La diferencia entre el precio de la vieja y de la nueva cosecha en Chicago se ha acortado. Ello muestra las diferentes tendencias entre lo actual y lo que viene en EE.UU.
Parece que estuviéramos en un bote con dos pisos, uno de ellos roto. Al momento de ingresar al agua, sentimos la sensación de hundirnos. Y si bien es bueno prepararse para lo peor, tampoco nos debemos tirar al agua.
Está el otro piso en buena condiciones. Algo más bajo que lo normal, pero estamos flotando.
¿La caída estrepitosa es producto de una cuestión coyuntural o es más grave? ¿Se trata de una tendencia que no para?
La cuestión es que hoy el que rige el mercado es China. Sin embargo esto no puede durar mucho y hay otros elementos que tarde o temprano van a incidir.
La incidencia negativa en los precios está dada por los fondos de inversión siguen vendiendo posiciones en soja, harina y aceite.
Claro que hay elementos negativos para los precios. Las lluvias en EE.UU. habrían ocasionado daños y en tal caso sería inevitable volver a sembrar viéndose perjudicado especialmente el trigo de primavera y el maíz ya que los correspondientes lotes no podrán ser resembrados con dichos granos por estar en fechas límites y, así, es posible que aumente la superficie destinada a soja.
¿Y qué es lo qué pasa en Asia?
China ha decidido adoptar una política que frena el ingreso normal de productos del complejo de la soja. Los industriales y el sector oficial quieren hacer valer su peso en el mercado internacional.
La realidad es que están haciendo todo tipo de artilugios para no pagar los elevados precios de los contratos concertados. Incluso están tratando de renegociar los contratos cerrados.
Es que los industriales de China hoy pierden dinero, por el mercado interno de subproductos actualmente deprimido. En general, los precios de esta semana indican que los aceiteros pierden alrededor 50 dólares por cada tonelada de soja que procesan, frente a los 30 que perdían dos semanas atrás.
Esto es así por la baja en los precios de los productos procesados en China.
Poro la cosa no puede durar mucho. En perspectiva vale expresar que resulta improbable que haya una reducción en el nivel de importaciones de soja más o menos importante en lo que resta del año.
Más bien puede hablarse de una forma de presión adicional, por parte de los importadores chinos, las noticias que circularon en los últimos días de que se importará entre un 40 a 50% menos de soja en el período julio / diciembre. Esas noticias suenan como ecos de gritos vacíos de contenido para presionar hacia abajo a los precios, cosa que ya está sucediendo, como para volver a ingresar en el mercado, más adelante.
Para evitar una recuperación sustancial de los precios, China sólo tiene que lograr llegar con su stock hasta el ingreso de la nueva cosecha propia y de EE.UU.
Y lo malo es que las condiciones de un gran volumen en el hemisferio norte son buenas.
En tal caso uno puede apreciar un panorama de precios en baja para la próxima temporada, siempre y cuando las condiciones climáticas sean favorables.
El desarrollo de la soja que está sembrándose en EE.UU. es central para determinar el precio.
Es muy difícil que se observe un aumento explosivo en la producción de soja estadounidense. Ello hace que los números que hoy se barajan jueguen un papel limitante para que se produzca una baja de precios considerable en el segundo semestre del año.
El cuadro de oferta y demanda para el período septiembre / febrero, de Oil World, muestra que aún con un apreciable aumento en la producción, los stocks a fines de octubre apenas si se recuperarían respecto del ciclo anterior.
Sacar conclusiones en un contexto tan “pulseado” que depende de tantas variables es aventurado.
Pero podemos decir que no se advierten razones para estimar un cuadro de bajas muy pronunciadas. Es más, puede ser factible una suba en los valores de hoy, ya que un puede sospechar que están artificialmente pinchados.
Lo que sí parece seguro es que, hasta que la cosecha de hemisferio norte no esté ingresando a los silos, los precios serán un dolor de cabeza. La volatilidad afectará el sistema nervioso de muchos. Por eso, señores, a tomarse esto con filosofía.


