Sobre este escenario se dio un extendido evento pluvial que recién comenzó a ceder en la transición del sábado para el domingo. Para entonces una zona de alta presión logró potenciarse sobre la provincia de LP y sur de CB, con vientos del sudoeste que lograron romper el estancamiento del frente estacionario y hacer que la onda progrese hacia el norte. Esta dinámica aceleró el paso frontal al litoral, donde las lluvias no fueron tan significativas. Por otra parte el centro norte entrerriano, centro norte de SF y norte de CB, vieron estas precipitaciones como algo benéfico, aun cuando temporariamente debieran interrumpirse las tareas de cosecha.


La recurrencia pluvial ha sido sumamente perjudicial para el noreste bonaerense, con acumulados de lluvia que en algunas localidades rompieron el record de más de cien años para el mes de mayo, por ejemplo en la localidad de Salto, donde se superaron los cuatrocientos milímetros. Casi toda el área tuvo un piso de lluvias de doscientos milímetros, cuando la media del mes se ubica entre sesenta y setenta milímetros. También se produjeron lluvias destacadas en el sur de SF, disminuyendo el efecto negativo de las sumas pluviales hacia el oeste bonaerense y el sudeste de CB. Tampoco se vio afectado el sur bonaerense, donde prevalecieron lluvias normales para el mes, con ambiente muy húmedo.

Este evento en particular, tiene como gran defecto el alto grado de concentración pluvial que debió soportar el noreste bonaerense. Normalmente en mayo aún se dan importantes recargas en la franja este de la región pampeana, pero con un despliegue mucho más generalizado, limitando la generación de excesos hídricos. En general la cosecha de soja sobre el sector había avanzado casi en su totalidad, seguramente estaban faltando cuadros de segunda o lotes de maíz. El impacto negativo de este suceso inusual está en plena evaluación.

Como resultado de la sobreabundancia pluvial, prevalece una vasta zona donde las lluvias son innecesarias en las próximas dos semanas. La complejidad extra es la baja capacidad de escurrimiento que presenta la cuenca baja del Salado bonaerense, hacia donde convergen gran parte de los excesos hídricos que ha generado este evento extraordinario.

No es una situación sin antecedentes, pero estamos transitando un año donde las recargas de perfiles vuelven a moverse en sentido positivo, con napas que se posicionan en niveles que no venían siendo frecuentes en estos últimos cinco años. Una vez superada esta contingencia, seguramente se podrá comprobar el despliegue de un paisaje con lagunas colmadas y con mucha circulación de agua en los canales del noreste bonaerense. Es una zona que queda con un riesgo extra para el invierno y hasta sería favorable que sobrevengan un par de meses con lluvias por debajo de los valores normales. La llegada de las primeras masas de aire frío y seco puede acelerar el pasaje a un patrón pluvial normal o algo deficitario.