplazo y futuro material productivo de la majada, seleccionarlas cuidadosamente en este momento ingresando las aptas para reproducción y las que más respondan a los objetivos de la empresa. Evaluar sanidad y estado de nutrición registrando condición corporal (CC) de cada una. La CC deseable es también 3 - 3.5, nos permitirá interpretar en su momento los índices de parición, señalada y destete logrados.


