El mercado ganadero argentino atraviesa una etapa de alta actividad, con faena sostenida, precios internacionales firmes y exportaciones históricas, aunque con señales preocupantes sobre la evolución del stock reproductivo. Así lo indica el informe elaborado por María Julia Aiassa (Rosgan), que analiza los datos oficiales al cierre del primer semestre de 2025.
Faena y producción: repunte moderado, pero sostenido
Según la Dirección Nacional de Control Comercial
Agropecuario (DNCCA), entre enero y junio de 2025 se faenaron 6.596.771
cabezas, un leve aumento de 0,5% interanual, aunque con una dinámica
creciente en el segundo trimestre.
En ese mismo período, la producción de carne bovina alcanzó 1.518.350
toneladas, marcando un incremento del 1,8% respecto a 2024, gracias
a la recuperación del peso promedio por res, que pasó de 226 kg a 231
kg (+2,3%).
Feedlots: stock casi sin cambios, pero baja el ingreso neto
El stock total en feedlots al 1 de julio fue de 2.047.420
animales, según SENASA, apenas un 2% más que en junio, pero
prácticamente igual al de un año atrás.
Durante junio, los ingresos sumaron 402.739 cabezas, mientras los egresos
fueron 405.636, lo que arroja un índice de reposición de 0,99, el primer
saldo neto negativo desde abril, cuando el IRF fue de 1,25.
El desglose muestra que crecieron 10% los novillitos y vacas encerradas, compensando la reducción en otras categorías.
Exportaciones de carne en máximos históricos
La carne vacuna argentina registra cifras récord en los mercados internacionales. Según datos del MLA (Meat & Livestock Australia), junio cerró con exportaciones por 134.593 toneladas, un +26,8% interanual, llevando el acumulado del semestre a 702.220 toneladas (+16,8%), el mayor volumen histórico.
La FAO, por su parte, señaló que los precios internacionales de la carne vacuna alcanzaron en junio un récord de 139,4 puntos, con una suba interanual del 11,2%. La demanda de EE.UU. y la escasa oferta desde Brasil impulsaron los valores.
En el caso de Brasil, las exportaciones de carne fresca en junio fueron de 241 mil toneladas, con una suba del 25,5% frente al mismo mes del año anterior. En el semestre, Brasil exportó 1,29 millones de toneladas (+13%), por un valor total de USD 6.562 millones (+27,7%).
¿Fase de retención o ciclo de liquidación?
A pesar de la leve baja en la participación de hembras en la
faena (47,2% en 2025 vs. 48,1% en 2024), los datos absolutos muestran que la
extracción de vientres continúa en niveles elevados.
En el semestre, se faenaron 1.226.775 vacas y 1.884.058 vaquillonas,
sumando 3.110.834 hembras, apenas 1,5% menos que en 2024.
Esta cifra representa el 18,2% del stock de vientres, por encima del 17,7% de 2024 y cerca del 19,2% de 2023, lo que revela que la retención aún no se consolida.
Análisis reproductivo: sin margen para recuperar rápido
En 2024, se registraron 7,31 millones de terneras como ingreso al stock. Pero al sumar 6,65 millones de egresos por faena más una estimación de 900.000 hembras por mortandad, los egresos totales alcanzan 7,55 millones, superando los ingresos.
Esto confirma que en los últimos dos ciclos se extrajeron más hembras de las que se incorporaron, lo que compromete el futuro reproductivo del rodeo.
El índice de destete (relación entre terneros y stock
de vacas del año previo) fue de 65,2% en 2024, aún por debajo del 66,7%
de 2022, cuando se logró una producción récord.
Con un stock de 22 millones de vacas, cada punto porcentual de mejora
representa 220.000 terneros adicionales, pero recuperar las 900.000
hembras perdidas requeriría una mejora inédita de 8 puntos, algo sin
precedentes recientes.
Los indicadores productivos del primer semestre muestran dinamismo
comercial, récord de exportaciones y valores sostenidos, pero no
alcanzan para revertir la fragilidad del stock de madres.
El sector ganadero enfrenta un dilema: sin una reducción significativa en la
faena de hembras, será difícil recomponer el rodeo, incluso si mejoran los
índices reproductivos.
Para sostener el crecimiento a mediano plazo, los analistas advierten que la única vía posible será frenar la extracción y planificar una estrategia activa de retención que asegure la recuperación del stock ganadero.


