Bunge Argentina anunció oficialmente ayer la construcción de un puerto de embarque de granos en Ramallo, primera etapa de un plan de inversión de 300 millones de dólares que prevé en los próximos años sumar dos plantas de procesamiento de oleaginosas y ampliar 16 centros logísticos de la compañía en el interior del país.

Durante un acto realizado en el predio de 400 hectáreas adquirido para emplazar el emprendimiento, el presidente de Bunge Argentina, Raúl Padilla, anticipó que la inversión "se hace pensando en el objetivo de alcanzar una cosecha de 100 millones de toneladas de granos". Aseguró, además, que la localización de la terminal en Ramallo significa expandir el centro del complejo oleaginoso de la zona núcleo santafesina al norte de Buenos Aires.

Enrique Husmanes, director industrial de la compañía, explicó las características del proyecto. La primera etapa, con un desembolso de 100 millones de dólares, prevé la construcción de celdas para almacenar más de 200 mil toneladas de semillas, silos verticales, instalaciones para almacenar y formular fertilizantes, un muelle de carga de granos y subproductos y otro para descarga de barcazas y fertilizantes. Aseguró que se trabaja "contrarreloj" para que el puerto esté operativo en abril de 2005.

A fines de ese año, la compañía prevé comenzar a levantar la primera planta de procesamiento de soja (no menor a las 5 mil toneladas de molienda diaria) y, si todos los supuestos macroeconómicos se cumplen, poco después se incorporaría una segunda planta. También en una segunda etapa se construirá otro muelle de carga. Al final del camino, el complejo Ramallo contará con una capacidad de almacenamiento de 1 millón de toneladas de granos y 300 mil de fertilizantes, sector este último en el que prevén un fuerte crecimiento.

El complejo industrial-portuario de Ramallo completa por ahora la grilla de anuncios de inversión vinculados al sector aceitero, que en pocos meses sumaron unos 500 millones de dólares. Además recalienta la pelea de las grandes firmas del sector por liderar el crushing de soja. En el sector se prevé que a principios de 2005 comiencen a operar las nuevas plantas de Terminal 6 (inversión de Bunge y AGD), Molinos y Vicentín. Desde mediados de ese año se sumarían las nuevas de Dreyfus y Cargill y, en 2006, la de Bunge-Ramallo. Con estos planes, en dos años las principales aceiteras del país pelearán el ranking de molienda de soja por encima de las 20 mil toneladas diarias.

"Va a ser un mercado muy competitivo", se limitaron a señalar en Bunge respecto del impacto que tendrá ese aumento de capacidad. La inversión de la compañía se complementa con los 30 millones que pondrán en T-6 y otros 22 millones para las plantas y centros de acopio.

Con la radicación en Buenos Aires, Bunge continúa la expansión hacia el sur del complejo oleaginoso, que tiene centro en el cordón industrial rosarino. Esa ubicación le permitirá originar mercadería de una amplia región al norte de esa provincia y le significará, además, un ahorro importante del flete oceánico, puesto que un barco desde esa zona hasta el norte del up river tiene un día más de navegación ida y vuelta. El complejo Ramallo tendrá 3 mil metros de costa y cuenta con un calado natural de 30 metros, proyectado de la barranca a 30 metros río adentro.

En los primeros días de la convocatoria pública realizada a los proveedores, la compañía recibió 500 postulaciones. Y se espera que junto al nuevo complejo portuario se radiquen industrias conexas, como las del rubro de montaje, del cluster de proveedores de San Lorenzo. Para esas firmas, aseguran, también será un salto de escala.