CARILO.- El ministro de Economía, Roberto Lavagna, interrumpió ayer su descanso de Semana Santa en su casa de Cariló para anunciar dos beneficios impositivos en favor de la inversión y una suba de contribuciones patronales para los sueldos altos. Después de la reunión que había mantenido el miércoles pasado con el presidente Néstor Kirchner, en medio de la discusión pública sobre la crisis energética y la inseguridad, el jefe del Palacio de Hacienda armó una miniconferencia de prensa en esta localidad de la costa atlántica para difundir estas medidas y la posibilidad de que a partir del 1° del mes próximo se rebaje el impuesto al cheque del 1,2% al 1% del monto de la transferencia financiera.
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Antes de iniciar una caminata de tres horas por la playa, en un día de sol otoñal, el ministro comenzó la conversación en el hotel Marcin con un comentario sobre el estado de salud de Kirchner. "Está bajo control", destacó Lavagna, rodeado de algunos huéspedes curiosos, uno de los cuales le formuló una pregunta al final.
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El Gobierno enviará en diez días al Congreso un proyecto de ley que crea un régimen de incentivo a la inversión por tres años, según explicó. Beneficiará la compra de bienes de capital (equipos y maquinarias) nacionales e importados, excepto automotores, y los proyectos de infraestructura, sin incluir los gastos de la obra civil, como la remoción de tierra o los trabajos de albañilería, según expresó Lavagna. En cuanto a la infraestructura, se dará prioridad a la referida al sector energético, como gasoductos y centrales eléctricas, tal como ejemplificó el titular del Palacio de Hacienda.
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Las opciones
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Los inversores interesados podrán optar por dos beneficios, prometidos desde noviembre pasado por el ministro: la devolución anticipada del IVA por la compra de maquinaria o la amortización acelerada de la inversión a la hora de pagar el impuesto a las ganancias. El que opte por la primera alternativa podrá acreditar el IVA para el cumplimiento de otros tributos o se le devolverá aquel gravamen en efectivo en tres meses. El Gobierno aceptará pedidos de devolución del IVA de los compradores de bienes de capital por hasta $ 700 millones anuales. No habrá un cupo para el otorgamiento de este beneficio para las obras de infraestructura, pero Lavagna calculó que dejará de percibir por este concepto unos 355 millones de pesos anuales.
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La otra variante consiste en solicitar que se acorte el período de amortización de las inversiones, de modo de poder descargarlas como pérdidas en un período menor a los cinco, diez o 20 años establecidos en la actualidad. De este modo, el inversor generaría menos ganancias contables en los próximos años y abonaría menos impuestos.
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Los que pidan este beneficio en el primer año de vigencia del régimen podrán amortizar la compra de maquinaria en tres años o la obra de infraestructura en la mitad del tiempo estipulado (en diez años, en lugar de 20). En los dos años siguientes, la amortización se acelera menos, con el fin de estimular la inversión inmediata. En el segundo año, se contabiliza la adquisición de bienes de capital en cuatro años y en el tercero, en cinco años. En el caso de la infraestructura, el período se recorta al 60 por ciento y al 70 por ciento, respectivamente.
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Existirá un cupo de hasta $ 300 millones anuales para las compras de maquinaria con amortización acelerada. No ocurrirá lo mismo con las obras de infraestructura, aunque el ministro planea una reducción de la recaudación de $ 75 millones por este concepto.
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Los inversores interesados en los dos beneficios deberán pasar por un proceso de selección que hará el Ministerio de Economía. "Se elegirán las adquisiciones de bienes de capital destinados a la exportación que ocupen la mayor cantidad de mano de obra y que impliquen el agregado de la más alta tecnología", dijo el ministro.
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Las exclusiones
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Se excluirán las operaciones que ya cuenten con créditos subsidiados, como los recientemente concedidos para pequeñas y medianas empresas. En compras de maquinarias y obras de infraestructura, se excluirán las inversiones ya iniciadas y las que surjan de obligaciones contractuales con el Estado. A los beneficiarios se les exigirá que renuncien a hacer reclamos ante la Justicia por la falta de ajuste por inflación del impuesto a las ganancias o por la pesificación del factor de convergencia, una suerte de subvención a las exportaciones vigente en 2001.
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Lavagna destacó que la inversión creció el 49 por ciento en el último trimestre del año pasado, lo que refleja la incoporación de tecnología nueva. Y especificó que la inversión en equipos importados creció en ese período a una tasa del 150 por ciento.
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Alza del producto
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El ministro también afirmó que, según sus borradores, hubo un alza del producto bruto interno (PBI) "del orden del 10 por ciento" en el período que se extendió de enero a marzo de este año, pero explicó que se necesitan estas medidas porque "en economía siempre hay que mirar a dos años vista".
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Reconoció cuál es la inversión prioritaria: "Si la economía sigue con tasas de crecimiento fuertes, hay que ampliar la oferta energética", sostuvo. Según las palabras del ministro, "la inversión centrada en el crecimiento y el empleo es el centro del plan económico", a la vez que reveló que las obras destinadas a ampliar la capacidad de generar energía tendrán prioridad en el programa de incentivos lanzado ayer.
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Por Alejandro Rebossio
Enviado especial
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Los principales ejes del plan
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Inversión: el ministro de Economía, Roberto Lavagna, focalizó sus anuncios en una serie de medidas que alienten la inversión de las empresas del sector real.
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IVA: a los empresarios que compren bienes de capital se les permitirá la devolución anticipada del IVA por la adquisición de la maquinaria. En este caso se podrá acreditar este impuesto para el cumplimiento de otros tributos.
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Amortización: la otra opción para las empresas será pedir el acortamiento del período de las inversiones, de modo de poder descargarlas como pérdidas en un período menor a los 5, 10 o 20 años establecidos en la actualidad por ley.
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Impuesto: por otra parte, Lavagna dijo que en mayo comenzará a bajar el impuesto a los débitos y créditos en cuenta corriente del 1,2% al 1% para los que reciben el cheque, si el presidente Néstor Kirchner aprueba el proyecto que le envió.
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A cuenta: además, la reducción impositiva no será en forma directa, sino que se canalizará por medio del pago a cuenta de los impuestos a las ganancias y a la ganancia mínima presunta.
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Contribuciones: por otro lado, el ministro confirmó que las contribuciones patronales subirán sin afectar el salario de bolsillo de los empleados. Se busca aumentar la recaudación.
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Superente: el Palacio de Hacienda creará un superente que controlará a los bancos, las aseguradoras y las administradoras de fondos de jubilaciones y pensiones, entre otras entidades. La medida podría provocar algún choque de opiniones con el Banco Central.


