Favorecidas por la demanda sostenida y los precios internacionales en alza, este año las exportaciones argentinas cruzarán la barrera de los 30.000 millones de dólares anuales. Se estima que este aumento de las ventas externas podría rondar entre el 7,5%, en coincidencia con lo que podría crecer el comercio mundial, según la estimación de la Organización Mundial de Comercio (OMC). No obstante, la crisis energética podría reducir esa estimación por los recortes que ya está obligada a hacer la Argentina a sus exportaciones de gas y energía eléctrica.


Como viene pasando desde fines de 2002, el aumento exportador argentino tiene que ver más con los buenos precios internacionales que con el incremento de las cantidades o los volúmenes despachados. El año pasado, se exportaron 3.640 millones más que en el 2002, pero el 63% de ese incremento fue por la suba de los precios internacionales Esta misma proporción se repite este año: en febrero, las ventas externas crecieron el 12% con relación a igual mes de 2003, como consecuencia de un aumento de precios del 8% y del 4% en las cantidades.


Para todo 2004, el Centro de Estudios Internacionales (CEI) de la Cancillería calcula que del 16% de aumento de las exportaciones de cereales y oleaginosas, 11 puntos se explicarían por el incremento de los precios; y en el caso de los alimentos, la proporción sería mayor: de un 13% de suba, 10 puntos se debería al factor precios.






Pocas pilas


El único rubro que podría reducir sus exportaciones es el energético. Ya antes de instalarse la actual emergencia, el CEI estimaba que, con una caída del 9%, "combustibles será el único rubro que mostrará una merma en el valor de las colocaciones externas debido a que, superada la guerra de Irak, los precios mundiales tenderán a la baja, hacia los valores pre-conflicto". A esto se agrega, ahora una reducción de los despachos de gas y luz que podría rondar los 500 millones de dólares anuales. Aunque el recrudecimiento de la violencia en Irak ya está provocando una suba, por ahora de apenas un par de dólares, en el precio del crudo.


Enrique Mantilla, titular de la Cámara de Exportadores (CERA) dice que el sector es menos optimista en los pronósticos aunque asegura que hay un piso de aumento de las exportaciones del 5%. "Exportar por encima de ese porcentaje dependerá de cómo se resuelva la crisis energética. El tema no es sólo por las menores exportaciones de gas, sino por la incertidumbre que hoy pesa en las empresas productoras sobre si tendrán o no energía suficiente para cumplir con los contratos" de ventas al exterior.


Por eso, dice Mantilla, "venimos reclamando que haya un plan que de seguridades a las empresas que no habrá cortes en las instalaciones portuarias, en los depósitos refrigerados o para el secado de granos. La clave son los 4 meses que van de mayo a agosto, pero el problema podría repetirse en el 2005 si no hay inversiones que superen el actual cuello de botella energético".






El reino de la soja


Aunque no es el único factor, todos los analistas coinciden en que la suba exportadora de la Argentina tiene que ver con la soja. "Es natural que eso ocurra dada la magnitud registrada por esta producción y por el ímpetu que muestran sus precios en el mercado mundial", vaticina el Centro de Estudios para la Producción (CEP).


Por su parte el CEI sostiene que "las ventas de oleaginosas registrarán un fuerte salto en los precios que será ampliado por un alza de las cantidades. En enero finalizó la siembra de soja con un cultivo de 14 millones de hectáreas (más 10%) de las cuales 11,3 millones son de primera siembra y el resto son de segunda opción realizadas sobre trigo, cebada, girasol y legumbres". Mientras tanto la tendencia creciente de los precios no parece encontrar un límite: la sequía norteamericana de mediados de 2003 y los más recientes problemas climáticos en el hemisferio sur explican los precios récord en el mercado de Chicago. Argentina está tranquila: se estima que este año habrá una producción récord de entre 35 y 37 millones de toneladas.






China, la nueva meca


Aunque no se limita a la soja sino que incluye también a muchas materias primas industriales, como el cobre, el acero o el aluminio, el fenómeno precios, se llama Chinay también India. Ricardo Rozemberg, del CEP, plantea que "esas dos economías exhiben un alto crecimiento y una demanda insatisfecha de alimentos e insumos básicos. Estos factores estarían incidiendo en el vigor que exhibe el presente ciclo de auge de precios y su extensión, como lo muestran los pronósticos para 2004". No obstante, Rozemberg alerta porque "en los productos agrícolas, una campaña con altos rendimientos puede ser capaz de iniciar una fase de declinación de precios".


Además, Rozemberg plantea que el alza generalizada de precios en el mercado mundial está vinculada a la depreciación del dólar. "Los ciclos de aumento de los precios y de simultánea depreciación del dólar obedecen, en buena medida, a que los exportadores de esos productos básicos obtienen un menor ingreso cuando convierten sus ventas externas realizadas en dólares a sus monedas locales. Por eso, los procesos de depreciación de la moneda estadounidense suelen estar acompañados de una presión al alza del precio en dólares de las materias primas".


Enrique Mantilla, de la CERA, plantea que hoy todos se preguntan por la duración del fenómeno chino. "La mayoría de los analistas creen que el empuje chino seguirá, aunque no faltan quienes alertan sobre la fragilidad de sistema bancario, porque los bancos tienen una cartera crediticia bastante irregular por los grandes créditos subsidiados a empresas estatales o vinculada al Estado. Sin embargo, como China cuenta con cuantiosas reservas internacionales, muchos opinan que el Gobierno cuenta con recursos para hacer frente a un eventual problema financiero, sin comprometer el crecimiento".


Para la Argentina, China es un mercado nuevo. En 1998, apenas se exportaron 681 millones. El año pasado sumaron 2.461 millones, casi 4 veces más. Gabriel Sánchez e Inés Butler, de La Fundación Mediterránea, destacan que "de representar un 3% en 2000 de las exportaciones totales, en los últimos 12 meses a febrero alcanzan al 9%". Y atribuyen este cambio "a la creciente demanda china y a la competitivi dad cambiaria resultado de la devaluación argentina y al esquema de tipo de cambio fijo en China". Sin embargo, "las relaciones comerciales no son estáticas y es necesario estar alertas ante los cambios que se producen. China está llevando a cabo numerosos acuerdos comerciales con otros países asiáticos. Estos acuerdos pueden producir un desvío de comercio, incrementándose las importaciones de los nuevos socios comerciales a costa de los productos argentinos".


La menor participación de Brasil (ver Brasil, página 3) está siendo compensada por otros países latinoamericanos. Rozemberg apunta que en las exportaciones industriales, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Venezuela muestran considerables recuperaciones tras las fuertes caídas por los años recesivos. Las exportaciones de autos se vieron favorecidas por el acuerdo con México y Chile. El CEI calcula que este año la industria automotriz podría colocar en el exterior 120.000 unidades por un total de 1.700 millones de dólares.


Las principales limitaciones que podrían tener las exportaciones vienen del frente interno y de una reversión de las bajísimas tasas de interés internacionales. Rozemberg señala que "el incremento de la actividad doméstica sumado a la apreciación del tipo de cambio real (el dólar bajó de 3,40 pesos en diciembre de 2002 al actual 2,82 pesos, con precios internos en alza) podría reducir la oferta exportable de los segmentos industriales menos competitivos. Además, el bajo nivel de las inversiones en los últimos años son obstáculos importantes". En el plano financiero, por su parte, "el eventual aumento de la tasa de interés internacional podría afectar la recuperación mundial y por ende las exportaciones", concluyó.