El presidente Néstor Kirchner y su par de Bolivia, Carlos Mesa, suscribieron
ayer un acuerdo bilateral que permitirá a la Argentina importar 4.000.000 de
metros cúbicos de gas de ese país durante los próximos seis meses, los que serán
destinados exclusivamente al consumo interno, a fin de paliar la crisis
energética.
El convenio es prorrogable, pero esa decisión estará sujeta a un referéndum
vinculante de políticas gasíferas que se realizará en Bolivia el 18 de julio, y
que podría derivar, por ejemplo, en modificaciones sobre los volúmenes del
combustible comercializables hacia el exterior y en los criterios para aprobar
las exportaciones. Eso podría tener impacto a futuro sobre lo firmado. "Queremos
agradecer la decisión de autorizar en forma extraordinaria la exportación de gas
a nuestro país", afirmó Kirchner durante la firma del acuerdo bilateral, que se
realizó en horas del mediodía en el Salón Blanco de la Casa Rosada.
"La Argentina acompañará, a partir de la colaboración y cooperación técnica, con
el desarrollo de la industria del gas natural en Bolivia", completó. Entre sus
puntos más salientes, el convenio establece que:
- Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) actuará como agregador y vendedor de los recursos gasíferos a la Argentina.
- La Argentina pagará 98 centavos de dólar por cada millón de unidades térmicas británicas (BTU) en boca de pozo. Esto constituye más del doble que el precio promedio que pagan las industrias y las distribuidoras gasíferas en el mercado interno, que es de 45 centavos de dólar.
- El gobierno argentino deberá controlar que el destino del gas importado sea el mercado interno.
El convenio tiene un fuerte contenido político. Ocurre que, en lo que
constituye quizás uno de sus aspectos más controvertidos, deja asentado que la
Argentina no podrá derivar parte de los recursos que reciba a terceros países,
como Chile, con el que Bolivia tiene una histórica disputa territorial por la
salida al mar y con el que el Gobierno está enfrentado como consecuencia de la
disminución de los envíos energéticos dispuesta por Kirchner.
Necesidades internas
Tras la firma del acuerdo, el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido,
afirmó que seguirán las restricciones de exportación de gas a Chile. Incluso,
advirtió que "con un crecimiento económico como el que tenemos, superior al 10%,
no sólo necesitaremos importar gas boliviano sino que vamos a tener que
profundizar las inversiones para una mayor producción del gas".
Los dos jefes de Estado rubricaron la denominada "Declaración de Buenos Aires",
que además de fijar los lineamientos para el abastecimiento gasífero, establece
una serie de políticas en materia de integración migratoria y económica que se
comprometieron a desarrollar a futuro ambos países.
Por Lucas Colonna
De la Redacción de LA NACION


