Las precipitaciones ocurridas en esta campaña si bien permitieron, hasta ahora un normal desarrollo de los cultivos, en ningún momento fueron lo suficiente para recargar de agua el perfil de los suelos de la región.

Revisando las cuencas más importantes del sur de Santa Fe y Norte de Buenos Aires podremos corroborar este hecho. Cuenca de Arrecifes, Arroyo Tala, Pergamino, arroyo Pavón, San Urbano, etc., los niveles de agua son bajísimos y sus afluentes están secos. Las lagunas de Melincue, La Picasa, La blanqueada y Gómez se encuentran en los niveles más bajos de los últimos 60 años.

Las napas freáticas se encuentran entre 7 y 10 metros de profundidad según zona. Este ciclo agrícola es lo más parecido a cultivar en una maceta, depende totalmente del agua aportada por lluvia.

La falta de precipitaciones en los últimos 25 días y las altas temperaturas están provocando una situación de stress hídrico que varía según calidad de suelo, manejo, rotaciones y tecnología utilizada. Los más afectados son los maíces de siembra tardía y los de segunda. La siembra temprana de este cultivo se encuentra en un 70 a 80 % de su capacidad productiva. Lo mismo podemos aplicar para sorgo. El girasol fue el más favorecido ya que las lluvias si bien justas fueron aprovechadas por este cultivo.

En el caso del cultivo de soja la mayoría está en estado fenológico R4 R5, plena vaina, inicio de semilla (etapa crítica y de mayor consumo de agua) En este escenario donde se produce el 60 % de la producción agrícola del País, es impensado hablar de 51 millones de tn de soja y 55 millones de tn de maíz.

Fuente: Sociedad Rural de Rosario