El mes quedo claramente partido en dos quincenas, con una muy fuerte y dañina concentración de las lluvias sobre el litoral en los primeros diez días, un evento que intento emparejar hacia el centro de la región pampeana la distribución de lluvias en el cambio de quincenas y finalmente una generalización de la escasez pluvial en la segunda parte del mes. Como venimos analizando, en la transición intermensual, el escenario se complicó con la llegada de una ola de calor que se mantiene vigente en gran parte del país.

En los primeros diez días de enero, las localidades del noreste de SF y centro sudoeste de Corrientes, volvieron a registrar precipitaciones record. Reconquista prácticamente replico el valor de diciembre alcanzando 459 milímetros (470 mm en diciembre), prácticamente todos concentrados en cuatro días, dejando un record para el mes de enero desde 1961. Gran parte de esta zona sufrió importantes inundaciones, en muchos casos además, las tormentas fueron acompañadas por tiempo severo que produjo mucho daño material. La ganadería y el arroz fueron otras dos actividades muy perjudicadas y obviamente que se alteró todo el calendario de siembras tardías en el extremo norte del litoral.

En aquellos primeros días del mes, se configuro otra zona con lluvias recurrentes, la cual tomo gran parte del sur de CB, el este de SL y se proyectó hasta el sur de SF, con un abrupto corte en la sobreoferta de agua sobre el resto de la zona núcleo. Como podemos ver en el mapa, se observan algunos otras zonas con lluvias importantes, pero también en áreas más reducidas,

Si enero hubiese mantenido el ritmo pluvial de la primera quincena, los acumulados se hubieran acercado mucho más a la normalidad, pero justamente, en la transición entre quincenas comenzó a ceder la llegada de aire tropical, el sistema de alta presión se desplazó hacia el sur y se impuso una circulación del este sobre la franja central y del sudeste para el litoral y la Mesopotamia. Esto corto la oferta de agua pero mantuvo un ambiente muy confortable a gran escala, incluso con temperaturas por debajo de los valores normales en el noreste del país. Durante la última semana del mes se fue configurando en forma progresiva una distribución de presión que potencio la recirculación del aire, el cual se fue secando y calentando hasta definir las condiciones actuales. Recién durante el primer fin de semana de febrero, comenzó a aparecer un primer indicio de moderación de la temperatura sobre las provincias de BA y LP. Esta mejora no se generalizó hacia el centro norte del país.

Las lluvias registradas en Enero, comparadas con los valores estadísticos (1973-2023), arrojan una zonificación muy importante de las anomalías, aunque a grandes rasgos claramente predominan las deficiencias pluviales. Las provincias de BA y LP, han sido de las más perjudicadas por la falta de agua. El sudoeste de Chaco ha recibido algunas lluvias importantes que no quedan representadas en el mapa de anomalía. Hacia mediados de mes se veía un favorable corrimiento del máximo pluvial del norte del litoral hacia el centro y hacia zonas del oeste del NEA, sin embargo este patrón no logro sostenerte y lentamente la situación fue cayendo en una escasez de lluvias que luego termino siendo total, solo con algunas excepciones en lugares puntuales del sur bonaerense.

Como mencionamos, las temperaturas se mantuvieron como una variable que permitía aprovechar el acopio de reservas en la franja central del país, sobre todo en la zona núcleo y el sur de la región pampeana donde las lluvias fueron más pobres. Sin embargo, en la última decena de días se dio una proyección del aire más cálido hacia la Patagonia, con corredores de aire del sector norte que fluían secos por la zona semiárida hacia el sur. Esto dejo máximas record en gran parte de las zonas turísticas del noroeste de la Patagonia y en general un cierre de enero muy cálido. Cuando esporádicamente la circulación cambiaba al sector sur, comenzaba a notarse la recirculación de este aire ya caldeado accediendo a la región pampeana. Por eso en los últimos días del mes vimos dispararse los guarismos de temperatura en todas las regiones del país. Ya con una masa de aire homogénea, recirculación, estabilidad y alta tasa de insolación, la ola de calor quedaba definida. El regreso de las lluvias en forma sistemática recién comenzó a verse en zonas del sur de BA, con algunas proyecciones puntuales sobre LP y centro de BA. En los próximos días estas dos provincias seguirán recibiendo lluvias y luego las mismas avanzaran hacia el centro norte del país, aunque por lo pronto sin previsiones que muestren registros de buen volumen.

Independientemente de la sensación que dejaron las temperaturas de los últimos días del mes de enero, los promedios mensuales de las máximas quedaron por debajo de los valores normales en casi toda la región pampeana, la Mesopotamia y el NEA. No fue así en el oeste y la estepa Patagónica. Fue un mes con menor amplitud térmica, las máximas quedaron más bien bajas y las mínimas en valores más cercanos a los valores normales.

Todo este análisis térmico se desbarata en este contexto de ola de calor, pero en los promedios mensuales de enero se configura esta situación. Como sea la transición enero febrero, está siendo muy difícil para los cultivos de la zona núcleo, en muchos casos ya tomando kilos respecto de los rendimientos normales.

En una conclusión rápida y preliminar de esta campaña, podemos decir que El Niño, no ha sido el auxilio esperado para empujar un crecimiento de la producción con rendimientos zonales emparejados hacia arriba. Seguramente habrá zonas con buena performance, pero no a la altura de lo que estaba previsto. En muchos casos llegar a los valores normales podrá considerarse un éxito.