
Brasil cosechará la mayor campaña de granos de su historia, pero no tiene dónde almacenar toda la producción. Según la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab), la cosecha alcanzará los 336,1 millones de toneladas, pero la capacidad total de los silos agrícolas es de 212,6 millones. Esto implica que 124,3 millones de toneladas de granos como soja y maíz podrían quedar expuestos al clima, como ya ocurrió en años anteriores.
Según Elisangela Pereira Lopes, asesora técnica en Logística e Infraestructura de la Confederación Nacional de Agricultura y Ganadería (CNA), el problema se está volviendo crónico. “Es una cuenta que no cierra: desde hace dos décadas, la producción de granos crece en promedio un 5,3% anual, pero la capacidad de almacenamiento solo aumenta al 3,4% por año”, explica.
Los datos de la CNA muestran que en 2005, el país cosechó 114,7 millones de toneladas y tenía capacidad para almacenar 106,5 millones. En 2015, la producción fue de 208,6 millones y había depósitos para 169,7 millones, un déficit de 39 millones. Ahora, apenas el 63,3% de los granos cosechados cuenta con almacenamiento garantizado.
Si se consideran únicamente los silos ubicados dentro de los establecimientos rurales, ese porcentaje cae al 16,8%.
La falta de inversiones en infraestructura podría frenar la vocación de Brasil como “el granero del mundo”, según especialistas. La FAO recomienda que la capacidad estática de almacenaje de un país sea al menos 1,2 veces mayor que su producción anual. Con la campaña actual, Brasil debería contar con depósitos para más de 400 millones de toneladas, casi el doble de lo que tiene.
Paulo Bertolini, presidente de la Asociación Brasileña de Productores de Maíz y Sorgo (Abramilho), señala otro agravante: la proximidad temporal entre las cosechas de soja y maíz. “La cosecha más grande de maíz llega justo después de la soja. Los depósitos están ocupados y la soja tiene un valor por tonelada que duplica al del maíz. Entonces, el maíz queda sin lugar y muchas veces termina a cielo abierto, expuesto al sol y la lluvia.”
Ante ese riesgo, muchos productores apuran la venta de la cosecha, lo que genera dos consecuencias: caída de precios por exceso de oferta y aumento del costo del flete por la alta demanda. La industria, obligada a comprar, termina almacenando a largo plazo, lo que encarece su producción. “Es un círculo vicioso que perjudica a todos y que el país necesita romper”, resume.
Granos que deben viajar en camiones
La falta de depósitos es aún más grave en las nuevas fronteras agrícolas, como la región del Matopiba (Maranhão, Tocantins, Piauí y Bahía), donde solo el 46,4% de la producción cuenta con silos. En Maranhão, por ejemplo, en algunos casos el grano debe viajar 100 km desde la finca hasta el depósito. “Hemos llegado al absurdo de usar camiones como silos, por falta de infraestructura”, afirma la técnica.
En Rondônia, donde la agricultura avanza rápidamente, solo el 23,8% de la producción de granos puede almacenarse. En Mato Grosso, el mayor productor de granos del país, la situación también es crítica: para una producción prevista de 104,8 millones de toneladas, solo hay capacidad para 52,3 millones. Es decir, la mitad de la cosecha debe venderse en el momento o ir a silos alquilados; en el peor de los casos, queda expuesta a la intemperie.
Eso fue lo que ocurrió en 2023 en la Cooperativa Agrícola Terra Viva (Cooavil), en Sorriso. Las redes sociales difundieron imágenes de montañas de maíz a cielo abierto en el patio de la cooperativa. Esta campaña, Cooavil tiene capacidad para 2,6 millones de sacos, pero la soja ya ocupa casi todo el espacio disponible.
Los silos en la finca, una inversión difícil
Contar con más silos en la propiedad no depende solo de la voluntad del productor. A fines de 2022, la CNA encuestó a 1.065 productores rurales de todo Brasil y el 72,7% afirmó que invertiría en almacenamiento si las tasas de interés fueran más atractivas. Las regiones con mayor interés fueron el Norte (82,7%), el Centro-Oeste (78,4%) y Matopiba (73,3%).
Para Elisangela, además del alto costo del financiamiento —las tasas de interés del 7% al 8,5% duplican las de Estados Unidos—, en estas regiones también falta mano de obra calificada para operar los silos. A esto se suma el alto costo operativo.
“Frente a eso, muchos productores prefieren comprar una nueva cosechadora antes que construir un silo”, explica.
Bertolini, quien también preside la Cámara Sectorial de Almacenamiento de Granos de Abimaq, defiende la necesidad de inversiones mucho más robustas. Según sus cálculos, serían necesarios 15.000 millones de reales anuales (casi 3.000 millones de dólares) solo para mantener el ritmo de crecimiento de las cosechas.
El Plan Safra 2024/25 destinó 7.800 millones de reales al programa de construcción y ampliación de depósitos, un aumento del 17,4% respecto a la campaña anterior, pero solo una parte de esos recursos está disponible para instalar silos en las fincas. “Para construir un silo, se necesita un proyecto, licencia ambiental, permiso previo y de instalación... es un proceso complicado para el productor”, agrega.
Los “condominios de granos”, una salida parcial
En el estado de Paraná, surgieron los llamados “condominios de granos” como una alternativa para quienes no tienen depósitos propios. Un grupo de productores se une y construye la infraestructura en sociedad para uso compartido. En los últimos años, empresas constructoras también comenzaron a lanzar estos condominios al mercado, pero aún atienden a una porción pequeña de productores.
Según Alexandre Nepomuceno, jefe general de Embrapa Soja, el déficit de almacenamiento es especialmente grave en un momento en que se invierte en biotecnología para aumentar la productividad. “Tenemos potencial para producir tres o cuatro veces más en la misma área, pero la capacidad del productor brasileño no ha sido acompañada por una infraestructura acorde. En las regiones más alejadas, la solución ha sido usar silos-bolsa, pero ese sistema no permite controlar humedad ni plagas.”
Ese fue el camino que eligió Maicon Rech, agricultor de Feliz Natal (Mato Grosso). Este año adquirió cuatro silos-bolsa para almacenar soja y planea usarlos también para el maíz, cuya cosecha está por comenzar. “Tenemos 1.750 hectáreas de maíz para cosechar y no hay silo disponible en la región”, cuenta.
El Ministerio de Agricultura y Ganadería (Mapa) informó que los créditos del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) destinados al almacenamiento alcanzaron los 2.600 millones de reales en esta campaña, siendo el mayor monto de la serie histórica iniciada en 2013. En el marco del Programa de Construcción y Ampliación de Armazéns (PCA), el monto aprobado entre julio de 2024 y marzo de 2025 superó en 32% al de la campaña anterior.
Fuente: Estadão, 4/7/2025 -www.brasilagro.com.br