En la conferencia de prensa que el viernes pasado brindó el ministro de Economía, Martín Guzmán, formuló dos afirmaciones que llamaron la atención por lo temeraria de las mismas. En primer lugar, dijo que hasta que se logre el equilibrio fiscal el Estado no iba a emitir moneda o iba a emitir menos y se iba a endeudar gracias al fortalecimiento del mercado de capitales. En segundo lugar, dijo que el déficit fiscal se iba a reducir gracias al crecimiento de la economía.

Decir que la economía argentina va a crecer como si el gobierno pudiese emitir un DNU que diga: crézcase, luce bastante insólito. No es cuestión de desear el crecimiento u ordenar que la economía crezca, si por crecimiento se entiende agentes económicos dispuestos a hundir inversiones en el país para producir bienes o brindar servicios, contratando personal y ampliando el stock de capital existente. Lograr inversiones para creces requiere de ciertas condiciones más complicadas que un simple crézcase.

Pero yendo primero al financiamiento del déficit fiscal vía endeudamiento en vez de emisión monetaria, dado que el ministro dijo que se iba a fortalecer el mercado de capitales, se puede afirmar que es otra ilusión que ahora sería por medio de DNU un: fortalézcase.

Fortalecer el mercado de capitales es algo que este gobierno no tiene ninguna capacidad de lograr.

¿Qué es el mercado de capitales? El mercado en el cual los que generan ahorro, consumen menos del ingreso que tienen, lo ofrecen a quienes demandan ahorro (crédito o capital) para financiar sus inversiones y el consumo. El mercado de capitales es más que el sistema financiero bancario, incluye, por ejemplo, el mercado bursátil donde las empresas captan ahorro para colocar acciones o bien obligaciones negociables. En un caso buscan socios, en el otro toman deuda vía un instrumento como las obligaciones negociables.

La pregunta es: ¿quién genera ahorros en Argentina y los ofrece vía depósitos bancarios o comprando acciones y otro instrumento que pueden utilizar las empresas?

De hecho, el mercado de capitales argentino es mínimo por las repetidas confiscaciones que ha realizado el estado. Una fue el plan Bonex en 1989 y la otra el corralón y la pesificación asimétrica en 2002. Dos grandes estafas a los que depositaron sus ahorros en el sistema financiero.

Considerando lo mínimo que es el mercado de capitales en Argentina, decir que se va lo va a fortalecer implicaría generar una confianza en los ahorristas que no existe ni va a existir con la ideología de este gobierno. El principal escollo para generar un crecimiento del mercado de capitales en Argentina hoy es el mismo gobierno con sus ideas redistributivas y confiscatorias del trabajo honesto y de imprevisibilidad en las reglas de juego.

Justamente, el argentino ha decidido depositar sus ahorros en el exterior lejos de la mano confiscatoria del estado. Esto lleva a la curioso situación en que el populismo distribucionista terminó haciendo que los ahorros de los argentinos se refugien en países desarrollados, con lo cual, nosotros que somos pobres terminamos financiando el consumo y la inversión de los países desarrollados porque ofrecen seguridad jurídica.

Por otro lado, si el gobierno va a financiar su déficit con deuda pública va a terminar desplazando al sector privado del mercado crediticio. Ni un celular se va a poder comprar en cuotas.

El stock de Leliqs y Pases netos representan el 61% del total de los depósitos del sector privado. Es decir, el BCRA se lleva 6 de cada 10 pesos que depositan los particulares generando el crowding out del sector privado del mercado crediticio.

Si, como dijo el ministro Guzmán, van a “fortalecer” el mercado de capitales subiendo la tasa de interés en pesos, el problema fiscal se agravará en vez de solucionarse porque el costo de financiamiento del BCRA va a aumentar. Siendo el BCRA el principal tomador de crédito en pesos, si suben la tasa de interés, en vez de generar una pérdida cuasifiscal de 3% del PBI, el déficit cuasifiscal será mayor y la amenaza de explosión inflacionaria crecerá tanto como suban la tasa de interés.

Por otro lado, si suben la tasa de interés hay menos estímulo para invertir y no se entiende cómo va a lograr Guzmán “fortalecer” el mercado de capitales subiendo la tasa de interés y al mismo tiempo bajar el déficit fiscal y crecer. Si sube la tasa de interés y coloca más deuda el tesoro, tendrá más gasto en intereses, por lo tanto, no baja, sino que sube el déficit fiscal y desplaza al sector privado del mínimo mercado de capitales, al tiempo que le encarece el crédito para invertir. Salvo que crea Guzmán que alguien va a estar tan distraído como traer dólares a la Argentina, venderlos al tipo de cambio oficial y hundir ese dinero en una inversión para que luego Moyano le bloquee la fábrica atravesándole camiones a la salida de la empresa.

No se entiende en qué se basa Guzmán para afirmar que la economía argentina va a crecer, entendiendo por crecimiento hundir inversiones, dada la carga tributaria existente, la legislación laboral, los controles de cambio y cepos cambiarios que imposibilitan importar insumos para producir, los controles de precios y, en general, la ausencia de previsibilidad en las reglas de juego hace impensable que alguien invierta en Argentina. De manera que solo puede haber algún rebote de reactivación y o mejora transitoria de los precios internacionales, pero nada que haga pensar en un crecimiento económico que sostenga el crecimiento del PBI en forma sostenida por vía de un mayor stock de capital.

En síntesis, se puede afirmar que el ministro Guzmán está hablando más como político que como economista, formulando anuncios de tendencias económicas sin ningún sustento en la ciencia económica, lo cual hace dudar del verdadero contenido del acuerdo con el FMI.

Fuente: Economía para Todos