Los últimos aumentos del precio de la carne obedecieron a motivos estacionales, pero el fortalecimiento de la demanda, la recomposición de márgenes de ganancia y la caída del valor de cueros y sebos determinarían que la suba continúe en los próximos meses, advirtió la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes de la República Argentina (Ciccra).

“Los aumentos de los precios de los cortes al público registrados desde noviembre hasta el presente estarían respondiendo a factores estacionales”, pero “si no se pueden reducir los márgenes minoristas y los precios de los derivados bajan, la suba de precios al consumidor” continuará en los próximos meses, aseguró la entidad.

INCREMENTOS. Entre los meses de noviembre y marzo la carne acumuló un aumento promedio del 3,5 % por “recomposición de la rentabilidad comercial” (mayorista y minorista), estima el Informe Económico Mensual de Ciccra.
El incremento, muy distante del 20 % denunciado por la Secretaría de Defensa del Consumidor y del 16 % reconocido por la Asociación de Propietarios de Carnicerías de la Capital Federal, se explica, según la entidad que agrupa a los industriales por la caída del precio del cuero, “18,3 % promedio desde junio de 2003 hasta el presente” y de la grasa, 23 % en el mismo período.
Cueros y grasa constituyen el denominado “recupero” y forman parte sustancial del beneficio de los frigoríficos de modo que, cuando sus valores bajan, el costo operativo se distribuye entre las restantes partes del animal e inevitablemente sube el precio de la carne.

“RECUPERO”. La entidad que preside Miguel Schiariti indicó también que después de la devaluación monetaria el precio de la hacienda aumentó un 180,8 % en pesos mientras que el valor de la carne sólo subió un 85,2 % por lo cual acumuló un atraso relativo del 34 % a nivel minorista.
El documento sostiene que el ajuste del precio de venta al público de la carne se contuvo en 2002 y los primeros once meses de 2003 porque el precio del “recupero” (cueros y grasas) aumentó a valor dólar y permitió salvar la rentabilidad sin cargar los costos operativos “sobre la res” que se entrega en las carnicerías.
Además, porque el bajo poder adquisitivo de la población mantuvo deprimido el consumo y un aumento en los valores de venta del producto hubiera resentido aun más la demanda.
Pero la situación varió en los últimos meses, asegura el informe.
Los precios de cueros y sebos, atados a sistemas de comercialización monopólica, se derrumbaron y el consumo, alentado por la mejora de la situación económica creció más del 3 % en 2003 y pasó de 58 a 61,3 kilogramos por habitante al año.
El informe apunta que también incidió en la suba de los precios internos de la carne la recuperación de las exportaciones que incrementó la demanda de ganado en los mercados de hacienda.
Como reconocimiento de los “factores estacionales” el documento apuntó la relativa menor oferta de ganado en los meses de primavera-verano pero aseguró que “de prolongarse las actuales condiciones” los valores de la hacienda continuarán en alza y, consecuentemente, el precio de la carne a nivel minorista seguirá en aumento.