El gobierno de Estados Unidos envió una fuerte señal de respaldo a la Argentina en un momento de creciente presión financiera. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, aseguró que su departamento “está preparado para hacer lo necesario” para acompañar la gestión de Javier Milei y destacó que todas las alternativas “están sobre la mesa” para estabilizar la economía local.
En declaraciones oficiales, Bessent adelantó que se analizan distintas herramientas de apoyo, como líneas de swap, compras directas de moneda y adquisiciones de deuda soberana en dólares a través del Fondo de Estabilización Cambiaria norteamericano. Subrayó además el carácter “estratégico” de Argentina como socio en la región y ratificó la confianza en las reformas económicas impulsadas por el actual gobierno.
“Las oportunidades para la inversión privada siguen siendo amplias, y Argentina volverá a ser grande”, afirmó Bessent, funcionario de la administración de Donald Trump.
El mensaje llega en la antesala de un encuentro clave entre Milei, el propio Bessent y el presidente estadounidense, previsto para este martes en Nueva York. La cumbre podría definir los próximos pasos en materia de cooperación financiera y comercial entre ambos países.
El presidente Javier Milei respondió de inmediato con un agradecimiento público:
“Enorme agradecimiento al secretario Scott Bessent y al presidente Donald Trump por el apoyo incondicional al pueblo argentino, que hace dos años eligió dar vuelta un siglo de decadencia con mucho esfuerzo. Los que defendemos las ideas de la libertad debemos trabajar juntos para el bienestar de nuestros pueblos. Nos vemos el martes en Nueva York”, escribió en sus redes sociales.
En la misma línea, el ministro de Economía, Luis Caputo, sumó su propio mensaje:
“Gracias Secretario Scott Bessent por su invaluable apoyo y compromiso para ayudarnos a hacer grande a Argentina nuevamente!”.
El anuncio tuvo un impacto inmediato en los mercados: los bonos soberanos argentinos registraron subas de hasta 11%. Sin embargo, el contexto previo reflejaba una situación crítica. En apenas tres ruedas, el Banco Central se desprendió de más de USD 1.100 millones y las reservas quedaron en mínimos, lo que llevó a operadores e inversores a poner en duda la sostenibilidad del esquema cambiario.
El riesgo país se acercó a los 1.500 puntos básicos, mientras los bonos argentinos cotizaban con tasas de retorno superiores al 25% anual. Además, durante septiembre se retiraron más de $500.000 millones de fondos de renta fija, en un clima de desconfianza creciente.
De no concretarse un apoyo externo, analistas advierten que el país enfrentará serias dificultades para afrontar los vencimientos de deuda de casi USD 10.000 millones previstos para enero y julio de 2026. En este marco, el mercado sigue con atención la reunión bilateral en Nueva York, considerada decisiva para definir si el Tesoro estadounidense aportará los fondos necesarios para sostener la estrategia económica de Milei.


