El Presidente de la Sociedad Rural de Rafaela cree que si se mantienen los precios actuales el Gobierno debería rever urgentemente la continuidad del impuesto. Además consideró que la renuencia de China a respetar los contratos firmados pondría en aprietos a los productores que realizaron inversiones amparados en los 700 pesos que llegó a valer la tonelada.
La dramática caída que sufrió la cotización internacional de la soja ya le
empezó a generar al Gobierno nacional fuertes dolores de cabeza. Y no sólo al
Estado está perjudicando fuertemente el descenso (llegó a superar los 700 pesos
y en Rosario ayer cotizó a 530, aunque el parámetro es el mercado de Chicago),
ya que los productores constatan azorados cómo en cuestión de días el gran
negocio flaquea.
LA OPINION conversó con Rubén Ferrero, titular de la Sociedad Rural de Rafaela,
quien reconoció que "los últimos cambios impactan muy fuerte en la zona porque
esta es una región agrícola muy importante. A ciencia cierta aún no se puede
pronosticar a futuro qué es lo que va a pasar.
Sí somos concientes y sabemos que la soja había llegado a un techo que no había
plena seguridad que se pudiera mantener en el futuro".
En relación con los motivos que llevaron a China, principal importador de soja a
nivel mundial, a detener sus compras, generando esta caótica situación, el
rafaelino consideró que "los comentarios que hay son varios y diversos. Algunos
hablan de que China se retiró del mercado, otros comentan que el problema es que
China encontró en algunos productos que le enviaban desde Brasil mercadería no
apta y que por eso está levantando un poco las compras. También se habla de la
incidencia de la excelente siembra de soja que viene realizando Estados Unidos,
aunque para eso falta mucho".
Más allá de versiones y rumores Ferrero estimó que "lo que es real es que con
esta baja abrupta de casi 200 pesos de una semana para la otra son muchos
millones de dólares que van quedando en el camino". Y manifestó lamentar esta
realidad porque "se han hecho muchas inversiones pensando en el precio de la
soja que estábamos teniendo, y no hablemos de 700 pesos pero sí de 650 ó 640.
Ahora el productor tendrá que ver cómo va a hacer frente a los compromisos que
ha asumido, más si se tiene en cuenta que lamentablemente siguieron aumentando
los insumos, como el glifosato, que son muy importantes para la siembra de
soja".
Afuera lo distorsivo
Aunque a regañadientes, los productores se tragaron el sapo de las
retenciones a las exportaciones de soja. El discurso del Gobierno nacional
llamando a la solidaridad y la sinceridad del ministro de Economía Roberto
Lavagna (reconoció que el impuesto era distorsivo pero se negó a quitarlo) no
terminaron de meterse nunca en la mente de los trabajadores del campo. Incluso
el funcionario nacional en su visita a nuestra ciudad se preguntó irónicamente
si los productores preferían el estado actual, incluidas las retenciones del
20%, o si consideraban mejor el anterior período.
Sin embargo la baja en el precio recorta las ganancias y trae de vuelta a la
mesa la discusión. Ferrero entiende que hay que ser cautos pero también espera
que el Gobierno revierta pronto la situación de mantenerse como en la
actualidad. "Trabajaremos y analizaremos lo que pasa con los mercados, y
seguiremos planteándole al Gobierno nacional que si la soja deja de tener los
precios internacionales importantes que tuvo en su momento hay que estar
reviendo de forma urgente el tema de las retenciones".
Luego de razonar que "me parece que hay otros juegos en el medio", Ferrero en el
final declaró que "vamos a dejar correr el mercado y dentro de 10 ó 15 días
veremos dónde se estabiliza. Tal vez ahí se marque la tendencia de cual va a ser
el precio futuro".


