En este contexto, para Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral es importante dimensionar el riesgo climático que enfrentamos este año, el impacto que esto puede tener en los niveles de producción, cómo se traslada ello a precios y, por ende, rentabilidad del productor, para finalmente recomendar una estrategia para cada grano.

Para traer luz, Romano responde una serie de pregunta:

¿Qué está sucediendo con el clima?

Tras varios años de clima más bien seco, las reservas del subsuelo están muy bajas. En ese contexto, tuvimos un invierno muy seco, y en la salida del mismo, fallaron las lluvias de primavera. La Niña (tercera al hilo) no se quiere retirar, y los fenómenos de escala regional no están logrando aportar humedad.

En Brasil, mientras tanto, las lluvias fueron muy buenas. La humedad está muy bien y se sembró maíz y soja a ritmos normales. De la menor de esto proyectan un nivel de cosecha récord. En el caso de maíz, recordemos que el maíz que se sembró es el de primera, en el sur del país, y que generalmente alimenta el consumo interno. La safrinha que se siembra después de cosechar la soja en el norte del país, es la que se exporta normalmente a partir de junio.

¿Cuáles son los escenarios productivos?

En el caso de soja las perspectivas productivas de Brasil son récord, algunos privados hablan ya de un récord histórico de 155 mill.tt. Siendo el país vecino un exportador importante de poroto, esto ayudará a que China goce de buen aprovisionamiento.

En Argentina, en cambio, comenzamos trabajando con una idea de 48 mill.tt. pero ahora un escenario realistas sería de 40 mill,tt, y uno pesimista estaría levemente por encima de las 30 mill.tt.

Dada la buena producción de Brasil, y la demanda de soja que sigue algo lenta en China, una cosecha de 40 mill.tt. sería "absorbible" por el mercado. Esto generaría precios a la baja en Chicago, pero con primas de exportación más altas. De todas formas, los precios actuales serían demasiado altos para este nivel de oferta.

Pero si las lluvias vuelven más para fines de febrero, el escenario más probable estaría en torno a los 30 mill.tt. y ya los stocks se verían reducidos fuertemente. Hay que tener en cuenta que Argentina muele internamente mucha soja, por lo que los subproductos serán los más impactados. Estos modificarán el margen de molienda derramando en el mercado. En este caso, subiría tanto Chicago como la prima de exportación argentina.

¿Qué hacemos en soja?

Este año los puntos de indiferencia de soja están entre los 340 y 350 dólares por tonelada, con un mercado que ya acaricia los 390 USD/tt. Tengamos en cuenta que los costos de los insumos tuvieron una suba importante. Si bien están a la baja, muchos ya fueron comprados, y los niveles actuales siguen siendo mayores a los históricos. Esto sugeriría vender. Pero el problema es que, si el rinde cae, al generar el mismo gasto para producir menos soja, el punto de equilibrio se dispara.

Como la pregunta del millón es si las lluvias llegan más para inicios o para fines de febrero, podemos esperar un mercado que siga con volatilidad a la suba en los próximos dos meses. La recomendación pasa entonces por no vender, pero ir armando un peor escenario por medio de compras de PUT, invirtiendo no más de 3% del valor de la soja (11 USD/tt). Con ese presupuesto se pueden ya poner pisos en 340 sin mayores problemas, y en la medida que los precios sigan subiendo, las coberturas serán mejores. De allí que recomendamos ir haciendo un promedio de compra de PUT. Al respecto, es importante recordar que el precio de ejercicio del PUT es el peor escenario de venta, si el mercado sube se vende más alto, y esto no compromete físico. Los PUT son hechos a medida para mercados como estos.

¿Cómo nos deja esto parados para un eventual dólar soja en el ciclo 22/23?

Como estas operaciones no necesariamente terminan con la entrega física de la mercadería, son muy compatibles con un eventual dólar soja. Además, en todas las versiones, las ventas por medio del Mercado a Término estuvieron alcanzadas por el tipo de cambio diferencial.

¿Y con el maíz qué hacemos?

Inicialmente se esperaban unas 50 mill.tt. de maíz. Pero el problema es que sólo se pudo sembrar 20% en fecha temprana, cuando normalmente estamos más cerca del 40%. Si además tenemos presente que para enero ya estamos transitando etapas muy sensibles para los cultivos, las perspectivas son malas. Sin embargo, queda mucho maíz del ciclo anterior que podría evitar desabastecimiento. No obstante, para que se venda deberemos tener precios interesantes. Por ello no haríamos operaciones en maíz marzo/abril. A lo sumo la compra de un PUT.

El problema es el maíz tardío, que se está comenzando a sembrar. Para los momentos de definición de rindes, deberíamos ver mejores lluvias. Por eso la producción total no caería tanto. Pero, además, este maíz ingresará al mercado al mismo tiempo que la cosecha brasileña. Por esto los 235 USD/tt que se estuvieron pagando son muy buenos. En este caso nos inclinaríamos por vender maíz julio y comprar CALL en julio.

¿Cuáles son las recomendaciones?

En resumidas cuentas, venimos con muy poca humedad en los suelos, la siembra de maíz temprano fue de sólo 20% del área total, y en condiciones adversas (seca + heladas). Estamos transitando la siembra de soja con un atraso de más de dos semanas, lo cual ya significa una pérdida de rinde potencial, pero adicionalmente el momento en el que lleguen las lluvias puede llevar a una producción de alrededor de 40 mill.tt. a los 30 mill.tt. El caso del maíz tardío es diferente, está comenzando a sembrarse, pero se espera que, para el momento crítico, las lluvias sean más frecuentes.

Desde este punto de vista, no deberíamos vender ni maíz temprano ni soja, y en cambio ir cubriendo el maíz tardío. Esto lo acompañaríamos de pisos sobre maíz temprano y soja, y en caso de querer un acompañamiento de maíz tardío, la compra de CALL la haríamos sobre maíz abril (temprano) que tiene más potencial de suba.

Fuente: Universidad Austral