La lechería “volvió a ser negocio” luego de varios años de caída de producción y cierre de tambos, pero si bien los precios se mantienen, las nuevas inversiones “no llegan”, consideró la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea). Según señaló la entidad, a pesar de que el consumo de lácteos aumentaría un 6 por ciento este año, muchos productores no se animan a desarrollar nuevos proyectos.

Aacrea recordó que el 2003 concluyó con una caída de producción de leche de 9,3 por ciento en relación con el 2002, pero desde octubre pasado está creciendo y para este año se aguarda una mejora de entre 5 y 7 por ciento, como consecuencia de los mejores precios que elevaría la producción a unos 7.500 millones de litros.

“Buenos Aires es la única provincia que tiene perspectivas de incrementar en forma sustancial la producción”, calculó Marcos Snyder, coordinador de Política Lechera de la provincia de Buenos Aires. El funcionario sostuvo además que Córdoba no tiene posibilidades de crecimiento debido a la sequía que sufrió, y la fuerte competencia con la soja.

Por su parte, Santa Fe “tampoco es ajena al avance de la oleaginosa, se vio afectada por la sequía en la zona sur y todavía arrastra las consecuencias de las inundaciones”, resaltó Snyder. Según el funcionario, se calcula que por cada punto de crecimiento del PBI, el consumo de alimentos se incrementa en un 1,25 por ciento. De allí deduce que el consumo de leche se podría incrementar en aproximadamente un 6 por ciento.

En cuanto al ánimo de los productores para invertir, Atilio Magnasco, coordinador de la Comisión de Lechería de Aacrea, explicó que en general predomina una situación cautelosa. Básicamente se aprovecha esta situación de precios razonables para concretar inversiones postergadas en los últimos años. Pero en general no hay inversiones nuevas.

Consultado por Infobae al respecto, Magnasco explicó que la retracción de inversión de los productores se incrementó en estos días con el anuncio de las usinas sobre una nueva baja en los precios de 1 centavo en el mes de abril.
“Las perspectivas para la primavera no son buenas y las usinas no saben decir cuánto pagarán para esa época.” Para Magnasco, la incertidumbre mantiene expectante al productor. Las grandes industrias están renegociando sus deudas y temen que si no lo logran la situación se complique.

Magnasco explicó que los bajos precios también se vieron reflejados en los remates de hacienda recientemente realizados en tambos. La vaquillona se pagó $1.800 cuando el valor histórico fue siempre equivalente a 6.000 litros, unos $3.000. Finalmente, Magnasco dijo que desde Aacrea consideran necesario armar un plan estratégico donde participen todas las instituciones y entidades del sector, similar al desarrollado en vitivinicultura, que permita normalizar la actividad y evitar las fluctuaciones de precios.

Carmela Obligado