TENDENCIAS CLIMÁTICAS

El transito del mes de julio ha ido validando lo previsto para el calentamiento de la cuenca central del Pacifico Ecuatorial. El fenómeno de El Niño ya se encuentra instalado como evento oceánico, sin embargo, ya hemos comentado en informes previos que la influencia sobre la circulación atmosférica no es evidente hasta que su presencia supere el primer trimestre, incluso, podrían darse hasta cinco meses sin que el mismo logre afectar los patrones de precipitación y temperatura. Es por eso que para su definición se utiliza una persistencia de la anomalía cálida de al menos ese período de tiempo.

En el mapa podemos ver una situación muy similar que la que se presentaba a principios del mes de julio. El patrón cálido se extiende desde las costas de Perú y Ecuador hacia la zona central de la cuenca. Los primeros indicios de afectación de la circulación se detectan en un debilitamiento de la circulación de los vientos del este. Los modelos de pronostico mantiene la alta probabilidad de que gran parte del semestre cálido se mantenga afectado por el desarrollo de este evento. Por lo pronto para las regiones agrícolas del país, este no es un factor que pueda considerarse relevante en este mes de agosto y posiblemente el mes de septiembre. La alta demanda de precipitaciones en el oeste genera una gran expectativa respecto del cambio positivo que pueda traer este indicador, sin embargo, lo más probable es que el mismo recién muestre un comportamiento durante el mes de octubre. Suponiendo un patrón normal de lluvias hasta entonces es muy complicado el panorama para las zonas secas el oeste.

Las aguas cálidas del litoral Atlántico se han mantenido a lo largo de los últimos meses. Esta situación combinada con el recurrente regreso de los vientos del sector noreste ha impuesto masas de aire muy húmedo sobre gran parte de la región pampeana. Esto no se ha traducido en una mejora determinante en la oferta de agua, aun cuando hemos observado que estas masas de aire han ingresado a zonas mediterráneas.

Dejando de lado el desarrollo en curso del fenómeno de El Niño, para lo que resta del mes de agosto y posiblemente para todo el mes de septiembre, vuelve a ser determinante para la transición estacional, lo que suceda en la escala regional. Entendemos que con buena probabilidad pueden darse mejoras en las precipitaciones con la disminución en el tránsito un tránsito más rápido de las zonas de alta presión sobre el este. Las ondas que se mueven en altura aceleran el paso de estos centros alta presión. Si la atmosfera media se mantiene muy chata, con pocas ondas, los anticiclones quedan anclados en el continente, dispersando los sistemas frontales. La transición estacional suele estar acompañada de un mayor nivel de actividad en niveles medios de la atmósfera.

Entendemos que esta mejoras no llegaran en el corto plazo, pero que si son posibles en la última parte del mes o en la transición hacia el mes de septiembre. Manteniendo alto los niveles de humedad en capas bajas, habrá que esperar una mejora de la dinámica en los niveles medios para que esta situación se vaya concretando. Esto es algo razonable de esperar para a la actividad de escala regional, luego ya con la primavera instalada, El Niño debería ganar influencia como factor positivo para la continuidad de la mejora pluvial.

CONCLUSIONES

De acuerdo al diagnóstico climático del último período y al análisis de los principales indicadores de escala global y regional, proyectamos el siguiente comportamiento pluvial y térmico para el próximo bimestre:

1. El indicador ENSO, se mantiene en su fase oceánica. Recién comienzan a darse los primeros indicios de acople con la circulación atmosférica. Por lo pronto no es un factor que determine un rápido regreso de las precipitaciones.

2. Las condiciones de circulación seguirán favoreciendo la presencia de aire húmedo sobre gran parte de la región pampeana. Por lo pronto la dinámica de escala regional no está ayudando a que esta disponibilidad de humedad se traduzca en una mejor oferta de agua. Estimamos probable que esto comience a cambiar conforme avancemos sobre la transición estacional. Una recuperación rápida de las reservas en el oeste en las zonas que se mantienen más secas, no parece demasiado viable, lo cual impactaría sobre los cultivos de la fina en la franja mediterránea. Las lluvias de mantenimiento de reservas para las zonas con mejor disponibilidad de reservas sobre el este si estarían disponibles.

3. No se perfila un cambio significativo en el comportamiento de las temperaturas. Las mismas han tenido un mayor grado de predictibilidad en este último trimestre, manteniendo la tendencia hacia registros por encima de los valores normales. Esto no cambiaría demasiado en el próximo bimestre. Independientemente de esta coyuntura de largo plazo, aún restan algunos enfriamientos de importancia, sin embargo, parece un año con riesgo disminuido de que se concreten heladas tardías.